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13 de febrero de 2013

Subcomandante Marcos ve “improbable” empezar a utilizar Twitter

Subcomandante Marcos

El Subcomandante Marcos, vocero y principal figura del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), calificó como “improbable” utilizar en el futuro la red social Twitter para publicar alguno de sus mensajes, ya que “frente a los 140 caracteres, no sólo soy un inútil, tan cayendo y recayendo en las comas, (los paréntesis), los puntos suspensivos… y se me va la vida y me faltan caracteres”.

Esto como parte del comunicado “Las Miradas 4”, publicado en la página oficial del movimiento, en el cual, con tono jocoso e irónico, también rechazó los primeros alegatos que se le adjudicaron desde su levantamiento en 1993, cuando, según sus palabras, se referían a él como “el guerrillero cibernético”, y que desde la Selva Lacandona ubicada en el estado de Chiapas, lanzaba por la red proclamas zapatistas a todos los rincones del mundo.

“El “poderío cibernético zapatista” que teníamos era una computadora de ésas que usaban los discos flexibles grandotes y tenía un sistema operativo DOS versión menos uno punto uno. Aprendimos a usarla con un tutorial de ésos de antes, no sé si todavía existen, que te iban diciendo qué tecla debías oprimir y se escuchaba una voz que decía, con acento madrileño, “¡Muy bien!“; y si te equivocabas te decía “¡Muy mal, idiota, vuelve a intentarlo!”

Un año más tarde, durante el periodo de los Diálogos de Catedral (1994) “tenía yo entonces una de esas computadoras portátiles y ligeras (pesaba 6 kilos sin la batería), marca La Migaja, con 128 de ram, quiero decir 128 kilobytes de ram, disco duro de 10 megas, o sea que podía almacenar t-o-d-o, y un procesador velocísimo que, la encendías, te ibas a preparar un café, regresabas y todavía podías recalentar, 7 veces 7, el café antes de poder empezar a escribir. Una chulada de máquina”.

Con respecto a la comunicación satelital con la que supuestamente contaba para comunicarse con grupos terroristas en el extranjero, el Subcomandante Marcos indica dentro de su escrito que realmente se trataba de un “walkie-talkie con alcance máximo de 400 metros en terreno plano”. De hecho, también refiere que la primera página electrónica aparecida en la red sobre su movimiento no fue de su autoría; realmente se trató del trabajo de un estudiante ubicado en Texas, Estados Unidos, que llamó a su página “ezln” y comenzó a subir comunicados y cartas que se hacían públicos en los diarios nacionales.

Para finalizar y evitar futuras confusiones, Marcos aclara en una posdata que “tampoco tenemos cuenta de twiter ni facebook, ni correo electrónico, ni número telefónico, ni apartado postal. Los que aparecen en la página electrónica son de la página, y estos compas nos apoyan y nos mandan lo que reciben, así como ellos mandan lo que enviamos. Por lo demás, estamos en contra del copyright”.

Link: Enlace Zapatista (Vía Diario El Universal)


Tomado de:

FayerWayer

13 de febrero de 2007

Coca-Cola en Chiapas: agua, contaminacion y pobreza

CIEPAC, san cristobal de las casas.
Hace una semana anunciamos los 200 años de las bebidas gaseosas. Ahora pasemos de las cuestiones científicas y técnicas al análisis político y económico, pues esta es una acción que todo ciudadano responsable debe de realizar. Click para agrandar la imagen.





En una comunidad indígena una persona gasta hasta el 17.5% de su salario mínimo diario que es de $40 pesos por el jornal de 8 horas de trabajo (si le va bien, ya que por lo general el jornal se paga entre 25 y 35 pesos al día). Esto equivale a gastar $2,555 pesos (232 dólares aproximadamente) al año en puras cocacolas que consume por día (dos mínimo en promedio a $3.50 pesos cada refresco). Pero hay quienes gastan hasta el 88% del salario mínimo para poder consumir las cocacolas que bebe diariamente (diez al día). En las ciudades no hay tampoco mucha diferencia.

Con esta cantidad un joven puede comprarse una bicicleta para transportarse, abonar para un molino, pagar deudas, apoyar un proyecto productivo, pagar el flete para vender su mercancía u otras necesidades de estudio. Los $2,555 pesos al año pueden equivaler a lo que el gobierno le da a un campesino en el año bajo el programa "Procampo" u "Oportunidades" financiado por el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Si en una familia al menos tres miembros de ella consumen la misma cantidad de cocacolas, al año tienen que trabajar para ganar $7,665 pesos que requieren en el consumo de refrescos (697 dólares, aproximadamente). Si una familia se ahorrara este gasto se pudiera invertir en otras necesidades de salud, educación, producción, etc. Pero si en una comunidad o ejidos con 200 familias consumen esta cantidad mínima de refrescos, equivale a gastar un millón 533 mil pesos al año en consumir cocacolas (140 mil dólares, aproximadamente). Con esta cantidad pudieran arreglar los caminos, construir una cancha de básquetbol, arreglar la clínica o la escuela, invertir en un proyecto productivo para beneficio de la comunidad, etc.

Si en un municipio indígena al menos 10 comunidades gastaran esta mínima cantidad, más de 15 millones de pesos se iría a las arcas de la transnacional. ¿Qué haría un municipio con esta cantidad? Y si lo multiplicamos por al menos 10 municipios indígenas significa que gastan más de 153 millones de pesos al año (14 millones de dólares) en consumir cocacolas, lo suficiente para generar con ese dinero una alternativa económica regional frente al neoliberalismo. Y eso que estamos hablando de un promedio de consumo personal, familiar, comunitario, municipal y regional muy bajo. Estas cifras sustentan con suficiente razón la lucha entre la Coca-Cola y la Pepsi-Cola por ganarse el mercado, el corazón y las mentes de los pueblos. Es la guerra de las colas. Sus alianzas abarcan desde organizaciones ambientalistas hasta con presidencias municipales regalando escuelitas indígenas para lograr concesiones de agua.

