Alberto Ruano, nuevo director general de Lenovo Iberia, explica los retos de la empresa en un contexto cambiante donde la informática tradicional está esforzándose por encontrar nuevos formatos y productos.
Un nuevo rol al frente de una multinacional. Lenovo ha cambiado de director general para España. Su elección, Alberto Ruano,
que durante mucho tiempo fue la cabeza visible de Toshiba España.
Incorporado al gigante asiático como director de negocio de Empresas y
Administración Pública, el directivo (Madrid, 1967) será el responsable
de hacer que la compañía esté cada vez más cerca de cumplir su
«ambicioso objetivo» de lograr posicionarse como el fabricante de
ordenadores líder en España.
¿Cuáles son los principales retos que se ha marcado al frente de Lenovo Iberia?
La
presión no me va a sorprender. Está claro que en este tipo de puestos
tenemos que saber trabajar con ella, medirla y disminuirlas a las
diferentes capas de la organización. Lo que quiero es tener tener una
organización muy efectiva, práctica, un poco con la personalidad que yo
tengo y muy enfocada al mundo del negocio.
La informática está presente en todos los ámbitos. ¿Cómo discurre el negocio en el contexto nacional?
Nosotros
tenemos mucha suerte de estar en un sector muy dinámico.
Independientemente de la crisis, el sector informático ha sufrido menos
que otros. Obviamente sí ha existido una erosión en los precios. Piensa
que cuando hay mucha tecnología lo que es una pena es que los productos
se conviertan en un «commodity» -mercancía-. La parte buena es que todo
el mundo necesita la tecnología. Para comunicarse, para trabajar, para
ser más productivo o para tiempos de ocio. La parte negativa es que
hemos, de alguna forma, dejado de transmitir la cantidad de tecnología e
I+D en la fabricación de los dispositivos. Se han convertido en un
producto muy «commodity» y la gente no valora la tecnología sino la
usabilidad y el precio. Transmitir, depende del sector, que esto tiene
un coste es muy complicado. Y tienes que empezar a diferenciar al
usuario de la calle, el consumo, la educación y el usuario profesional
si quieres tener una gestión un poco rentable.
¿Dentro de unos años también?
Dentro
de unos años se seguirá innovando pero si te preguntan cuál es tu
dispositivo idóneo lo que todos queremos son dispositivos con un tamaño
de pantalla de 10 o 12 pulgadas, con mucha batería que no estemos
pendientes de enchufarse a ningún sitio y con mucha movilidad además de
un teclado cómodo para poder trabajar. Este sector lo veo, de aquí a
unos años, igual que ahora pero con dispositivos más ligeros y con mayor
duración de su autonomía. ¿Decrecen las tabletas? No, lo que ha
decrecido son las tabletas como se entiende como tal, pero lo que ha
crecido son los detachables -tablets con teclado desmontables o «2 en
1»- y convertibles. El 65% de los convertibles que se venden en el mundo
son Lenovo, en España la cifra llega hasta el 60%. Estas dos categorías
de producto han crecido. ¿Son tabletas? Sí, pero no tabletas en sí
mismas. Claro que canibaliza un poco a estas.
¿Por qué cree que decrece el ritmo de ventas de la tableta convencional?
Piensa
cuando tú tenías tu ordenador de sobremesa tenías tu habitación para el
ordenador. Luego pensaste en la movilidad para poder llevártelo de
vacaciones o al salón sin la necesidad de estar en un sitio físico para
poderte conectar. Este fue el primer gran paso. Y llegaron las tabletas.
Y se pensó: «mira tengo mi ordenador pero ahora voy a tener una tableta
por ejemplo cuando me vaya de vacaciones porque pesa menos». Es más
práctico. ¿Qué ocurrió? Que echabas de menos el teclado. Al final,
aunque tengas un teclado virtual, el teclado convencional es más
práctico y trabajas mejor. El propio mercado nos va poniendo en nuestro
sitio. En la educación, pensábamos, la tableta era el producto ideal. En
costes es mucho mejor, el usuario es avanzado y la penetración en este
sector va a ser muy alta. Pues no. Fue un boom en un principio pero el
propio mercado lo ha regularizado. Los estudiantes, ahora, tienen su
ordenador portátil. La tableta creció mucho pero no como alternativa al
ordenador como mucha gente pensaba; ese fue el error. No era una
alternativa, sí un complemento. Ahora ya no estás pensando en comprarte
una nueva tableta. El próximo paso, y donde nosotros estamos creciendo
más y donde más éxito estamos teniendo, es en los clientes que están, en
lugar de sustituir un «tablet», pasándose a los convertibles. En
general, tanto a nivel de consumo como en empresa. Y no te digo en los
colegios…
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