Ciencia y Tecnología en el derrame de petróleo del Golfo de México
Una mancha de petróleo se extiende con rapidez por el Golfo de México proveniente de un pozo perforado a más de un kilómetro de profundidad después de que una explosión destruyese la plataforma de perforación Deepwater Horizon el pasado 20 de abril, provocando 11 muertos. Esta reconstrucción muestra los movimientos de los vertidos, que se mueven a merced de vientos y mareas como puede verse en estas fotos de satélite publicadas por The Atlantic. Si el vertido alcanza las marismas de Luisiana los daños al ecosistema serán incalculables, ya que el terreno pantanoso lo absorberá y almacenará. El petróleo en el agua tiende a extenderse hasta formar, si le dejan, una capa monomolecular sobre la superficie; una gota (un mililitro) se extenderá hasta ocupar más de 7 metros de diámetro, lo que provoca las manchas se hagan inmensas y dificilísimas de recoger. El origen profundo del vertido y el hecho de que sea un pozo (no hay previsión de que el petróleo se agote) hacen este accidente especialmente letal. El petróleo no sólo contiene compuestos tóxicos, sino que las películas superficiales que forma sellan el mar e impiden el paso del oxígeno.
La causa del vertido ha sido el fallo del sistema de bloqueo que debería haber sellado el pozo tras el accidente de la plataforma. El autobloqueo (blowout preventer) no ha cerrado por completo el pozo por causas que se desconocen; el mecanismo en los EE UU carece de un sistema secundario de cierre sónico (pdf), que es obligatorio en países como Brasil o Noruega.
Existen antecedentes de accidentes similares: el año pasado estalló una plataforma de perforación en el Mar de Timor, al NO de Australia, provocando un vertido profundo por fallo en el bloqueador que tardó 10 semanas en ser atajado, aunque la fuga allí fue mucho más pequeña. De hecho hay una coincidencia interesante entre ambos casos, ya que las dos plataformas afectadas acababan de terminar un delicado proceso conocido como cementación del pozo cuando se produjeron las explosiones. En la cementación se cubren las paredes de la perforación con un cemento muy especial para preparar el pozo para la producción. El proceso es tan complejo y arriesgado que las petroleras lo subcontratan, en ambos casos a la mayor especialista auxiliar del mundo: la tejana y famosa Halliburton, que puede por tanto ser responsable del accidente.
Hay dos soluciones posibles: la más definitiva consiste en perforar un pozo lateral dotado de una válvula nueva que intercepte la perforación que vierte, desviando el flujo y taponándola. Esta fue la adoptada en el Mar de Timor y la que acabará por llevarse a cabo en el Golfo, pero tiene el inconveniente de ser demasiado lenta; en el accidente anterior se tardaron 10 semanas, lo que con las tasas de vertido en este caso provocaría una catástrofe ecológica. Para tratar de contener el problema mientras se está construyendo una serie de campanas, embudos de acero conectados con un barco en superficie que se harán descender para colocarlos sobre las fugas.
El problema es que hay tres fugas, una de ellas (la principal) está a más de 200 metros de la cabeza del pozo, y será la primera que se intentará cubrir con una campana de recogida (ver imagen). La solución es parcial y no será sencilla de instalar, dado que hay que colocar el mecanismo a un kilómetro de profundidad desde la superficie y el suelo donde debe asentarse es poco consistente. Se espera bajar la campana mañana jueves 6 de mayo, y con ello reducir las pérdidas de petróleo en casi un 80%. Los daños, sin embargo, tardarán mucho más en controlarse.
Fuente:
BP logró tapar una de las 3 fugas de petróleo (05 de mayo / 12:00 pm hora Perú)