Un grupo de investigadores de la universidad escocesa de St. Andrews especula sobre cómo sería la vegetación de un planeta similar al nuestro si, como en algunas películas de ciencia ficción, tuviera dos soles o su estrella fuera una enana roja.
En el famoso planeta Tatooine, de la saga de Star Wars, hay dos soles sobre el horizonte. Aunque se trata de ciencia ficción, nuestro universo está lleno de sistemas dobles, e incluso múltiples, con hasta cuatro o cinco estrellas. El ejemplo más próximo lo tenemos a un paso, en términos astronómicos, pues el sistema de Alfa Centauri es múltiple y es el más cercano a nuestro sol.
¿Podría desarrollarse vida en uno de estos sistemas? Si fuera así, y el planeta fuera similar a la Tierra, ¿qué aspecto tendrían sus plantas? El investigador Jack O'Malley-James, de la Universidad de St Andrews, en Escocia, ha estudiado cómo sería la vegetación en uno de estos sistemas dobles o en presencia de otro tipo de estrellas diferentes al sol, como una enana roja. Su conclusión es que las plantas tendrían un aspecto exótico, aprovecharían la luz de diferentes formas para realizar la fotosíntesis y en algunos casos serían negras o grises.
La base de buena parte de la vida en la Tierra es la fotosíntesis, las plantas aprovechan la energía del sol y a partir de ahí comienza una larga cadena que sostiene casi todas las formas de vida. Si existieran varias fuentes de luz solar, la vida se habría desarrollado adaptándose a esos recursos. Si los soles iluminaran distintas zonas del planeta, cada forma de vida buscaría una manera distinta de aprovecharlos. En la Tierra, la clorofila refleja la luz del sol en la parte verde del espectro electromagnético, y por eso vemos las plantas de color verde. Pero si las longitudes de onda variaran, los mecanismos para aprovechar esta energía podrían dar a las plantas otro aspecto muy diferente.
"Si encontráramos un planeta en un sistema con dos o más soles, habría potencialmente múltiples fuentes de energía disponibles para realizar la fotosíntesis", explica O'Malley-James en una nota de prensa. "La temperatura de una estrella determina su color y por lo tanto, el color de la luz que se utiliza en la fotosíntesis. Dependiendo del color de la luz de la estrella, las plantas evolucionarían de manera diferente.
En los sistemas dobles es posible encontrar un 25% de estrellas como el sol y cerca de un 50% son enanas rojas, muy antiguas y suficientemente estables como para haber permitido la aparición de vida. Los investigadores han hecho distintas simulaciones con escenarios de dos estrellas de cada tipo io varias, a veces muy juntas y otras más alejadas entre sí.
"Nuestras simulaciones", aseguran, "sugieren que los planetas en sistemas múltiples podrían albergar formas exóticas de las plantas más familiares que vemos en la Tierra. Las plantas que crecieran junto a una enana roja, por ejemplo, podrían parecer negras a nuestros ojos, pues absorberían el espectro de luz completo con objeto de utilizar toda la luz disponible". También podrían usar radiación ultravioleta o infrarroja para realizar la fotosíntesis". "Para planetas que orbitaran dos estrellas como la nuestra", prosiguen, "la radiación dañina de las intensas erupciones solares podría llevar a las plantas a desarrollar su propia protección contra los rayos ultravioleta, u organismos fotosintéticos capaces de moverse en respuesta a una súbita erupción".
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