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25 de abril de 2008

Psicología VIII - Lewin, Perls y Berne

Psicología VIII: Lewin, Perls y Berne.

Conocer Ciencia en la TV

Serie_Ciencias Sociales_2 (h)

Conoceremos diversas ramas de la Gestalt: la psicología de grupos de Kurt Lewin, la psicoterapia de Fritz Perls y el análisis transaccional de Eric Berne.




Contenido:



Kurt Lewin
Espacio vital
Estilos de liderazgo
FritzPerls
Visión holística
Eric Berne
Las caricias
Padre-adulto-niño

Los abraza:

Leonardo Sánchez Coello
Profesor de Educación Primaria

Cerebro y evaluación de riesgos

Cerebro y evaluación de riesgos y emociones

Descubren que la predicción del riesgo y el procesamiento de las emociones están neurológicamente relacionados.



Unos investigadores de Ecole Polytechnique Fédérale de Lausanne y del Caltech han realizado un interesante descubrimiento neurológico sobre cómo el cerebro humano evalúa o predice el riesgo. Los resultados fueron publicados el pasado 12 de marcho en Journal of Neuroscience y arrojan luz sobre por qué ciertos riesgos como los riesgos financieros son subestimados frecuentemente. Además podría ayudar a entender comportamientos aditivos como el consumo de drogas o la ludopatía, que podrían estar causados por una mala evaluación del riesgo asumido.

La planificación implica hacer predicciones. En ciertos ambientes, sin embargo, nuestras predicciones no son acertadas. Una errónea predicción del riesgo frecuentemente desemboca en un comportamiento inusual: euforia o apuestas excesivas cuando el riesgo se subestima, y ataques de pánico o depresión cuando predecimos que las cosas son más arriesgadas de lo que realmente son. Para entender estas reacciones anómalas frente a situaciones inciertas, necesitamos estudiar los mecanismos neurológicos subyacentes a cómo aprendemos a predecir el riesgo.
Sorprendentemente se había efectuado poca investigación sobre este tema y no se sabía cómo el cerebro está involucrado en la predicción del riesgo.

Usando imágenes por resonancia magnética funcional durante la realización de una tarea de apuesta, en la que el riesgo cambia constantemente, los investigadores descubrieron que una activación temprana de la ínsula anterior del cerebro está asociada con errores en la predicción del riesgo. El curso temporal en la activación indica además un papel de la actualización rápida, y esto sugiere que esta región cerebral está relacionada con cómo aprendemos a modificar nuestras predicciones del riesgo.

El resultado es interesante porque la ínsula es un lugar donde integramos y procesamos emociones.

Los expertos del campo juzgan como bastante importante este descubrimiento, ya que indica que necesitamos actualizar nuestra comprensión de las bases neuronales de la anticipación de la recompensa en circunstancias inciertas para incluir la valoración del riesgo.

Al contrario de lo que decía Descartes, el hallazgo de que la predicción del riesgo y el procesamiento de las emociones están relacionados sugiere que las emociones pueden estar íntimamente relacionadas con la toma racional de decisiones, y ellas nos podrían ayudar a valorar el riesgo de manera correcta en un mundo incierto.

Fuente:

Cerebro y trato justo

Cerebro y trato justo

El cerebro está condicionado por defecto para demandar un trato justo. Esto depende de la parte emocional del mismo, que en este caso se impone a la parte racional.





El cerebro humano está configurado para percibir el sentido de la equidad. ¿Es la justicia un simple truco que adoptamos sólo cuando secretamente vemos ventajas en ella para nosotros?

Muchos psicólogos han abandonado recientemente la visión puramente utilitarista por ser demasiado simple. Ésta también ha sido la visión de los economistas que mantienen que los seres humanos tomamos siempre decisiones racionales, consciente e inconscientemente, que maximizan nuestros intereses económicos. Pero el juego del ultimátum ya reveló que esto no siempre es así.

Los recientes avances en ciencias cognitivas y neurociencias permiten ahora aproximarse a la cuestión de diferentes maneras, obteniéndose resultados intrigantes.
Golnaz Tabibnia y sus colaboradores de UCLA han usado el juego del ultimátum para explorar el sentido de la equidad o justicia y el interés propio en un laboratorio.

Desde estas páginas hemos tratado el fascinante test psicológico denominado “juego del ultimátum”. En el juego del ultimátum participan dos personas y se juega con dinero real. Al llamado proponente se le da una cierta cantidad de dinero que tiene que dividir en dos partes no necesariamente iguales y quedarse con la que se le antoje. El respondedor tiene entonces dos opciones: quedarse con la parte que ha dejado para él el proponente o decidir que los dos se quedan sin ninguna. Los dos conocen las reglas del juego previamente y el respondedor conoce el reparto realizado por el proponente. Además, el juego es a solamente una mano. Aunque se puede repetir, no será con los mismos jugadores.

