Latest Posts:

15 de mayo de 2015

¿Quieres un cerebro joven? Practica estos deportes

Cuerpo sano, mente sana. Esta podría ser la versión del siglo XXI de la cita extraída de las Sátiras de Juvenal en la que se implicaba que para tener un cuerpo equilibrado había que lograr primero un espíritu sano a través de la oración.

El nuevo orden de la cita estaría respaldado por las investigaciones científicas que han comprobado los beneficios que le ofrece al cerebro tener un cuerpo sano a través de la actividad física.
"Hace varias décadas que se ha estado acumulando la evidencia científica que indica los beneficios de la actividad física, tanto aeróbica como de fuerza (o resistencia), en la función cognitiva, tiempo de reacción y memoria, entre otras propiedades", le explicó a BBC Mundo el doctor César Kalazich, especialista en medicina deportiva de Clínica MEDS, en Chile.
Si bien las investigaciones apuntan a cualquier actividad física, incluso caminar, hay evidencia que no todas contribuyen de igual manera ni generan los mismos efectos.
El artículo completo en:

11 de mayo de 2015

¿Por qué un robot no resiste ni tres horas en la central nuclear de Fukushima?



Imagen captada por un robot del interior de la central de Fukushima. REUTERS

Hace 4 años (el 11 de Marzo de 2011) una central nuclear, montada a orilla de un mar propenso a los terremotos y tsunamis, falló y sus reactores se fundieron, generando radiactividad sin control. Hace una semana se introdujo un pequeño robot en la central para ver si se podía hacer algo con los reactores. El robot falló a las 3 horas de proximidad a uno de ellos.
¿Qué es la radiactividad?
Vivimos en un intervalo de escalas de tiempo, espacio y energía muy suave y tranquilo, en nuestras vidas humanas. Estas escalas están entre las atómicas y las cósmicas y en ellas las cosas se desarrollan sin grandes aspavientos, aunque de vez en cuando seamos capaces de matarnos unos a otros en unos millones de unidades (personas).
A nivel atómico las cosas son algo más movidas: Los electrones se mueven alrededor de los núcleos atómicos a velocidades del orden de 30.000 km/s, 108 millones de kmh. Mas o menos como un Ferrari, o como uno de nuestros cazas bélicos que se pueden mover a unos 2500 kmh.   
Un electrón, si girase en órbitas alrededor del núcleo, en una órbita inestable, daría cien mil vueltas alrededor del núcleo antes de caer a la primera órbita, la estable. Si la órbita inestable correspondiese a la órbita de la Tierra, el electrón habría tardado 100.000 años en caer a la órbita estable, los años que llevamos como Homo sapiens sobre la Tierra.
Pensamos que el Sol cambiará (se enfriara, o se convertirá en supernova) en mas de los 4.500 millones de años de existencia del planeta Tierra.
La naturaleza tiene unas escalas muy, muy amplias.  La escala que nos interesa aquí en el caso presente es la de energías. El ser humano es equivalente a una bombilla de 100 watios. Consumimos unas 2.000 kilocalorias cada 24 horas y eso equivale a los 100 watios mencionados. Nuestros coches tienen potencias de entre 50 y 100 kw, y las turbinas de un superpetrolero unos 42.000 kw.
Éstas son las potencias (energía por segundo) que manejamos los seres humanos.
La gasolina (y el diesel, el keroseno, esencialmente los productos del petróleo) tienen una energía de unos 10 kwh por kilo de combustible. El gas natural, mas o menos el doble, y el carbón la mitad de este número. Recordemos, 10 kwh/kg.
Los átomos manejan otras escalas de energía.  La fisión de un kilo de plutonio genera 20 millones de kwh, la energía que gastan un millón de hogares en un día. Esa cantidad de plutonio es una bola de 5 cm de diámetro, el diámetro de una bola de jabón de esos que venden de forma esférica.
La fuerza de un ser humano normal es la que utiliza para dar un salto con ambos pies. Al saltar levantamos nuestra masa contra la gravedad. Una persona de 70 kg necesita 70 x 10 = 700 Newton de fuerza para levantarse algo del suelo. Si con el salto consigue subir todo su cuerpo medio metro ha gastado  unos 350 Joules, es decir, una diezmilésima de kwh. Las compañías eléctricas nos están cobrando el kwh a unos veinte céntimos de euro. Un salto del tipo mencionado nos costaría 20 millonésimas de euro.
Nuestras energías y las de las máquinas que utilizamos son despreciables frente a las energías que existen en el interior de los núcleos de los átomos, que adicionalmente son muy, muy, muy pequeños.
Ni siquiera el mejor robot diseñado por el ser humano es capaz de soportar las energías que están produciendo las reacciones nucleares que se mantienen activas en los reactores dañados de Fukushima: Lo que podemos hacer es minúsculo frente a esas energías.  Y no lo necesitamos.
Lea el artículo completo en:

Esto es lo QUE NO SABÍAS de un embarazo

Antojos

Los antojos durante el embarazo son muy misteriosos. Pueden ser una respuesta a deficiencias minerales o un esfuerzo instintivo para protegernos contra la enfermedad. Pero quizás son psicológicos. La evidencia no es concluyente.
Los antojos por ingerir sustancias no alimenticias durante el embarazo reciben el nombre de "pica".
Un tercio de los antojos en estos días no son de alimentos, lo cual sugiere que estos pueden estar relacionados más con la textura y el olor que con el sabor.
Los antojos varían en distintos lugares del mundo: casi ninguna mujer danesa come arcilla o tierra durante el embarazo, pero en partes costeras de Kenia lo hacen un 56% de las mujeres.
En Malawi, si se ve a una mujer comiendo arcilla se asume que está embarazada.
La arcilla destinada a ser consumida se vende también en tiendas de Estados Unidos. No es mala para la salud, salvo por el riesgo de sufrir estreñimiento.

