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14 de marzo de 2013

Sin intimidad en la era de Facebook

Los ‘me gusta’ de la red social pueden deducir la etnia, la orientación sexual o la ideología.
 


Un usuario accede a su perfil de Facebook desde el móvil. / Bloomberg

Las redes sociales contienen un arsenal de información sensible de cada uno de nosotros, casi siempre sin que seamos conscientes de que la estamos facilitando, incluso aunque estemos convencidos de que la estamos ocultando. Ya se sabía que la lista de amigos de un usuario de Facebook revela muchos datos sobre él, y hoy le toca el turno a los inocentes 'me gusta' que uno pincha aquí y allá en los ratos libres. Michal Kasinski y sus colegas del Centro de Psicometría de la Universidad de Cambridge han desarrollado un modelo matemático que permite deducir así la etnia, la orientación sexual, las tendencias políticas y las creencias religiosas de cualquier persona. El caso Facebookleaks está en marcha.

El modelo de Kasinski y sus colegas es un verdadero lince: acierta si un hombre es homosexual o heterosexual en el 88% de los casos; si una persona es de origen africano o caucásico en el 95%; si es de izquierdas o de derechas en el 85%. Hay otros atributos que también se pueden deducir, pero con menos precisión, como los rasgos de personalidad, la inteligencia, el grado de felicidad, el estado civil de los padres o la drogadicción. El trabajo se presenta en Proceedings of the Nacional Academy of Sciences.

El trabajo no es una ocurrencia anecdótica de tres científicos chiflados. Es solo la última muestra de toda una nueva disciplina llamada ciencia social computacional que se dedica a extraer información personal de las redes sociales. Uno de sus principales objetivos –o al menos uno de los que mejor se sirven para financiar sus experimentos— es el marketing dirigido (u 'objetivo', como se llama a veces), los sistemas de “recomendación” personal y las máquinas de búsqueda personalizada, todo ello en Internet.

Los autores admiten, sin embargo, que “la disponibilidad generalizada de información sobre el comportamiento individual, junto con el deseo de aprender cada vez más sobre los consumidores y los ciudadanos, plantea graves desafíos en el terreno de la intimidad y la protección de datos”.

Kasinski cita un ejemplo elocuente. Hace unos años, una de las principales cadenas norteamericanas de comercio por Internet utilizó los datos de sus clientes –quién había comprado qué cosa en qué fecha— para adivinar los embarazos de las clientas. Cuando una empieza a interesarse por las páginas de patucos y a encargar el último número de Ser padres, ya está retratada en los algoritmos. La intención de la cadena comercial era lícita, o al menos legal: freír con publicidad de artículos prenatales al selecto grupo de las clientas embarazadas, y en las fechas adecuadas, en lugar de irritar a todo el mundo y a todas horas con anuncios improcedentes. Un ejemplo del marketing dirigido, u objetivo, citado más arriba.

Las estadísticas sobre las páginas web que uno visita permiten predecir la edad, el sexo, o el nivel educativo de la persona

“Pero también podría desenlazar una tragedia”, advierte Kisinski. “Por ejemplo, si revelara a la familia el embarazo de una mujer soltera en una cultura donde esto sea inaceptable”.

No es la primera vez, ni mucho menos, que los sociólogos computacionales explotan los secretos ocultos entre la letra pequeña de Facebook y otros portales públicos. Las estadísticas sobre las páginas web que uno visita, por ejemplo, permiten predecir su edad, sexo, profesión, nivel educativo y varios rasgos de su personalidad. También se ha deducido mucha información personal a partir de las colecciones de música (como las listas de reproducción que uno guarda en Spotify o iTunes), el lenguaje que uno usa en sus tuits y la lista de amigos en Facebook (en una reedición digital del viejo dime con quien andas…). La nueva investigación utiliza los Me gusta que uno pincha mientras navega por Facebook.

Los 'me gusta' han resultado una mina de oro íntimo. La gente puede pinchar 'me gusta' para celebrar la última ocurrencia de un amigo suyo, o de cualquier otro, una foto, o un producto comercial, también deportistas, escritores o pianistas, y por tanto las cosas que a uno 'le gustan' revelan pautas sobre todos esos apartados.