Estos científicos exploraron una variante de este juego en la que la ganancia del respondedor era siempre de 5 dólares, pero en las que unas veces esa cantidad era una proporción baja del total y otra veces la mitad o casi de la suma inicial. Es decir, en el primer caso sería un reparto injusto y en el otro justo. La idea era asegurarse de que los sujetos respondían sólo a la idea de equidad y no al monto de las ganancias.

Se pidió además a los participantes que puntuaran en una escala el grado de felicidad o desprecio que sentían. Se encontraron con unos resultados interesantes: incluso cuando la ganancia era siempre la misma los sujetos estaban muy contentos cuando la oferta era justa y muy desilusionados cuando la oferta se alejaba del 50%.

Estos investigadores querían saber si había algo inherentemente gratificante en ser tratado con decencia. Así que vigilaron la actividad cerebral de los sujetos mientras participaban en el juego. Encontraron que cuando la oferta era miserable la ínsula anterior, que es la región asociada con las emociones negativas como pueda ser indignación moral, se activaba significativamente. Sin embargo, encontraron que el estriado ventral, región asociada a los mecanismos de recompensa, se activaba cuando los sujetos eran tratados equitativamente, aunque la ganancia en ambos casos era la misma.

Según informan en su artículo del número de abril de Psychological Science, el cerebro encuentra el comportamiento egoísta emocionalmente desagradable (obviamente el de los demás), y un grupo de neuronas diferente encuentra la equidad edificante. Es más, estas señales emocionales suceden en estructuras que son rápidas y automáticas, así que parece ser que el cerebro emocional deniega o desautoriza la actividad de la parte racional de la mente, que es más deliberativa. Enfrentándose a un conflicto la posición por defecto del cerebro es, por tanto, demandar un trato justo.

Además, cuando los científicos examinaron el cerebro de aquellos que se tragaban su orgullo por unos dólares, la actividad cerebral mostraba un patrón específico. Parecía ser que la parte inconsciente de la mente puede temporalmente apaciguar los ánimos de una respuesta de desprecio, permitiendo a la parte racional y utilitaria del cerebro mandar, al menos momentáneamente.

Si le pagan igual que a sus compañeros de oficina aunque usted saque adelante más trabajo ya sabe por qué esto le hace sentir mal.

Fuente:

NeoFronteras

Cerebro y toma de decisiones

Cerebro y toma de desiciones

Un grupo de científicos ha explorado recientemente un circuito cerebral relacionado con la toma de decisiones. Este hallazgo ayudará, por ejemplo, en las investigaciones para el desarrollo de prótesis.






¿Qué nos diferencia de los demás animales? Muchas de las características que juzgamos humanas están presentes, en menor grado, en ellos. Pero hay una que juzgamos exclusivamente nuestra: el libre albedrío. Los filósofos han vertido ríos de tinta sobre este concepto durante siglos, manteniendo posturas diversas. El hombre cree o sueña que es libre y en consecuencia planifica su futuro tomando decisiones.

Pero, ¿cómo tomamos nuestras decisiones? Asumiendo que todo lo que somos: nuestra personalidad, recuerdos, sentimientos están en nuestro cerebro, también lo debe de estar el mecanismo de toma de decisiones. Independientemente de que seamos o no una máquina determinista, es interesante la exploración científica del cerebro que las modernas neurociencias nos permiten. Los neurólogos pueden demostrar que incluso en este aspecto también tenemos cosas en común con algunos animales.

Unos científicos han explorado recientemente un circuito cerebral relacionado con la toma de decisiones. Este circuito activa la habilidad de ejecutar decisiones. Según ellos el cerebro funciona mejor cuando se le cambia la rutina habitual. Este hallazgo ayudará en las investigaciones para el desarrollo de prótesis y para saber cómo se toman las decisiones “insanas”.

Richard Andersen, investigador del Caltech y líder de la investigación, dice que es fascinante cómo decidimos hacer cosas y añade que el proceso de toma de decisiones no se comprende todavía bien.

Este investigador y sus colaboradores estudiaron cómo interactúan las diferentes regiones del cerebro durante el proceso de decidir un movimiento planificado.

Estos investigadores se centraron en el córtex cerebral, la parte “más humana” del cerebro donde, por ejemplo, procesamos el lenguaje o la conciencia del mundo exterior. Encontraron que cuando las opciones están disponibles el córtex frontal y parietal se transmiten claras señales de intercambio entre ellos una y otra vez. Por el contrario, cuando un decisión y el camino a su ejecución son estrictamente dictadas, la correlación entre estas regiones es significativamente más débil.

Este descubrimiento muestra que las diferentes partes del cerebro están trabajando juntas. La región premotora del córtex primero crea un plan, entonces una vez que la señal viaja al córtex parietal, esta segunda región devuelve un “apretón de manos” como si quisiera decir, “de acuerdo, lo tengo”.

