La mejora del clima y el aumento de los recursos hizo florecer en Chile y Perú la cultura que inventó la momificación
Hace 7.000 años los humanos aprendieron a hacer momias por primera
vez. No sucedió en Egipto, sino en la costa del desierto de Atacama, en
lo que hoy es el norte de Chile y el sur de Perú. Las razones que les
llevaron a hacerlo son aún un misterio, pero un nuevo estudio publicado
hoy señala que el cambio climático fue determinante en la aparición de
una técnica que después usarían otras civilizaciones para inmortalizar a
sus reyes.
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Una momia chinchorro / Bernardo Arriaza
El trabajo se centra en el estudio de los chinchorros,
un pueblo de cazadores y recolectores que habitó Atacama hace entre
9.000 y 3.500 años. Este pueblo fue el primero en aprender a preservar
cadáveres momificados extrayéndoles los órganos y aplicando diferentes
técnicas de conservación. Fruto de sus prácticas hoy se conocen cientos
de momias de niños y adultos.
El clima extremo del desierto de Atacama, el más seco del planeta,
favoreció la momificación natural de los cadáveres enterrados. Pero el
nuevo trabajo, realizado por investigadores de Chile y Francia, señala
que fue el aumento de la cantidad de agua dulce en la costa de Atacama
lo que permitió a los chinchorros dar el salto hasta dominar prácticas
culturales complejas como la momificación.
“La momificación artificial apareció durante un periodo de mayor
flujo de agua dulce en la zona costera y más recursos marinos, que a su
vez ocasionó un aumento de la población que aceleró la aparición de
innovaciones culturales”, explican los autores del estudio, publicado hoy en PNAS.
Auge y caída
El trabajo, codirigido por el experto en cultura chinchorro Bernardo Arriaza,
estima que este pueblo alcanzó un pico de población durante una etapa
más húmeda que se extendió en el periodo de hace entre 8.000 y 4.000
años. Los autores resaltan que esa misma época “coincide estrechamente”
con el desarrollo de la momificación artificial por parte de este
pueblo. Según el trabajo, los chinchorro inventaron la técnica para
preservar a sus muertos aprendiendo de la momificación natural que
tenían a simple vista en el desierto de Atacama.
Unas 100 generaciones después, el clima también fue responsable del
ocaso de esta cultura. Según los autores, hace unos 4.400 años
“prácticamente desaparecen” las prácticas de momificación de los
chinchorros en los principales yacimientos. Ese fenómeno coincide con un
drástico cambio hacia climas más áridos hace entre 5.000 y 4.000 años
que redujo los alimentos disponibles y disminuyó la población hasta que
los conocimientos de momificación “se perdieron”, concluye el trabajo.
Momias negras, rojas y embarradas
Los
chinchorros desarrollaron varios sistemas de momificación. Fruto de
ellos existen las llamadas momias rojas y negras, así como otras
preservadas con barro. Para hacer una momia negra se desmembraba un
cadáver para tratarlo y luego unir de nuevo sus partes. Las momias rojas
muestran que sus órganos fueron extraídos por incisiones. Esta cultura
alternaba las diferentes técnicas al mismo tiempo, incluyendo la
momificación natural gracias al excepcional clima del desierto de
Atacama. Algunos autores han propuesto que las diferentes técnicas
podrían responder al diferente estatus social de los momificados. El
nuevo estudio apunta a que esta variedad de técnicas tal vez se debiera a
simple experimentación hasta conseguir el método más fructífero para
preservar los cadáveres.
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