Kasinski propone de forma explícita algunas aplicaciones comerciales de estas técnicas. Una compañía de seguros, por ejemplo, puede saber cuáles de sus potenciales clientes son neuróticos y cuáles estables emocionalmente, y así dirigirse a los primeros vendiéndoles los valores de la seguridad, y a los segundos los peligros de la vida moderna. También podrían subirle la póliza a los depresivos, aunque Kasinski no menciona esta posibilidad.

Pero el científico reconoce las posibles consecuencias dañinas de estos modelos, porque “pueden aplicarse a enormes muestras de gente sin obtener su consentimiento, y sin que siquiera lo sepan”. Pues ya lo saben.

Kasinski y otro de los autores del trabajo, David Stillwell, facilitan una demostración de la predicción de la personalidad a partir de los me gusta de Facebook. Stillwell es propietario de la aplicación myPersonality en Facebook y ha hecho públicos todos los resultados aquí.
Fuente:

13 de marzo de 2013

7 Formas eficaces de medir tu influencia en Twitter

A un usuario de Twitter le gusta que lean sus tweets, para eso está en Twitter.

El problema es que, a diferencia de un post de un blog, no hay manera de saber cuánta gente lee exactamente tus tweets.

Al no hacer clic en los tweets para entrar (como en el título de un post) no hay manera de trazar la acción que realiza el usuario (si lee o no el tweet), solamente si hace clic en los tweets con un enlace.

¿Cómo saber entonces si la gente los pasa por alto o si realmente los lee cuando pasan por su timeline?

Seguramente sea esto lo que, en parte, haya permitido que se haya desarrollado esa obsesión generalizada por conseguir seguidores a diestro y siniestro basada en una falacia tan incierta como simplista de que la influencia del usuario en Twitter se refleja en su número de seguidores.

La influencia real de un usuario en Twitter es algo más complejo y, por tanto, se mide de otra manera y aunque, debido a la propia naturaleza de Twitter, no se pueda medir de manera exacta, cruzando varios indicadores se puede tener una aproximación bastante válida de cuál es la influencia real de una determinada cuenta, es decir, en definitiva, el impacto que es capaz de generar.

captura twitonomy

Captura de la pantalla de perfil de Twitonomy.

En este post voy a abordar el tema de cómo medir tu influencia real desde un punto de vista práctico gracias a una serie de métricas que podemos medir con la herramienta Twitonomy, un reciente y magnífico descubrimiento que hemos hecho en este blog.
Verás que es una herramienta gratuita fantástica para el análisis de tus estadísticas en Twitter y que ya ofrece una información muy completa. En mi opinión personal es mucho mejor que usar herramientas como Klout o PeerIndex que lo reducen todo a una simple cifra que, a la hora de la verdad, tampoco se sabe muy bien cómo se calcula exactamente.

Con Twitonomy haces una radiografía completa tu cuenta obteniendo una información muy rica y no una simple cifra global de la que no sabes muy bien lo que es.

Así que el post se va a centrar, sobre todo, en cómo usar esta herramienta para obtener indicadores de tu nivel de influencia en Twitter, indicadores exactos que te dan una información concreta y precisa sobre tu influencia en Twitter, desde diferentes perspectivas.

Lea el artículo completo en:

Ciudadano 2.0 

18 datos sorprendentes de Twitter


12 de marzo de 2013

Fallecimiento 2.0: ¿Qué sucede con tus redes sociales cuando mueres?

Antes, al morir, lo complicado era pensar qué poner en tu epitafio y llevar todo el papeleo del testamento; ahora, además, hay que preocuparse de la identidad 2.0. ¿Qué ocurre con los perfiles y contraseñas de Facebook y Twitter tras la muerte de los usuarios?. Durante los últimos años, con el desarrollo de los Social Media, las personas dejan un legado digital de mensajes, fotografías, vídeos y otras propiedades intelectuales que pueden permanecer por siempre en la nube o, por el contrario, fallecer junto a ellos.


cementerio


Legalmente, las redes sociales como Facebook y Twitter, plataformas de publicación de contenidos como Blogger y Tumbr o servicios de correo electrónico como Gmail no son transferibles a otras personas. Las compañías están lícitamente obligadas a proteger la intimidad de sus usuarios incluso después de la muerte, por lo que se negarán a facilitar las contraseñas de los fallecidos salvo que éste diera su previo consentimiento o se trate de la decisión de un juez.

