Un nuevo estudio analiza las diferencias en las dietas de los primeros humanos y de otros primates de hace un millón de años
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Diente de Paranthropus empleado para estudiar su dieta / José Braga/Didier Descouens
Hace un millón de años, mucho antes del surgimiento de Homo sapiens,
que acabaría colonizando el mundo, varias especies de homínidos
compartían África. Cada una de ellas tenía unas características que
determinarían su éxito o su fracaso, y entre esas características son
muy relevantes los hábitos alimenticios. Ahora, un grupo de
investigadores de Francia y Sudáfrica han utilizado el esmalte de los
dientes de tres especies de aquellos homínidos, Paranthropus, Homo y Australopithecus, para conocer su dieta.
De estos tres tipos de primate, habitualmente se atribuye a los ancestros más cercanos a los humanos actuales, los Homo, una dieta variada y a los Paranthropus
como exclusivamente vegetarianos. Esta especialización se considera una
de las causas que contribuyeron a la extinción de esta última especie
al limitar su capacidad de adaptación a los cambios medioambientales que
se produjeron hace un millón de años.
Homo y Paranthropus convivieron en el mismo espacio porque su alimentación era diferente
Sin embargo, los datos obtenidos por los investigadores a partir de dientes encontrados en Sudáfrica confirman que los Paranthropus comían solo plantas, pero parecen indicar que también los Homo
tenían una dieta poco variada, aunque en su caso era carnívora, y por
lo visto en los milenios posteriores esta especialización no le dio
malos resultados. Por último, los investigadores observaron que los Australopithecus tenían una dieta mixta de carne y vegetales.
El estroncio dice qué comieron
Sobre el éxito del carnivoro Homo y el fracaso del vegetariano Paranthropus, Vincent Balter,
investigador de la Escuela Normal Superior de Lyon y autor del estudio,
explica que “la primera ventaja de comer carne es que para el
desarrollo del cerebro, que es el sello distintivo de la evolución de
los Homo, se requiere comida de gran calidad”. No obstante,
Balter cree que nuestros ancestros primero tuvieron una dieta más
especializada que se fue haciendo variada con el tiempo. “El panorama es
probablemente diferente hace 1,5 millones de años y hace un millón de
años. Los Homo se especializarían en principio en comer carne, pero es probable que después también comiesen plantas”, añade.
«Para el desarrollo del cerebro, el sello distintivo de los Homo, se requiere comida de gran calidad y eso lo da la carne»
Vincent Balter
Investigador Escuela Normal Superior de Lyon
Para llegar a estas conclusiones,
los autores del estudio midieron la presencia de estroncio en el
esmalte de los dientes. Una mayor cantidad de este elemento indica una
dieta vegetariana y su ausencia apunta que el individuo al que
pertenecía la pieza dental era carnívoro.
Además de conocer cómo eran las diferentes dietas de los homínidos,
los científicos querían comprobar si, como mantienen algunas hipótesis,
una dieta más estrecha implica también un hábitat más limitado. En este
caso, el artículo indica que no es así para los Homo y los Paranthropus, que pese a comer solo carne o solo vegetales, se movían por áreas tan amplias como los Australopithecus con su diversificada alimentación. Para Balter, la clave es que Homo y Paranthropus ”vivieron
juntos en el mismo lugar y en el mismo momento porque su nicho era
diferente. Al no depender de la misma comida, no había competencia entre
ellos”, dice.
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