Cómo tener una niña


Hay poca evidencia confiable de que podamos influir sobre el género de los bebés.
Un estudio con 700 mujeres embarazadas concluyó que las mujeres que comen al menos un cuenco de cereales al día tienen una probabilidad 87% mayor de dar a luz a un varón que aquellas que no comen más de uno a la semana.
Las mujeres que dieron a luz a un varón también comieron 400 calorías más al día que las que dieron a luz a una niña, de media. Pero estos resultados han sido muy criticados desde su publicación.
Aristóteles (384 a.C.-322 a.C.) pensaba que la dieta de la madre y la posición sexual durante la concepción marcaba diferencia.
Anaxágoras, (500 a.C.-428 a.C.) creía que los niños y las niñas provenían de distintos testículos y recomendaban atar el no deseado antes de mantener relaciones sexuales.
Hipócrates (460 a.C.-370 a.C.) tenía una teoría similar: que los fetos masculinos provienen del ovario derecho y los femeninos del izquierdo.

Comer por dos

A pesar de la popular idea de que las mujeres embarazadas deben "comer por dos", las mujeres necesitan pocas calorías extra durante el embarazo.
Las futuras madres no necesitan cambiar su dieta durante los seis primeros meses, e incluso en los últimos tres sólo necesitan 200 calorías extra al día, el equivalente a un pequeño sándwich.

Superfecundación

Aristóteles creía que las liebres podían quedar embarazadas aunque ya lo estuvieran.
Esto causó controversia durante dos milenios, pero finalmente un estudio con liebres europeas marrones realizado por el Instituto Leibniz para la investigación zoológica y de vida silvestre de Berlín y publicado en 2010 en la revista Nature, probó que Aristóteles estaba en lo cierto.
Los machos liebre pueden fecundar a las hembras incluso cuando están muy embarazadas.
El nuevo embrión se desarrolla cuatro días antes de que nazca el primer lebrato.
Dado que el útero está lleno, el nuevo embrión espera en el oviducto hasta que está listo.
Es un truco evolutivo para acortar el tiempo entre las crías y así producir más.
Este procedimiento, conocido como superfetación, ocurre cuando dos óvulos son fecundados durante distintos ciclos menstruales.
Esto sucede con más frecuencia entre liebres, pero también puede suceder (aunque con mucha menos frecuencia) entre tejones, visones americanos, panteras, búfalos y ualabíes de pantano.
Únicamente puede suceder si la ovulación continúa durante el embarazo, algo que no pasa normalmente.
Hay un truco similar llamado superfecundación, que supone que dos óvulos distintos son fecundados durante el mismo ciclo.
Aristóteles también pensaba que era posible en el caso de los humanos, y, a pesar de las burlas que recibió, parece que también tenía razón en esto.
En 2010, una mujer de Arkansas dio a luz a gemelos concebidos con dos semanas de diferencia.
Esto significa que dos bebés que compartan el mismo útero podrían tener distintos padres.
Fuente:

7 de mayo de 2015

El papel de la ciencia en la extensión de la democracia y los derechos humanos

He señalado en una anotación anterior que la influencia de la ciencia y la tecnología sobre el desarrollo socioeconómico de los países, principalmente occidentales, no se ha limitado a los aspectos materiales y de salud, sino que la misma Ilustración no podría entenderse sin su contribución. Por ello, a la hora de valorar el papel que puede tener sobre el cumplimiento de objetivos de desarrollo, no debe desdeñarse su posible influencia en la configuración de sociedades abiertas, libres y democráticas.

No se trata de que exista un relación necesaria y directa entre el desarrollo científico y la democracia y la libertad, sino de que hay razones para pensar que esas dos esferas de la civilización se encuentran relacionadas y pueden ser, hasta cierto punto, interdependientes. No es este el momento de analizar ese asunto con la debida profundidad pero creo que merece la pena que cite el dato de que, considerando a todos los países del mundo con más de medio millón de habitantes, existe una fuerte y muy significativa correlación positiva (r2= 0,72, n= 150) entre índice de transparencia (un buen indicador de historial democrático) y desarrollo científico (producción de artículos científicos per capita). Hay razones de fondo que apoyan la existencia de esa correlación. Por un lado, ciencia y democracia comparten valores y, por el otro, la educación constituye un fuerte nexo entre esas dos esferas. La ciencia necesita un importante esfuerzo formativo en la sociedad, y la formación genera, a su vez, ciudadanos críticos.
Por todo ello, yo también creo que es importante que en la formulación de los objetivos del milenio para 2030 se haga mención expresa del sustento científico de algunos de los objetivos y metas. Y de que la ciencia tenga una presencia significativa en la agenda para el desarrollo de los países menos favorecidos. Porque estoy convencido de que no sólo por sus efectos sobre la generación de riqueza, la alimentación y la salud, sino por su influencia sobre el carácter de las sociedades, la ciencia es un potente agente de desarrollo.
Tomado de:
google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0