19 de mayo de 2008
Los gobiernos pequeños son más eficientes
Se cuantifica por primera vez el coeficiente de ineficacia.
Un grupo de físicos de la Universidad de Viena ha conseguido demostrar -con un modelo matemático de la dinámica de opinión en grupos- que los gobiernos se gestionan mejor con equipos directivos de menos de 20 miembros. Para ello, estudiaron los gabinetes gubernamentales o consejos de ministros de 197 países de todo el mundo. El modelo respalda las ideas del historiador británico Cyril Northcorte Parkinson, especializado en el estudio de la burocracia, que afirmó que, con más de 20 miembros, los gabinetes gubernamentales se vuelven más ineficaces. El modelo explica por qué: con más de 20 miembros las facciones de opinión son demasiado variadas e independientes.
Por Yaiza Martínez.
Cuantos menos ministros tenga el gobierno de un país, más eficiente será su gestión, aseguran los físicos Stefan Thurner, Peter Klimek y Rudolf Hanel, del Complex Systems Research Group (COSY) de la Universidad Médica de Viena.
A esta conclusión han llegado gracias a un modelo matemático con el que han demostrado empíricamente algunas de las ideas del historiador británico Cyril Northcote Parkinson, que estudió a fondo la burocracia y descubrió una estrecha relación entre la habilidad de los comités directivos para tomar decisiones y su tamaño.
Según este historiador, los equipos directivos con más de 20 miembros son mucho más ineficaces en la toma de decisiones que los grupos pequeños. Es decir, que tienen un “coeficiente de ineficacia”, como lo bautizó Parkinson, mayor. Ahora, las matemáticas han confirmado este punto.
Mayor número, peores resultados
Según Physicsworld, a pesar de que muchas organizaciones son conscientes de las limitaciones de los equipos directivos con muchos miembros, hasta ahora no se había dado una explicación matemática a este “coeficiente de ineficacia”. Por esta razón, los físicos de Viena se pusieron manos a la obra y desarrollaron un modelo matemático que explicara la situación.
Para ello, estudiaron los gabinetes gubernamentales o consejos de ministros de 197 países de todo el mundo. Por ejemplo, el de Mónaco, con cinco miembros, o el de Sri Lanka, con 54 miembros. España aparece en la lista junto a Gambia, Laos, Montenegro, el Reino Unido o los Estados Unidos, con 17 miembros.
Para medir la eficiencia de cada uno de ellos, los físicos se centraron en diversos parámetros e indicadores, como el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de las Naciones Unidas (que depende de la calidad y esperanza de vida de los habitantes de cada país, así como de su educación), o los datos obtenidos del Banco Mundial sobre la eficacia global de los gobiernos (su estabilidad, la calidad de la formulación política o los índices de desarrollo de cada país).
De esta forma, hallaron una estrecha relación lineal negativa entre el tamaño de los gabinetes y dichos indicadores, es decir: los países con gabinetes con mayor número de miembros tendían a obtener resultados más bajos en los índices de la ONU que los países con gabinetes más pequeños.
Modelo matemático simple
Los científicos descubrieron asimismo que la mayoría de los países con una puntuación media superior para todos los indicadores analizados tenían menos de 20 miembros en sus gabinetes.
Según explican los físicos en un artículo prepublicado en arXiv, la calidad del gobierno de las instituciones, corporaciones y países depende de la capacidad de tomar decisiones eficientemente. Y, por tanto, para conseguir esa calidad, habría que considerar el tamaño de los grupos directivos, tal y como se ha demostrado gracias a un “modelo simple de la dinámica de opinión en grupos”.
Tras verificar las observaciones de Parkinson, los investigadores desarrollaron además otro modelo matemático para tratar de comprender por qué el 20 es el número que marca la diferencia, tal y como predijo el historiador.
En dicho modelo, cada miembro de gabinete fue definido como un punto en una red, cuyo estado podía verse influenciado por un subgrupo formado por otros miembros –una parte del comité perteneciente a un partido político o una corriente de opinión determinada-. En total había entre cinco y 35 miembros representados.