Para examinar el circuido relacionado con la toma de decisiones, se empleó a unos monos macho entrenados especialmente para obtener un premio al apretar secuencialmente una serie de iconos de diversas formas en la pantalla táctil de un ordenador. Entonces se les presentó una disposición con sólo círculos en la que sólo una secuencia arbitraria proporcionaba la recompensa. Los monos tocaban los círculos en diverso orden en cada intento, cosa que sugería que estaban tomando sus propias decisiones, conscientes de que al aparecer sólo un tipo de figura eran libres de elegir y que eventualmente conseguirían una recompensa.

Durante el experimento los monos llevaban implantados unos electrodos en puntos específicos de sus cerebros que permitían registrar la actividad neuronal en tiempo real que se grababa para su ulterior análisis.

Cuando los monos tomaban sus propias decisiones, los investigadores pudieron ver que la banda de frecuencias para los potenciales de acción de unas neuronas del área cortical encajaban con la banda frecuencia en otra región. Esa coherencia era muchos más débil cuando los monos simplemente seguían las instrucciones.

Según Anderse puede que sea más difícil tomar tus propias decisiones y puede que esté relacionado con el aumento de coherencia mencionada. Las células que exhiben coherencia son además las primeras en mostrar la dirección que el mono decidió tomar.

Las implicaciones de este descubrimiento son muchas. Por ejemplo, ¿cómo alguien crea las preferencias y planea los movimientos de una prótesis? Otros objetos de estudio que se pueden ver beneficiados son las adicciones, fatiga, vejez y otros condicionantes que pueden conducir a la toma de decisiones equivocadas.

Una vez que la región del cerebro responsable de la libre elección sea descifrada, puede que las malas decisiones se entiendan mejor.

Fuente:

24 de abril de 2008

Se nos acabarán las medicinas

"Se nos acabarán las medicinas"
María Elena Navas BBC Ciencia


Antibióticos, tratamientos para enfermedades óseas y fallo renal, medicinas contra el cáncer, la malaria, etc.

Estos son algunos ejemplos de los fármacos que se perderán para siempre si no hacemos algo para revertir la pérdida de la biodiversidad.


Esa es la advertencia de más de 100 expertos conservacionistas que acaban de publicar el libro "Sustaining Life" (Sustentando la Vida).

Según los expertos, la naturaleza posee todavía muchos secretos y fuentes para el desarrollo de nuevas clases de tratamientos.
Pero muchos de éstos se perderán si continúa la actual pérdida de animales y plantas en el planeta.

"El principal problema que enfrentamos en la actual crisis ambiental es que la gente se siente muy separada del medio ambiente", le dijo a la BBC el doctor Eric Chivian, del Centro de Salud y Medio Ambiente Global de la Escuela de Medicina de Harvard y uno de los autores del estudio.

"Fue por eso que decidimos hacer este libro, para que la gente reconozca que la salud y la vida humanas están íntimamente entrelazadas con otras especies, con los ecosistemas y con el resto de la naturaleza", agregó el experto.
Entre los autores del libro hay miembros de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Convención de Diversidad Biológica.

Secretos
Muchos de los nuevos fármacos de los que disponemos hoy en día -y los que están en desarrollo- derivan de fuentes naturales.
Pero a medida que las especies de animales y plantas se extinguen, también se pierden muchas de las posibilidades de desarrollar nuevos tratamientos para la salud humana.

Los osos podrían tener el secreto para evitar la osteoporosis.Uno de los ejemplos que los autores mencionan es el de la rana australiana, Rheobatrachus silus.
Esta especie es el único animal cuyas hembras son capaces de incubar sus huevos en el estómago, lo que en otros animales provocaría que fueran digeridos por enzimas y ácido gástrico.

Estudios en el pasado demostraron que los renacuajos producen en el estómago de la madre varias sustancias que inhiben las secreciones de ácidos y enzimas.
De esta forma evitan que la madre vacíe su estómago en el intestino mientras los pequeños se desarrollan.

Según los autores de "Sosteniendo la Vida", la investigación sobre las sustancias gástricas de la rana australiana pudo haber brindado información muy importante para prevenir y tratar la úlcera péptica en humanos.

Este trastorno afecta, tan sólo en Estados Unidos, a unos 25 millones de personas.
"Pero estos estudios no pudieron continuar porque ambas especies de Rheobatrachus se extinguieron y ahora hemos perdido para siempre sus valiosos secretos médicos", afirma el doctor Eric Chivian.

"Y quizás con ellos hubiéramos podido encontrar una nueva forma de prevenir o evitar la úlcera péptica", agrega.

