Hace unos meses recibí un correo de uno de vosotros (hola Fernando),
avisándome sobre algo que ocurría en el primer episodio de la serie Arrow (para los despistados, es una versión televisiva del superhéroe de DC, Flecha Verde).
En dicho episodio se realizaba una transferencia bancaria (de forma
fraudulenta) a través de un ordenador, y se nos mostraba una pantalla,
donde veíamos dos barras de progreso (una para la cuenta origen, y otra
para la cuenta destino) y un contador de dinero que iba creciendo
rápidamente, dolar a dolar.
Esta forma de mostrar una transferencia bancaria online, no es
exclusiva de la serie. Se ha convertido en un estereotipo, y la podemos
ver en casi cualquier película o serie de televisión, con distintas
variantes. En todas ellas vemos una barra de progreso avanzar a la vez
que un contador de dinero se incrementa o decrementa a gran velocidad,
pero siempre de unidad en unidad.
Como cualquiera que haya utilizado alguna vez la web de un banco
sabrá, la realidad es muy diferente. Y el motivo es muy sencillo: el
dinero no «viaja» por la red dolar a dolar. Cuando se realiza una
transferencia, en realidad se están haciendo apuntes en las cuentas
afectadas. A una se le resta una cantidad y a otra se le suma esa misma
cantidad. Y no importa si la transferencia es de 1 euro o de 1.000.000.
En lo que a los ordenadores se refiere, es exactamente lo mismo, y
tardan lo mismo en hacer la operación. Sólo cuando los números
implicados son muy grandes y exceden la longitud de su «unidad básica»
de aritmética (y con 64 bits, estaríamos hablando de números de 20
dígitos o más), hay que trocear la operación. Pero aún así, el tiempo de
cálculo sería casi inapreciable (la suma y la resta son operaciones muy
«baratas» en cuanto a proceso).
En realidad, lo que más tiempo puede llevar es la comunicación en sí a
través de la red. Es decir, el tiempo que tardan los datos (números de
cuenta e importe, por ejemplo) en ir desde nuestro terminal al servidor
correspondiente, y el tiempo que tarda el resultado en llegar, una vez
completada la operación. Y ese tiempo es también independiente del
importe (alguien podría decir que no es exactamente así, pero la
diferencia debida a los pocos bytes de más que podrían suponer el mandar
un número más grande, comparado con el resto de datos y metadatos, es
casi despreciable).
Es interesante hacer notar que, cuando la transferencia es de un
banco a otro, no siempre en inmediatamente efectiva. ¿Qué quiere decir
esto? Que aunque la información haya viajado en pocos segundos,
dependiendo de los acuerdos entre bancos, o incluso de la legislación,
es posible que una vez realizada la transferencia, en realidad pasen
unas horas (o días) hasta que el dueño de la cuenta destino vea
efectivamente su saldo incrementado (como también, muchos de vosotros ya
habréis experimentado). Y eso ya no depende de elementos técnicos (la
información ha viajado correctamente), si no de procedimientos internos
de cada banco.
Fuente:
Mala Ciencia