Tasa de desacuerdo
Así, los científicos descubrieron que cada punto podía ser influido por alguno de los otros nódulos, aunque estuvieran distantes entre sí: es decir, que un miembro podía ser convencido por las opiniones de un colega, aunque no estuviera cerca.
Por otro lado, los investigadores constataron que el parámetro de desacuerdo en el grupo crecía en paralelo al incremento del número de miembros del comité, hasta llegar a los 20 miembros.
A partir de ese punto, la tasa de aumento del desacuerdo se doblaba, es decir, que el número 20 es el punto crítico a partir del cual cambia la dinámica de todo el grupo, seguramente porque éste no puede asumir mayor cantidad de facciones independientes ni puede tomar decisiones óptimas en esas condiciones.
Recientemente hablamos en Tendencias21 de Klimek y Thurner a raíz de la aparición de un artículo en la revista Europhysics Letter en el que estos científicos hablaban de otro modelo. En este caso, gracias a él consiguieron explicar los procesos de formación de opinión de las sociedades a partir de dos parámetros: el nivel de influencia entre unos individuos y otros, y la cantidad de conexiones individuales establecidas entre ellos.
Fuente:
Tendencias 21
29 de agosto de 2007
Su último informe eleva del 66 al 90% la responsabilidad del hombre en el cambio climático.
A. Doyle
viena- El cambio climático es ya «inequívoco» en todo el planeta, de acuerdo con las últimas observaciones sobre el derretimiento generalizado del hielo y el aumento de las temperaturas y del nivel medio del mar. Ésta es la principal conclusión del cuarto informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC), cuya publicación está prevista para la próxima cumbre mundial del organismo, a celebrar en Valencia el 17 de noviembre, informa Reuters.
El texto -en el que han participado 2.500 científicos de 130 países- achaca el fenómeno a la emisión de gases por parte del hombre en un 90 por ciento, cuando el anterior informe del IPCC que hacía referencia a este aspecto sólo alcanzaba un 66 por cien de «culpabilidad» humana.
Todavía se está «a tiempo»
Sin embargo, los gobiernos «están a tiempo» de ralentizar la escalada de emisiones y reducir su impacto dañino sobre la Tierra «si actúan rápido». Para ello, el informe recomienda implementar políticas de ahorro energético, extender el uso de fuentes renovables, agilizar el mercado de emisiones y promover el enterramiento de CO2 en las centrales eléctricas de carbón para evitar que llegue a la atmósfera.
El impacto económico del cambio climático es uno de los aspectos que más preocupan. Según el trabajo, el coste de estas iniciativas sería «manejable» para la economía mundial, cuyo PIB se reduciría hasta un 3 por ciento en 2030 si se adoptan todas las medidas propuestas para estabilizar las emisiones antes de 15 años. De no hacerlo, algunas previsiones hablan de un 30 por ciento de pérdidas.
El borrador preliminar del informe, que circula por la Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU que se celebra estos días en la capital austriaca, alerta sobre la posibilidad de que el nivel del mar siga subiendo durante los próximos siglos entre 40 y 370 centímetros, y entre 18 y 59 antes del año 2100, siempre y cuando el casquete polar ártico y las capas de hielo que cubren la Antártida y Groenlandia no se derritan, en cuyo caso el aumento se mediría en decenas o centenares de metros.
El nivel del agua crecerá «por muchos siglos», incluso si se detuvieran inmediatamente las emisiones, porque las aguas profundas absorberán lentamente el calor de las superficiales, expandiendo el volumen de los océanos por el efecto térmico. En cuanto a la atmósfera, el cuarto informe del IPCC confirma que, en «escenarios favorables», las temperaturas se elevarán entre 1,8 y 4 grados centígrados este siglo.
EE UU, criticado por no firmar el Protocolo de Kioto, manifiesta ahora estar «profundamente comprometido» con el medio ambiente, después de recibir duras críticas por parte de la Unión Europea. El Protocolo compromete a los firmantes a reducir sus emisiones de 1990 un 5 por ciento antes de cinco años, objetivo que muy pocos países podrán cumplir.
