Latest Posts:

17 de septiembre de 2011

Efectos del cambio climático en la agricultura

Especial: Calentamiento Global


Por: Óscar Veroz González.

Desde hace unos años se habla mucho sobre el cambio climático que nuestro planeta está experimentando así como las consecuencias que el calentamiento global tendrá sobre nuestro estilo de vida. Es difícil pronosticar en qué medida el cambio climático podría afectarnos, dado que el clima mundial es un sistema sumamente complejo. Pero la alteración de un aspecto clave del mismo, como la temperatura media global, tiene consecuencias sobre el resto de los elementos constituyentes del clima. Si hay alguna actividad productiva que dependa directamente del clima y de su variabilidad, ésta es sin duda la agricultura. Un cambio de los patrones de comportamiento de las temperaturas y precipitaciones, o el incremento de la concentración del CO2 atmosférico, afectarán de una manera significativa al desarrollo de los cultivos.

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático usa el término cambio climático para referirse a las modificaciones que tienen lugar en el presente y sólo por causas humanas: “Por cambio climático se entiende un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante periodos comparables”.

Pero lo cierto es que, en sus más de 4.400 millones de años de vida, nuestro planeta ha experimentado variaciones climáticas a escala global y no siempre motivadas por actividades humanas. Por ejemplo, los calentamientos globales ocurridos en el Jurásico con temperaturas medias de 5°C por encima de las actuales, pasando por las glaciaciones del Pleistoceno, en las que gran parte de Norteamérica, Europa y el norte de Asia quedaron cubiertas bajo gruesas capas de hielo durante muchos años, hasta la llamada Pequeña Edad de Hielo que tuvo lugar desde el siglo XIV hasta el siglo XIX. Por todo ello es conveniente abordar el término cambio climático desde una perspectiva más amplia.

En la actualidad, existe un amplio consenso científico, casi generalizado, en torno a la idea de que la alteración climática global propia de las últimas décadas en nuestro planeta es consecuencia de nuestro modo de producción y consumo energético. El incremento de las temperaturas en los últimos 100 años ha sido de 0,76 °C. Y es que durante el periodo 1995-2010 se concentraron 12 de los 13 años más cálidos registrados desde el año 1850. A la vez, la superficie helada del Ártico en verano se redujo un 7,4% por década. Todo ello constituye un serio problema que nos afectará a todos y que tendrá consecuencias no solo sobre el medioambiente, sino también sobre la economía y la sociedad. Es necesario, por tanto, tomar una serie de medidas que permitan mitigar el cambio climático y adaptarnos a los posibles escenarios que se den como consecuencia del calentamiento global.

Consecuencias generales del cambio climático

Es difícil pronosticar en qué medida el cambio climático podría afectarnos, dado que el clima mundial es un sistema sumamente complejo. Pero la alteración de un aspecto clave del clima, como la temperatura media global, tiene consecuencias sobre el resto de los elementos que lo constituyen. Así, los efectos inciertos aumentan. Para hacerse una idea, podría cambiar el régimen de vientos y lluvias que ha prevalecido durante cientos y miles de años, y del cual depende la vida de millones de personas; o subir el nivel de los mares y amenazar islas y zonas costeras bajas.

En la tabla 1 se exponen, de manera resumida, las consecuencias generales que tendrán sobre diversos aspectos, la variación de los parámetros más directamente afectados por el cambio climático, como la temperatura que se prevé aumentará en prácticamente todas las regiones y las precipitaciones con un comportamiento más errático en cuanto a su intensidad y su distribución espacio-temporal.

tabla1

Efectos del cambio climático sobre la agricultura

Si hay alguna actividad productiva que dependa directamente del clima y de su variabilidad, ésta es sin duda la agricultura. Un cambio de los patrones de comportamiento de las temperaturas y precipitaciones o el incremento de la concentración del CO2 atmosférico, afectarán de una manera significativa al desarrollo de los cultivos.

Tras realizar una breve descripción de los efectos esperados del cambio climático en Europa, recogidos en la bibliografía especializada y con repercusiones en la agricultura, podemos resumir lo siguiente: las regiones septentrionales experimentarán veranos más cálidos y secos, inviernos más húmedos, además de un aumento del nivel del mar. Esto dará lugar a estaciones de crecimiento más prolongadas, pero también un mayor riesgo de inundaciones. Mientras tanto, las regiones mediterráneas serán las más afectadas por altas temperaturas y por la disminución de precipitaciones, cuyos eventos serán además de naturaleza torrencial. Todo ello conllevará una disminución en la superficie de suelo apta para el cultivo, no sólo por las condiciones climáticas adversas, sino por el aumento de la erosión y la pérdida de calidad de los suelos y del agua como consecuencia de los eventos extremos de lluvia.

Según esto, se puede aventurar que algunos de los efectos pueden resultar beneficiosos, como el incremento de las estaciones de crecimiento y el aumento de la temperatura, pero no es menos cierto que también tendrán lugar impactos negativos y adversos, como la falta de disponibilidad de agua y la aparición de fenómenos climatológicos extremos de manera más frecuente. Así pues, según se mire, el cambio climático puede suponer oportunidades o riesgos para la agricultura según la zona que consideremos, en base a las características climáticas de la región, de los cultivos y de los cambios potenciales que se puedan dar.

Por su parte, se podría pensar que el aumento de la concentración de CO2 en la atmósfera podría favorecer a la productividad agraria, incrementando su biomasa y su eficiencia en el uso del agua. Sin embargo, estudios recientes cuestionan hasta qué punto estos efectos directos del CO2 se manifiestan en condiciones de cultivo donde la planta está sometida a otros factores limitantes que hagan que la producción final decline, como aumentos de temperatura de 1 a 3 °C, menor disponibilidad de agua para la planta, incremento de la incidencia de plagas o enfermedades y empeoramiento de la calidad de suelo y agua.

La tabla 2 resume los posibles efectos positivos y negativos de cambios en el clima para la producción de cultivos.

tabla2

Lógicamente, los beneficios potenciales y efectos negativos descritos en la tabla anterior no se darán en todas las regiones, dependerán en buena medida de lo que el cambio climático suponga respecto a las condiciones de partida de cada región. Un análisis rápido de la situación lleva a pensar que, en general, se producirían cambios en la zonificación y productividad de los cultivos, produciéndose un desplazamiento de las áreas óptimas de desarrollo de los mismos hacia zonas más septentrionales. Se establecería así un nuevo mapa de cultivos, en los que los países más fríos pasarán a ocupar el papel agrícola que hasta ahora estaban desempeñando los países cálidos y templados. Enlace

Lea el artículo completo en:

Diario Ecología
google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0