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8 de diciembre de 2007

Oriente Próximo teme ser la víctima.
La demanda de crudo se vería afectada en caso de medidas limitadoras.

ÁNGELES. ESPINOSA - Teherán - 09/12/2007 -

Los países productores de petróleo financian un estudio sobre la preocupación medioambiental, pero temen perder ingresos si se margina a los combustibles fósiles.



El cambio climático produce escepticismo entre los países productores de petróleo. Aun así, en la última cumbre de la OPEP, el cartel que proporciona el 40% del crudo mundial, los jefes de Estado de los 13 países miembros quisieron demostrar que comparten la preocupación medioambiental del resto del planeta y propusieron la creación de un fondo para "estudios sobre el medio ambiente, la energía y el cambio climático". Sin embargo, sus aportaciones no llegaron a los 1.000 millones de dólares previstos.

El proyecto pretende financiar el desarrollo de nuevas tecnologías para la captura de las emisiones de carbono y su eventual almacenamiento. Para ello, los miembros de la OPEP han propuesto establecer un fondo mundial de 3.000 millones de dólares costeado a partes iguales por la organización, los países industrializados y países en vías de desarrollo como China. Pero sólo Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Qatar prometieron 300 millones el primero y 150 cada uno de los otros tres.

Algunos observadores valoraron el anuncio del fondo como una mera operación de imagen de los miembros de la OPEP. Otros opinan que el avance de los biocombustibles les produce "escalofríos". La posibilidad de que un día lleguen a marginar a los combustibles fósiles no sólo les privaría de lo que para la mayoría es su única fuente de ingresos, sino que les convertiría en importadores, ya que carecen de capacidad para cultivar la materia prima necesaria.

No cabe duda de que sobre la cumbre planea el temor a que las nuevas tasas medioambientales o programas para limitar el efecto invernadero repercutan en un aumento del precio final de los hidrocarburos y afecten a su demanda. "No nos gustan las políticas que discriminan al petróleo o los carburantes fósiles en general", admitió el ministro saudí de Petróleo, Ali al Naimi.

Los productores de crudo a menudo se han sentido estigmatizados en el debate sobre el cambio climático. Por eso desde la ONU se trata de tranquilizarles y ganarles para la causa. "La acción internacional contra el cambio climático es una guerra contra las emisiones, no contra el petróleo", aclara Yves de Boer, secretario ejecutivo de la Convención para el Cambio Climático de la ONU. "Las mayores emisiones no proceden de los países productores (de petróleo). Salen de las fábricas de cemento, de las centrales eléctricas o del transporte", apunta por su parte Abdalá Salem al Badri, el secretario general de la OPEP. Es decir, que ellos no están contribuyendo al cambio climático.

Y en buena medida tienen razón. Tal como quedó claro en Kyoto, los que más gases emiten a la atmósfera son los mayores consumidores de energía, no los productores. Las emisiones de Estados Unidos, el mayor consumidor del mundo, son casi catorce veces mayores que las de Arabia Saudí, el principal productor (5.960 millones de toneladas frente a 412,35 millones en 2006).

El problema entre los miembros de la OPEP, y en particular los de Oriente Próximo, es la falta de una verdadera conciencia al respecto. Con sociedades civiles todavía débiles, apenas tienen grupos de presión medioambiental. Cuando este periódico llamó al Ministerio de Petróleo iraní para preguntar por sus planes al respecto, el responsable de prensa remitió a la página web, que no trata el asunto directamente. De su contenido se desprende que Irán apuesta por sustituir el petróleo por gas natural, pero es más una medida económica (fruto de sus reservas de metano) que ecológica. "Están haciendo un gran esfuerzo para modernizar su flota automovilística con vehículos con un doble sistema de inyección (gas y gasolina)", explica un consultor europeo.

Fuente:

El País
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