La intoxicación con alcohol reduce la comunicación entre dos áreas del cerebro que
funcionan en conjunto para interpretar correctamente y responder a las
señales sociales, de acuerdo con investigadores de la Universidad de
Illinois en Chicago, que aparece publicada en la edición de septiembre
de Psicofarmacología.
Investigaciones anteriores han demostrado que el alcohol suprime la actividad en la amígdala, el área del cerebro responsable de percibir las señales sociales, como las expresiones faciales.
Dado que el procesamiento emocional involucra a la amígdala, área del cerebro que se encuentra en la corteza prefrontal, responsable de la cognición y la modulación de la conducta, queríamos ver si había alteraciones en la conectividad funcional o la comunicación entre estas dos regiones del cerebro, que podrían ser la base de los efectos producidos por el alcohol", dijo K. Luan Phan, profesor de psiquiatría de la UIC.Phan y sus colegas examinaron los efectos del alcohol en la conectividad entre la amígdala y la corteza prefrontal durante el procesamiento de los estímulos emocionales -fotografías de caras felices, temerosas y enojadas- mediante el uso de imágenes de resonancia magnética funcional, técnica de imagen que permite a los investigadores ver qué áreas del cerebro que están activas durante la realización de varias tareas.
Los participantes fueron 12 bebedores sociales (10 hombres, dos mujeres) con una edad media de 23 años. Su promedio reportado fue de 7.8 episodios de borrachera al mes, de acuerdo con los especialistas, consumir cinco o más bebidas para los hombres y cuatro o más bebidas para mujeres los pone en alto riesgo de desarrollar dependencia al alcohol.
A los participantes se les dio una bebida que contenía una dosis alta de alcohol (16%) o un placebo. Después tuvieron una exploración con resonancia magnética mientras trataban de igualar fotografías de rostros con la misma expresión.
Se les mostraron tres caras en una pantalla -una en la parte superior y dos en la parte inferior- y se les pidió que eligieran la cara en la parte inferior que mostraba la misma emoción que la que está en la parte superior. Los rostros estaban enojados, temerosos, felices o neutrales.
Cuando los participantes procesaron imágenes de caras enojadas, temerosas y felices, el alcohol redujo el acoplamiento entre la amígdala y la corteza orbitofrontal, un área de la corteza prefrontal implicada en el procesamiento de la información socio-emocional y en la toma de decisiones.
Los investigadores también notaron que el alcohol redujo la reacción de la amígdala a las señales de amenaza en rostros enojados o temerosos .
Esto sugiere que durante la intoxicación alcohólica aguda, las señales emocionales que amenaza no se procesan en el cerebro de forma normal porque la amígdala no responde como debe ser", dijo Phan.
La amígdala y la corteza prefrontal tienen una relación dinámica e interactiva. Cuando la amígdala y la corteza prefrontal interactúan podemos evaluar con precisión el medio ambiente y modular nuestras reacciones a ella. Si se desacoplan estas dos zonas, como sucede durante la intoxicación alcohólica aguda, nuestra capacidad de evaluar y responder de forma adecuada al mensaje no verbal que transmiten los rostros de los demás, puede ser afectada. Esta investigación nos da una mejor idea de lo que ocurre con la intoxicación alcohólica, incluyendo desinhibición social, la agresión y el aislamiento".
Fuente:
QUO
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