En España no está legislado que los herederos puedan continuar con el perfil de un fallecido y acceder a todo su contenido privado, aunque cada vez se dan más casos de familiares y amigos que solicitan el acceso a las cuentas de sus recientes pérdidas, buscando consuelo o respuestas. Las alternativas que suministran las redes sociales son o bien convertir el perfil en una cuenta conmemorativa o bien cerrarlo por completo, demostrando el fallecimiento de dicha persona mediante un certificado de defunción o una esquela.

Facebook, con 750 millones de usuarios a nivel mundial, afirma que cada año fallecen alrededor de 200.000 usuarios de su red social. Si los familiares deciden convertir la cuenta en un mural conmemorativo, la página dejará de aparecer en las actualizaciones y recomendaciones, anulando también su afiliación a los grupos y los datos e información personal del contacto. El memorial será totalmente privado, sólo los amigos del usuario podrán ver sus fotos o dejar comentarios en modo de homenaje, quedando excluidas aquellas personas a las que el propietario no había agregado durante su vida o había eliminado anteriormente.

En el caso de Twitter, una cuenta memorable podrá mencionarse pero, al igual que Facebook, sólo por aquellos usuarios que seguían al difunto mientras estaba con vida ya que desaparecerá la opción de “seguir” la cuenta. La familia cercana también tendrá la posibilidad de pedir un archivo con todos los tuits del difunto, a excepción de los mensajes directos.

Por otro lado, los servicios de correo electrónico como Gmail suelen eliminar las cuentas que no registren actividad después de nueve meses, pero si se necesita acceder al contenido de la cuenta del fallecido, el sistema de mensajería instantánea lo proporcionará en casos excepcionales a un representante autorizado de ese usuario si puede demostrar que ha recibido correos de dicha cuenta anteriormente, pero en ningún caso se recibirán o enviarán correos desde dicha cuenta. Pese a esto, Google se reserva su derecho a denegar la petición.

Es diferente cuando se trata de un contenido que tiene valor en sí mismo y que el fallecido ha colgado en la red, como textos o fotografías profesionales inéditas en Internet. En estos casos, los herederos tendrán el derecho de los bienes a menos que el autor haya otorgado una licencia Creative Commons o similar.

La única manera de asegurar que la propiedad de la identidad 2.o tiene el destino correcto es hacer testamento de esta vida virtual o administrar su legado digital mediante empresas como SecureSafe donde podrás elegir a quién le otorgas el acceso a tu Facebook y Twitter o las fotografías de Flickr y Tumblr, entre otros documentos. 

Descarga SecureSafe en Uptodown | http://securesafe.uptodown.com/webapps

Fuente:

UPO to Down

¿Es posible eliminar todo rastro de nuestros datos en Internet?

Los primeros tres resultados que autocompleta Google al escribir en el buscador las palabras ‘eliminar todos’ tienen el objetivo encontrar soluciones para borrar contenido personal de redes sociales o servicios de mensajería como Facebook, Twitter o Gmail. Cada vez son más las personas que desean, con sus diferentes motivos, hacer desaparecer conversaciones privadas y opiniones publicadas en Internet o restringir mediante un muro blindado los datos que suministra en la red.

Eliminar Datos Internet cabecera

Quien más y quien menos ha probado a introducir su nombre completo en Google y, sin duda, ha debido sorprenderse con la cantidad de resultados existentes; Internet tiene más información sobre nosotros de la que somos conscientes y borrar el rastro que dejamos es bastante difícil, una huella que queda registrada para siempre. La gran mayoría de estos resultados que muestra el navegador son perfiles de usuarios de Facebook y Linkedin por lo que, dependiendo de las preferencias del consumidor y las funciones de estos servicios, poseer apellidos comunes supondrá un punto a favor si no queremos ser encontrados fácilmente.

El 72% de los internautas europeos está preocupado por el uso que pueden hacer de sus datos las compañías en la red, pero el director de Asuntos Públicos de Facebook para Europa y Asia, Richard Allan, tampoco los tranquiliza: el representante de la famosa comunidad virtual aclaró que, en determinados casos, es imposible eliminar el rastro digital que dejan las personas en Internet; la empresa borrará siempre los perfiles de todos los usuarios que lo soliciten pero, si parte de esa información ha sido cedida a terceros, no podría comprometerse a lo mismo.

Lea el artículo completo en:

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