Pues porque las canciones tristes en realidad solamente son una simulación de la verdadera tristeza.
Es cierto que las investigaciones revelan que, aunque una música triste y/o una letra del mismo tenor producen reacciones algo depresivas en el cerebro, la intensidad no es la misma. Es más, hay a quien efectivamente le produce placer porque le ayuda a purgar penas reales que no ha sabido procesar, para algunas personas escuchar canciones tristes (así como ver películas tristes) constituye una auténtica terapia de catarsis.
También es cierto que el aire melancólico está asociado culturalmente al romanticismo, y eso siempre es un atractivo. Por ello films como "Titanic" o "Coco" son grandes éxitos de taquilla.
Cómo la música puede manipular nuestras emociones
Una investigación japonesa del RIKEN Science Institute ha revelado que las composiciones en modo menor (que usan una cierta selección de notas) producen un mayor desánimo que las que suenan en modo mayor (otra selección diferente). Éstas últimas más bien producen alegría.
Por ejemplo, la canción "Recuérdame", ganadora de un Oscar, contiene muchas notas menores, empieza con un DO pero luego pasa rápidamente a notas menores como fa menor, la menor y sol menor. Las notas menores le dan un tono melancólico:
Mientras la canción "Poco Loco" inicia con notas mayores como DO y RE, para luego pasar a las notas MI y LA. Al poseer notas mayores estamos ante una canción alegre...
¡Hasta la próxima amigos!
Prof. Leonardo Sánchez Coello
Con información de: QUO y YouTube