La demanda de la Coca-Cola es tal que divide y confronta a las familias; genera un mercado propio y un sistema de coerción política y social. Por ejemplo, en una comunidad del municipio de Tenejapa en Chiapas, un padre no visita a sus hijos porque no le ofrecen de tomar cocacola y para él es signo de tacañería o falta de respeto. Desde hace años ese padre no ha visto a otros miembros de su familia porque no consumen cocacolas. En otra comunidad las autoridades ejidales imponen por delitos comunes cometidos por alguna persona un castigo de hasta 10 rejas de cocacolas (moldes de plástico que contienen 24 refrescos) que luego son repartidas entre las mismas autoridades. Mientras, en el municipio de Teopisca se encuentran indígenas desplazados provenientes de otro municipio. A algunos les fueron quemadas sus casas por no aceptar consumir una cierta cantidad de rejas de cocacolas a la semana para beneficiar a las autoridades que distribuyen el refresco como un gran negocio. En una comunidad de Chenalhó otras familias que reciben en su bodega las cocacolas para luego distribuirlas en las comunidades amenazaron con no dejar entrar al camión repartidor de la transnacional que pretendía distribuir directamente las aguas negras embotelladas y saltarse el negocio de los intermediarios.

Muchas historias hay de la Coca-Cola en las comunidades. Un joven indígena que decidió hacer boicot a la Coca-Cola contó que "Me sentí con mucha ansiedad, cada vez que tomaban mis compañeros se me antojaba, porque estaba acostumbrado a tomar Coca-Cola cada vez que venía a la tienda. Ahora seguiré mi reto, trataré de no tomar cocacolas cuanto sea posible". Al final encontró una alternativa: "lo que hice es traer mi pozol cada vez que venía a cuidar la tienda o cada vez que venía a esta comunidad, y a veces traía mi jugo de naranja. También lo que hice es ofrecer mi naranja o mandarina con las personas de mi comunidad. Casi la mayoría de mi mandarina se vendió, pero la naranja casi no se vendió. También lo que hice es que algunos no tenían dinero para comprar y los intercambiaba con productos de la región como maíz en mazorcas."

En otra comunidad de la zona Norte una persona comentó que "cuando salgo a pasear a la ciudad de Ocosingo no entro en las tiendas donde venden refrescos. Yo normalmente gastaba 15 pesos diarios en refrescos (35% de un salario mínimo al día). Otro contó que "en estos días que no tomé refresco me sentí muy necesitado, nada más cuando veo a alguien tomando refresco me da ganas de tomar también, pero lo que hice es alejarme de aquellas personas y me fui para mi casa. Minutos después me puse a batir una tasa de pozol y con eso se me desaparecieron las ganas que tenía para tomar refresco. Así paso el día tomando pozol con tal de no tomar refresco. Pero también tuve que preparar un jugo de naranja para hacer desaparecer la sed que tenía, ya que dentro de mi solar hay una mata de naranja. Así no tomé refresco y no gasté ni un centavo". Otra joven indígena de plano comentó: "en nuestra familia nunca tomamos Coca-Cola. A mí me hace mucho daño."

La Coca-Cola Company no sólo está acusada de intimidación a sindicalistas y asesinatos como en Colombia; o de torturas en sus bodegas y hasta desplazamientos de población indígena en Chiapas como ya lo hemos explicado anteriormente, sino que además ha vendido agua contaminada y contamina el medio ambiente. Las fugas de amoniaco en Chiapas, los deshechos y desperdicios en los ríos en la India, la venta de agua del grifo embotellada en Inglaterra, etc., son tan solo algunos ejemplos. En Chiapas se vieron obligados a recoger el agua embotellada "Ciel" cuando aparecieron los hongos en las botellas. Por si fuera poco, en septiembre del año 2000 la empresa Kampe, S.A. de C.V. reportó a la Coca-Cola Femsa en San Cristóbal de Las Casas el resultado de los análisis solicitados de los dos pozos de agua donde se abastece. El agua de pozo número 2 reportó en el "Tipo de Germen Predominante" el resultado de "Enterobacter sp". En cuanto a la presencia de hongos y organismos coliformes fecales el resultado fue "negativo". Sin embargo, Kampe le reportó a la Coca-Cola que el "agua de proceso" en la planta contenía más del doble de plomo permitido por las autoridades sanitarias. Pero no hizo nada. Dos meses después, los laboratorios Kampe dieron un segundo resultado. Nuevamente la muestra identificada con el No. TK-12570 del "agua de proceso" tenía más del doble de plomo permitido por las autoridades sanitarias (NOM-041-SSA1). Esto quiere decir que entre la primera muestra y la segunda, millones de cajas de agua y refrescos Coca-Cola se consumieron con altos índices de plomo. Y es posible que antes de la primera muestra y luego de la segunda, la situación pudo ser igual.

Y hay más. Lo invitamos a leer el artículo completo en el siguiente enlace:

CIEPAC - Investigación Económica y Política

22 de julio: Boicot Mundial a la Coca Cola

¡Todos contra la Coca Cola!

Coca Cola amenaza a los sindicalistas colombianos

Ahora ¿se te antoja de nuevo tomar una coca cola? Si tienes una bodega o un restaurante no vendas coca cola. No permitas que en los centros educativos se tome coca cola. Pronto estaremos ampliando esta nota.
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