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3 de junio de 2012

Notas de otros medios
“Al cerebro no le interesa la verdad, sino la supervivencia del organismo que lo alberga”
 
Entrevista a Francisco José Rubia Vila, publicada por el Colegio Libre de Eméritos.

¿En qué se diferencian mente y cerebro?
La mente no es otra cosa que la actividad consciente e inconsciente del cerebro.


¿Cuál es la relación entre emoción y razón? ¿Cómo intervienen las emociones en los procesos cognoscitivos?
La relación entre emoción y razón no es antinómica. Se ha mostrado en pacientes con lesiones en estructuras del sistema límbico, o cerebro emocional, que tienen dificultades con los razonamientos. Por tanto, la relación entre emoción y razón es estrecha y bidireccional.


¿En qué medida influye el medioambiente para el desarrollo de facultades mentales?
Cualquier facultad mental para la que tenemos una predisposición genética necesita del entorno para poder desarrollarse. Los genes se expresan si el entorno es apropiado. Eso ocurre, por ejemplo, con el lenguaje, pero también con otras facultades mentales


¿Cuál es el papel de las emociones en la memoria?
Fundamental. Todos sabemos que el almacenamiento de sus contenidos es más rápido e intenso cuanto mayor sea la carga emocional. En este proceso, el yo consciente no juega ningún papel.


¿Es verdad que “El cerebro nos engaña”, tal y como reza el título de uno de sus libros?
La frase “El cerebro nos engaña” es coloquial. En la palabra “nos” se encierran también cerebros. Lo que quiere dar a entender es que al cerebro no le interesa “la verdad”, sino la supervivencia del organismo que lo alberga. Si le falta información, la suple con historias plausibles, aunque sean falsas. El ejemplo que suelo utilizar es el del cazador en la India que ve tras un arbusto una especie de maroma anaranjada con tiras negras. El cazador sale corriendo porque su cerebro ha reconstruido todo un tigre, pero puede ser una maroma, en cuyo caso el cerebro ha engañado, pero esa “creación cerebral” es útil para la supervivencia. Es muy útil recomponer una imagen con pocos datos, pero tiene también sus inconvenientes porque puede ser engañosa.


Recientemente, en Estados Unidos, un ordenador diseñado por IBM ha derrotado en un concurso de televisión a dos cerebros humanos privilegiados. Todo un triunfo de la inteligencia artificial, porque además de tener memoria, Watson, que así se llama el robot, puede pensar. Parece una película de neurociencia-ficción... ¿qué le parece a usted?
Que veremos aún cosas más sorprendentes. No obstante, la comparación del ordenador con el cerebro es incorrecta. En el ordenador la “hardware” y la “software” están separadas; en el cerebro, no. Además, en el ordenador aún falta las emociones que son importantes en el cerebro para razonar como hace la especie humana.


¿Es cierto que el cerebro tiene sexo, tal y como afirma en su libro “El sexo del cerebro”? ¿En qué consisten, básicamente, esas diferencias?
En el hipotálamo se encuentran estructuras que difieren del hombre a la mujer. Pero no son las únicas. Aparte de la morfología, en las funciones también se han detectados diferencias. Ante un mismo problema, los cerebros masculino y femenino se activan de forma diferente, lo que ha llevado a pensar que utilizan estrategias diferentes para la solución de ese mismo problema.


Para el neurocientífico Ramachandran las neuronas espejo, las responsables de la empatía y la imitación, serían para la psicología como el ADN ha sido para la biología... ¿qué opina usted?
Que es un tanto exagerado. No obstante, hay que admitir que la capacidad de imitación y la empatía han sido esenciales en nuestro desarrollo como especie, tanto en la fabricación de utensilios como en el lenguaje gestual, precursor del hablado, y en la llamada “teoría de la mente”, o sea la capacidad de poder adivinar y predecir lo que piensan o sienten los demás, algo enormemente importante para la supervivencia.


Howard Gardner ha sido recientemente galardonado con el premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales por su labor en el terreno de la educación. Considera que la inteligencia humana no es única y que cada individuo posee, al menos, ocho habilidades cognoscitivas, lo que él llama inteligencias múltiples. ¿Qué opinión le merecen sus conclusiones?
La palabra ‘inteligencia’ pertenece a lo que se ha llamado ‘psicología popular’ y tiene poco sentido desde el punto de vista neurobiológico. El cerebro ha ido desarrollando a lo largo de la evolución capacidades para solucionar problemas del entorno y cada una de ellas puede tener un desarrollo diferente, tanto en un individuo como entre ellos. De ahí la expresión “múltiples inteligencias”, algo que ya había sospechado Juan Huarte de San Juan en su “Examen de ingenios”.


¿Es igual de “maleable” el cerebro de un adulto que el de un niño pequeño?
No es igual de maleable, pues el cerebro del niño aún no está totalmente maduro. Algunas regiones terminan ese proceso de maduración al final de la adolescencia. Lo que es cierto es que podemos aprender hasta el fin de la vida.


