Es el nombre que recibe el vegetariano que se alimenta exclusivamente de
frutas, bayas y frutos secos. El frugívoro estricto no admite ninguna
preparación culinaria, ni siquiera la cocción, de la fruta que toma. Si
bien es cierto que las frutas permiten obtener gran parte de los
nutrientes básicos combinando frutos oleaginosos (aceitunas, nueces,
almendras...) con frutos azucarados (uvas, kiwis...), así como otros más proteicos, este tipo de dieta es desequilibrada y puede perjudicar la salud.
En cuanto al debate de nuestros orígenes frugívoros, si bien algunos antropólogos de los años ochenta sugirieron que el Australopithecus
se alimentaba solo de frutas, lo cierto es que análisis dentales más
recientes han demostrado que nuestros ancestros también comían alimentos
de origen animal y que, por lo tanto, eran omnívoros.
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