Una población feliz,
más que asociada a los factores socioeconómicos de un país (a la
estabilidad, a la riqueza, a la situación política o incluso a la
prevalencia de enfermedades), viene determinada por la genética.
Así lo expone el último estudio llevado a cabo por científicos de la
Universidad de Gestión de Varna (Bulgaria) y Michael Bond, de la
Universidad Politécnica de Hong Kong (China), cuyos resultados publica
la revista The Journal of Happiness Studies.
Fuera de todos estos factores externos, la investigación ha descubierto una variable claramente relacionada con la felicidad del ser humano y no es otra que la genética. Los expertos acudieron a los resultados del World Values Survey, una encuesta sobre felicidad realizada a nivel global entre 2000 y 2014, con objeto de resumir en porcentajes la felicidad según cada uno de los países de nuestro planeta. También
recabaron datos genéticos poblacionales así como información sobre
prevalencia histórica de enfermedades del Banco Mundial.
Luego, comparando la felicidad observada por los ciudadanos de cada país con las secuencias de su ADN, descubrieron que los ciudadanos que se consideraban a sí mismos más felices eran justamente los que contaban con la variante genética “rs324420”, responsable del aumento de la percepción de placer y la disminución de la sensación de dolor.
Teniendo en cuenta este factor genético, los habitantes de Ghana y Nigeria en África Occidental así como como México y Colombia en América Latina representaban el grado más alto de felicidad.
En el extremo opuesto, los habitantes más infelices y que contaban con
menos presencia del gen rs324420 eran Hong Kong, China, Tailandia y
Taiwán, además de Irak y Jordania. En Europa, los que contaban con mayor presencia de esta variante genética eran los suecos.
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