Fuentes naturales
Otro ejemplo de un comportamiento animal que podría ser útil para la medicina es la capacidad de los osos para mantener su masa ósea cuando entran en el estado de hibernación.

Esto, afirman los autores, podría revelar información muy valiosa para entender mejor enfermedades como la osteoporosis.

Creemos que sólo conocemos una décima parte -o quizás menos- del número total de especies que existen en el planeta como señala el doctor Chivian, más de la mitad de los medicamentos que se producen en Estados Unidos están hechos a base a compuestos naturales o están basados en la composición de éstos.
El libro dedica un capítulo a cada uno de los siete grupos amenazados de organismos valiosos para la medicina.

Estos son: anfibios, osos, caracoles cónicos, tiburones, primates no humanos, gimnoespermas y cangrejos bayoneta.

"Si miramos a los anfibios -dice Eric Chivian- vemos que se están perdiendo a un ritmo alarmante. Casi un 35% de las 6.000 especies conocidas está en peligro de extinción".

"Creemos que sólo conocemos una décima parte -o quizás menos- del número total de especies que existen en el planeta", señala el experto.
"De las especies microbianas o bacterianas, o las especies en el océano profundo a donde es muy difícil llegar, no conocemos casi nada".

"Ya hoy en día nos estamos lamentándonos porque, con la contaminación, el cambio climático y la actividad humana quizás no llegaremos a conocer muchas de estas especies, ni los secretos que esconden".

El libro "Sustaining Life" se publica con motivo de la Convención de la ONU sobre Biodiversidad Biológica que se celebrará en Bonn, Alemania, en mayo.

Fuente:

BBC en español

21 de abril de 2008

El árbol más viejo del mundo

Suecia ostenta el honor de tener en uno de sus parques el árbol vivo más antiguo del mundo, que ronda los 10.000 años de edad.



Al menos así lo aseguran dos científicos de la Universidad de Umeå que se toparon con el milenario abeto en la montaña Fulu, en la provincia de Dalarna, mientras realizaban un censo de las especies arbóreas de la región en 2004.

La edad de su material genético fue calculada recientemente a través del método del carbono-14 en un laboratorio de Florida, Estados Unidos.

Hasta ahora los especialistas creían que los abuelos de todos los árboles eran los pinos de más de 4.000 años de edad de América del Norte.

Pero el más antiguo de todos ellos queda enano ante el abeto sueco: es un pino erizo (Pinus longaeva), familiarmente llamado Matusalén, que tiene unos 4.800 años de acuerdo al libro Guinness de los Records. Se ubica en las Montañas Blancas de California.

Auto-clon
El flamante portador del récord, el abeto sueco, germinó justo después de la última glaciación.

Fue hallado por un profesor de la Universidad de Umeå, Leif Kullman, y uno de sus alumnos, junto a otra veintena de abetos de más de 8.000 años de edad.

La parte visible de Picea abies de Kullman es relativamente moderna, pero los análisis realizados a las "cuatro generaciones" de restos -piñas y madera- encontrados debajo, demostraron que su sistema de raíces ha estado creciendo desde hace 9.550 años.

Kullman, profesor de geografía física, señaló a BBC Mundo que los tallos o troncos tienen una expectativa de vida de alrededor de 600 años, pero tan pronto como muere uno, un clon emerge del mismo sistema de raíces.

Los clones echan raíz cada invierno, mientras la nieve cubre las ramas más bajas del tronco y las sepulta.

¿Adaptado al calentamiento global?



Según dijo Kullman a BBC Mundo, se trata de un descubrimiento muy importante en varios aspectos desde el punto de vista científico, que cambiará lo que se estudiaba hasta ahora en los libros.

"Durante miles de años estos árboles tuvieron poca estatura, eran muy bajos. Crecían a temperaturas bajas. Pero en los últimos años las temperaturas han subido en la tundra alpina", explicó.

La variación ha sido significativa en el último siglo: hasta 1,4º C en promedio, dice.
Los abetos descubiertos se han adaptado. No sólo crecieron más altos y erguidos, sino que se fueron desplazando hacia arriba en la montaña.

Han elaborado una suerte de "respuesta ecológica al cambio climático", afirmó Kullmann.

Ningún advenedizo
El descubrimiento del abeto más viejo ha sido toda una revelación, insistió, ya que este tipo de pinaceos se consideraban una especie relativamente "nueva" en la región.
Se creía que los más antiguos habían llegado hace 3.000 años.

"Nuestros resultados muestran justamente lo contrario: los abetos son unos de los árboles que hace más tiempo viven en las cadenas montañosas", dice Kullman.

El experto aclaró que hace 10.000 años los abetos sí eran poco frecuentes en la zona, y que cabe la posibilidad que los humanos del mesolítico los hayan "importado" cuando migraron al noroeste tras el deshielo.


Fuente:

BBC en español

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El bosque de ocho millones de años
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