En una de sus conferencias, “Cerebro y música”, habla del lenguaje y la música. Ambas están presentes en todas las sociedades humanas que hoy existen ¿El lenguaje se deriva de la música o ambos, lenguaje y música, se desarrollaron en paralelo?
No está claro. Algunos autores hablan de “musilenguaje” como si fuese un sistema único. Sin embargo, la localización de algunos aspectos tanto del lenguaje como de la música es diferente.


Si algunas enfermedades mentales tienen un alto componente genético, como por ejemplo, la depresión, ¿quiere decir esto que son “incurables”? ¿se puede reeducar al cerebro, en este sentido?
Enfermedades poligénicas, es decir que dependen de varios genes, son difíciles de curar. Es de suponer que en el futuro la terapia génica podrá acometer la eliminación de los genes defectuosos sustituyéndolos por sanos.


¿Qué relación hay entre las creencias políticas o religiosas o los valores sociales y la estructura cerebral? ¿Condiciona la estructura cerebral las creencias políticas o son los valores los que influyen en el desarrollo de esta estructura? ¿Cómo se explican los fanatismos o, por ejemplo, el surgimiento de movimientos como el nazismo, desde el punto de vista del desarrollo de las ideologías en el cerebro?
Estamos aún lejos de responder a estas preguntas. Ahora bien, en las ideologías aparece un pensamiento fuertemente dualista unido a una gran carga emocional que las hace extremadamente peligrosas. El pensamiento dualista, sin embargo, es útil para analizar la realidad, ya que el cerebro funciona por contrastes. Con otras palabras: cualquier herramienta cerebral tiene, como todo, sus ventajas y sus inconvenientes.


¿Estamos totalmente determinados al nacer por nuestra estructura cerebral o podemos decir que cerebro humano goza de libre albedrío?
Experimentos repetidos en varios laboratorios parecen indicar que el libre albedrío es una ficción. Si en el futuro otros experimentos indicasen su existencia tendríamos que revisar esta opinión. Es difícil aceptarlo, ya que todos tenemos la impresión subjetiva de ser libres. Pero durante veinte siglos hemos tenido la impresión subjetiva de que el sol se movía alrededor de la tierra y ha resultado ser falsa. Mi consejo: hay que ser muy cautos con las impresiones subjetivas.

Fuente:

12 de mayo de 2012

El amor materno engendra confianza

Especial: Día de la Madre



Los bebés que reciben mucho afecto de sus madres estarán mejor preparados para enfrentar el estrés y las tensiones siendo adultos.

Madre y su bebé

La madre debe ser receptiva y sensible a las necesidades del bebé.

Esa es la conclusión de un estudio llevado a cabo en Estados Unidos con cerca de 500 personas a quienes se siguió desde la niñez hasta la adultez.

La investigación -publicada en Journal of Epidemiology and Community Health (Revista de Epidemiología y Salud Comunitaria)- encontró que los abrazos, besos y declaraciones abiertas de amor de la madre a su bebé parecen fomentar la capacidad de resistencia y recuperación emocional.

La clave, afirman los investigadores, podría ser un vínculo fuerte y seguro entre la madre y el hijo.

A pesar del creciente interés que existe en el papel que juegan las experiencias de los primeros años de vida en la salud adulta, casi no ha habido estudios que hayan podido seguir a los participantes desde la niñez hasta las etapas posteriores de la vida.

Los investigadores de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, sí pudieron seguir ese registro con 482 personas que participaban en el Proyecto Perinatal de Colaboración Nacional.

Los científicos midieron con pruebas psicológicas la calidad de la interacción entre las madres y sus bebés cuando éstos tenían ocho meses.

Al final de cada sesión, el psicólogo calificó la forma como la madre respondía a las emociones y necesidades del niño.

La cantidad de afecto y atención que la madre daba su hijo también fue clasificada, con marcadores que iban desde "negativo" a "extravagante".

Posteriormente, cuando esos bebés cumplieron en promedio 34 años, se estudió su salud mental usando pruebas estándar para clasificar síntomas que incluían tanto factores específicos como ansiedad y hostilidad como niveles generales de aflicción.

También se preguntó a los participantes si pensaban que sus madres habían sido afectuosas con ellos y debían responder con marcadores que iban desde "fuertemente de acuerdo" hasta "fuertemente en desacuerdo".

Mejor preparados

Los resultados mostraron que los niños que recibieron mucho afecto de su madre podían manejar de mejor forma todos los tipos de aflicciones.

Bebé llorando

Muy pocos estudios han podido seguir a los participantes desde la niñez hasta la adultez

En particular, los niños de madres cariñosas podían tratar mejor la ansiedad que los niños de madres emocionalmente indiferentes.

"Es sorprendente que una breve observación del nivel de cariño materno en la infancia esté asociada con la angustia que puede enfrentar ese niño 30 años después", afirman los investigadores.

Y agregan que estos resultados comprueban la creciente evidencia de que la primera infancia ayuda a establecer las bases de las experiencias más tarde en la vida.

Pero señalan que no puede descartarse la influencia de otros factores, como la personalidad, la educación y la vida escolar.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

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