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10 de febrero de 2013

López de Mántaras: "Estamos más cerca de HAL9000 que de crear un niño robot"


jose ramon lopez de mantaras

Esta semana visitó Ciudad Real uno de esos genios olvidados que existen todavía en las organizaciones científicas españolas y que todavía no han decidido abandonar el país en busca de fondos. Su nombre es Ramón López de Mántaras, nombre poco conocido, pero que es director de Investigaciones de Inteligencia Artificial del CSIC, ganador del nóbel de su área, el premio Robert S. Engelmore, siendo el primer no norteamericano que se ha hecho con él.

Además de estos elementos, López de Mántaras es una de esas personas que da gusto entrevistar, apretón de manos explicar lo que quieres y se une al juego periodístico. En este caso ese juego se basa en coger referencias de aquí y de allí, de la ciencia ficción y de las películas, para hacer una idea de cuál es el futuro de la inteligencia artificial.

¿Hay inteligencia artificial en España? “Claro que la hay, la hay aquí y en muchos lugares del Mundo”, explica López de Mántaras, de hecho en España estamos entre los diez primeros países del mundo en lo que se refiere a investigación, ateniendo a documentos publicados, “que es como se mide la producción científica”. “Lo que falta es que se traslade la ciencia al sector productivo”, la complicación con la que se encuentran todos los científicos españoles.


Las tres leyes de Asimov son:
  • Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.

  • Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la Primera Ley.


  • Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley


¿Y en qué se investiga en Inteligencia Artificial española? ”Prácticamente todo se toca, del lenguaje al razonamiento” incluso estamos trabajando bien el tema de la robótica en la que tenemos “mucho prestigio”. Otras áreas en las que se trabajan son “el razonamiento bajo”, con elementos que nos son muy precisos y “en visión artificial con análisis de escenas, control de calidad,…”.

Unos trabajos que nos acercan a la idea más del ordenador que del robot multiorgánico que se pueden ver en las películas. Es decir, que estamos más cerca de HAL9000 y Odisea 2001, que de crear un niño robot de la película de Spielberg-Kubrick, IA.  ”Hal 9000 muestra una inteligencia artificial más asequible, aunque no se ha llegado todavía a él”. Las razones por las que es posible este acercamiento es porque “tiene conocimientos generales, sabe mucho y de muchos ámbitos”, aunque es precisamente esta la limitación de los actuales estudios. “Esta versatilidad e inteligencia generalista es lo difícil de conseguir, lo que es fácil son conseguir inteligencias que dominen un campo muy limitado”, jugar al ajedrez, por ejemplo.
“El niño Inteligencia Artificial va más allá porque no sólo está la parte computacional o de ordenador sino que demás tiene forma humana, y piel”, indica López de Mántaras . “Está el aspecto” pero también “muestra un alto nivel de sentimientos y emociones”, algo común al robot de 2001.

¿Es la consciencia el límite de la IA? es la pregunta siguiente y que surge siempre que se habla de sentimientos y robots. “Esto de la consciencia no se sabe muy bien qué es”, comenta el investigador, sobre todo porque a nivel científico aún no se ha podido demostrar. “No se sabe ni en los seres humanos como aparece la consciencia, cada uno sabe que somos conscientes al estar dentro de nuestra piel, pero no hay test de saber si otra persona es consciente como yo”, lo que pasa es que al mirar a otra persona nos vemos reflejados y “como son como yo” proyecto sobre ellos mi idea de la consciencia.

Un juego es de yo soy consciente, tú eres consciente, en el que entra en juego otra película de la ciencia ficción ‘Yo, robot’, basada en el cuento de Asimov,  o ‘Blade Runner’ y la historia de Philip K. Dick. ¿Sueñan las máquinas, proyectan ideas propias? “Hay programación involutiva”, es decir que se pueden cambiar a sí mismos “o evolucionar”, comenta López de Mántaras. Pero de ahí al sueño, al sufrimiento, al sentimiento hay un gran paso. “Los fantasmas (líneas de código perdidas de las que surgen ideas nuevas) es la consciencia otra vez” algo que no se sabe si surgirá en algún momento. “No sé si emergerá algún tipo de este tipo de Inteligencia Artificial en elementos muy sofisticados. El problema sería que “no se puede comprobar” y habría que creerlo “si nos lo cuenta” la propia máquina, si “empieza a hablar y a manifestar creencias” a tener “filias, miedos, opinión propia,…”. Unos conceptos que en opinión del investigador “emergerían derivadas del hecho de ser inteligencias muy avanzadas”, algo que “puede ser un efecto colateral”.

Entonces, para estar seguros de que no haya problemas con estos elementos, ¿todas las máquinas creadas en el CSIC incluyen las tres leyes de Asimov? “Son  leyes que hay que tenerlas presentes para robots muy sofisticados e inteligentes”, pero aún no se ha llegado a este punto de ser necesario introducirlas en ninguna de las máquinas creadas.

¿Y el futuro hacia dónde nos lleva? ”Las inteligencias artificiales serán distintas a las humanas. No creo haya que hacer máquinas indistinguibles a los humanos”. En este sentido el investigador recuerda que la inteligencia humana no es la única que existe en la tierra, está la inteligencia de los delfines, la de los pájaros,… “Hablamos de inteligencias en plural” y la IA es sólo “otra forma nueva de inteligencia, muy distinta de las humanas”
Tomado de:

El Crisol de Ciudad Real
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