31 de agosto de 2012
En vez de lengua ¡un crustáceo!
21 de diciembre de 2011
Las feromonas de las cucarachas pueden salvar de la extinción a un ave
Investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte han descubierto una composición química única en cucarachas -una feromona sexual emitida por ciertas hembras de la cucaracha de la madera para atraer a parejas potenciales- que podría mejorar la conservación de un tipo de pájaro carpintero en peligro de extinción.
El profesor de Entomología en la Universidad Estatal de Carolina y autor del estudio, Coby Schal, ha afirmado que el trabajo, publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), descubre una serie de propiedades fundamentales, biológicas y químicas, de un importante género de cucaracha de América del Norte -un insecto beneficioso para los bosques y una plaga en los hogares.
La Parcoblatta lata -la mayor y más abundante de las cucarachas de la madera- es la comida favorita del pájaro carpintero de copete rojo, en peligro de extinción. Según Schal, este estudio, que además de describir la feromona produjo una versión sintética de la misma, podría ayudar a los científicos a determinar si ciertos hábitats ofrecen comida suficiente al pájaro carpintero.
Si la feromona sintética atrae a un gran número de varones adultos de cucarachas P. lata, entonces el número de insectos es probablemente suficiente y, a condición de que otros aspectos del hábitat también sean favorables, la zona podría ser un hogar adecuado para los pájaros carpinteros de copete rojo.
Además de servir de alimento a los pájaros carpinteros, los machos adultos de esta cucaracha también infestan las casas después de haber sido atraídos por las luces; según Schal, la feromona también podría ayudar a controlar este tipo de plagas.
Schal y sus colaboradores de las universidades de Nueva York y California realizaron una serie de métodos para comprender el afrodisíaco de la P. Lata; el equipo utilizó cromatografía de gases, en la que el compuesto es separado en un horno controlado de otros compuestos químicos que las cucarachas producen. Al conectar este instrumento a las antenas de la P. lata para seguir su actividad eléctrica, los investigadores se centraron en el compuesto biológicamente activo y, a continuación, utilizaron la resonancia magnética nuclear para determinar la estructura química de la feromona.
Por último, desarrollaron una versión sintética del compuesto, con el fin de comprobar si podía atraer a ejemplares adultos macho de la P. Lata con él, y así fue; además, sorprendentemente, atrajo a algunas otras especies de Parcoblatta. Sin embargo, una cucaracha de la madera común brilló por su ausencia: la Parcoblatta pennsylvanica, que ignoraba la feromona sintética.
"Las cucarachas Parcoblatta son endémicas de América del Norte", explica Schal, quien agrega que "el compuesto que hemos identificado es un componente importante de una mezcla de múltiples componentes de feromona; así que el hecho de que el producto químico identificado en este trabajo atraiga a algunas especies de Parcoblatta, pero no a otras, nos aporta también información sobre su historia evolutiva".
Fuente:
18 de enero de 2010
Las higueras también castigan
Lunes, 18 de enero de 2010
Las higueras también castigan
La higuera
La higuera (Ficus carica) es un árbol de pequeño porte o un arbusto de la familia de las moráceas (Moraceae), una de las numerosísimas especies del género Ficus. Originario de Asia sudoccidental, crece ahora espontáneamente en torno al Mediterráneo y en otras regiones del mundo, como al sur de Lima, en la costa central del Perú.
Los frutos de la higuera son diversos, distinguiéndose muchas variedades y distintas fructificaciones estacionales, designándose con términos como higos blancos, higos reina, higos negros y brevas. Fue una de las primeras plantas cultivadas por el hombre. Un artículo en la revista Science constataba el hallazgo de nueve higos fosilizados fechados alrededor de 9400-9200 a. C. en el poblado neolítico Gilgal I, en el Valle del Jordán.
Las higueras castigan a las avispas que no cooperan correctamente con ellas y tratan de obtener beneficios sin pagar el precio acordado.
De entre todas las frutas, los higos son aquellos cuya historia es mejor olvidar a la hora de comérselos. Pero son un bello ejemplo de colaboración o cooperación entre especies muy distintas.Las higueras, pese a lo que parece, son unos árboles muy modernos. La carencia de flores es sólo aparente, pues éstas se encuentran en el interior de los higos inmaduros. El problema viene a la hora de polinizarlas.
Las higueras han encomendado la tarea de su polinización a las avispas. Es aquí donde la historia se hace interesante, representando el ejemplo favorito de relación mutuamente beneficiosa entre dos especies.
El higo inmaduro constituye el lugar donde determinadas especies de avispas van a poner los huevos, un sitio que sus larvas van a considerar acogedor en donde crecer, pues están protegidas y tienen aporte de comida. La maduración del higo, así como la cría de las larvas de avispa y la generación de polen están sincronizadas de tal modo que las avispas pueden polinizar las flores de otros higos. La higuera proporciona el incentivo de comida gratis y un refugio, pero a cambio consigue la polinización cruzada. Este tipo de relación se remonta a hace unos 80 millones de años, cuando se cree que surgió por primera vez.
Pero esto no siempre es así, como en toda relación social compleja siempre puede haber tramposos que quieran aprovecharse del sistema y obtener los beneficios sin pagar un precio. En este caso puede haber avispas que quieran usar los higos, pero que no quieran polinizarlos.
La higuera se las ha ingeniado para crear un sistema de castigo para que la simbiosis no se transforme en parasitismo: dejar caer los higos que no han sido polinizados por la avispas, matando así a su descendencia. Este castigo podría ser esencial a la hora de mantener la relación tal y como es.
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