Fuente:
La Razón (España)
27 de agosto de 2007
Yvo de Boer en un momento de la sesión inaugural de la Conferencia de Viena (AP)
VIENA.- En la sesión inaugural de la Conferencia sobre el Cambio Climático que desde hoy se celebra en Viena, Yvo de Boer, secretario general de la Convención de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC), reclamó un mayor liderazgo de los países desarrollados, con medidas más ambiciosas en el recorte de emisiones de gases de 'efecto invernadero' y una ampliación de la cooperación con los países en desarrollo.
A la reunión, que concluirá el próximo viernes, están invitados representantes de 150 países. Su propósito es ultimar las propuestas que se presentarán a finales de año en la Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU que se celebrará en Bali (Indonesia). La ONU quiere que se alcance un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kyoto, y cree que el plazo límite para lograr ese compromiso internacional es 2009.
Según De Boer, la cuestión que atañe a los países desarrollados es "qué compromisos van a realizar en la próxima fase (del Protocolo de Kioto) para demostrar un liderazgo que es necesario que muestren". Estos países deben asumir esa actitud "porque son los que, de forma fundamental, causan el problema".
El secretario general de la UNFCCC puso como ejemplo el objetivo vinculante que se estableció la Unión Europea para que el 20% de su consumo energético de 2020 proceda de fuentes renovables, y señaló que ese es el camino a seguir.
Para el funcionario de la ONU, es necesaria una mayor cooperación entre los países ricos y pobres para ayudar a estos últimos a potenciar el uso de energías limpias a largo plazo por medio de incentivos económicos. "Creo que los mecanismos de mercado y la cooperación internacional presentan una excelente oportunidad para reducir las emisiones a un coste aceptable y hacer que otros países puedan adoptar el camino del desarrollo sostenible" afirmó De Boer.
Nuevas medidas
El funcionario de la ONU puso de relieve que los informes presentados este año por los científicos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) indican que la acción del hombre está detrás del calentamiento global y que existe la tecnología para mitigar los efectos.
El Protocolo de Kioto ha sido ratificado por 166 países (entre los que no se encuentra Estados Unidos), fijó como meta que 35 países industrializados redujeran sus emisiones de gases con efecto invernadero un 5 por ciento por debajo de los niveles de 1990, algo que de momento está lejos de cumplirse. Además, algunas naciones que no estaban comprometidas, como China, han incrementado notablemente sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Fuente:
Manifestantes de Geenpeace en Viena (AP)
VIENA.- Con esta curiosa representación, Greenpeace quiere que los delegados de la Conferencia sean conscientes de la responsabilidad que recae sobre los delegados, pues de ellos depende la aprobación de medidas más enérgicas para combatir el cambio climático.
Activistas de Greenpeace aparecieron disfrazados como grandes ojos vigilantes que sostenían un globo de cuatro metros de altura con mensajes como 'El mundo está mirando' y 'Salvemos el Clima Ya'. Según José Luis García Ortega, responsable de Cambio Climático de la organización ecologista, "lo que ocurra hoy en Viena marcará la pauta para las negociaciones de Bali(Indonesia)". Greenpeace exige progresos nitidos hacia el refuerzo del Protocolo de Kioto en su segunda fase, que empieza en 2013.
A la conferencia asistirán unos mil representantes de gobiernos, empresas, grupos ecologistas e instituciones de investigación. En la reunión se empezarán a negociar la próxima ronda de los compromisos de Kioto, así como la ampliación del Convenio del Clima de la ONU. Este encuentro precede a la gran cita que tendrá lugar en Bali en diciembre, donde se espera que los gobiernos acuerden un marco para los dos próximos años de negociaciones sobre emisiones de gases de efecto invernadero.
García Ortega cree que "a pesar de los informes cada vez más alarmantes sobre la velocidad y la extensión del cambio climático, hemos visto muy pocos movimientos reales por parte de los gobiernos para tomar los pasos necesarios para mitigarlo. En Viena necesitamos ver acciones que encajen con la urgencia de la crisis climática y nos pongan firmemente en el camino hacia un acuerdo fuerte sobre protección del clima en Bali".
Fuente: