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8 de julio de 2011

La gigantesca 'mancha blanca' de Saturno

La tormenta, fotografiada por 'Cassini' el 24 de diciembre.| NASA

La tormenta, fotografiada por 'Cassini' el 24 de diciembre.| NASA

  • Su descubrimiento tuvo lugar a principios de diciembre por aficionados
  • En dos semanas formó una cola de 300.000 kilómetros de largo
  • Es importante para el conocimiento de las atmósferas planetarias

Astrónomos españoles, junto con colegas franceses y de otros países, han descubierto en Saturno una tormenta gigantesca, que han bautizado como la Gran Mancha Blanca, que sólo se produce en el planeta cada 29 años y medio terrestres, que es lo que equivale a uno saturnino.

La tormenta, que aún puede verse, fue detectada el pasado 5 de diciembre por telescopios de astrónomos aficionados de Japón, que fueron los primeros en dar la alarma. Inmediatamente, los científicos comprobaron que también había sido registrada por el satélite espacial 'Cassini', que orbita el planeta desde el año 2004, y también por el telescopio almeriense en Calar Alto.

En este vecino del Sistema Solar no son raras las tormentas, pero si las que alcanzan estas dimensiones. Empezó siendo un pequeño punto blanco en el hemisferio norte y acabó alcanzando los 10.000 kilómetros en una semana. A los 15 días su diámetro era similar al de la Tierra y tenía una cola de nubes que alcanzaba los 300.000 kilómetros.

El rápido aumento del brillo se acompañó con una actividad eléctrica muy abundante, que quedó registrada por 'Cassini'. Por sus características, los investigadores concluyen que se trató de una tormenta causada por la condensación de amoníaco y vapor de agua que durante dos meses se movió como un chorro de propulsión y aún hoy es visible, aunque mucho más tenue.

El primer firmante del hallazgo en la revista 'Nature' es el catedrático de Física español Agustín Sánchez Lavega, de la Universidad del País Vasco, junto con colegas de la Universidad Europea Miguel de Cervantes de Valladolid, Oxford y varios observatorios.

Gases calientes

La 'Gran Mancha Blanca' es el quinto fenómeno de este tipo que ha podido observarse desde 1903, cuando las lentes de los telescopios comenzaron a hacerlos visibles, pero en esta ocasión se ha producido nueve años antes de lo que se esperaba, por razones desconocidas.

Los astrónomos aún no saben cómo se disparan estas enormes tormentas a 250 kilómetros de profundidad de la atmósfera de Saturno, dado que la luz del Sol, que está a 1.500 millones de kilómetros (10 veces más lejos que la Tierra) llega ya muy débil. En el artículo, los investigadores afirman que esta tormenta podría confirmar un modelo que tenían previamente, y que requiere que los vientos se extiendan con profundidad hasta las nubes de vapor agua, donde no llega la luz.

"Ha habido una irrupción de la columna de gases calientes que asciende en un chorro y forma las nubes blancas, pero sin modificar los vientos que soplan en los paralelos del planeta. Eso quiere decir que son vientos profundos originados por el calor interno de Saturno que llegan a las nubes", señalan los autores.

Sánchez Lavega, uno de los mayores expertos en el Sistema Solar, explica a ELMUNDO.es que "para los astrónomos, la atmósfera de otros planetas es como un laboratorio natural en el que contrastar lo que ocurre en la nuestra, conocer mejor fenómenos como la gota fría o las tormentas violentes en los trópicos, y por ello este hallazgo es muy interesante".

Rafael Bachiller, director del Observatorio Astrofísico Nacional, añade que, además, aporta conocimiento sobre fenómenos, como la existencia de vientos profundos, que podrían ser similares a los de Júpiter "lo que apunta a un mecanismo que podría ser general en planetas gigantes gaseosos", de los que, hay que recordar, se han encontrado muchos orbitando otras estrellas, es decir, exoplanetas.

Fuente:

El Mundo Ciencia

24 de junio de 2010

Una gran tormenta en un exoplaneta


Jueves, 24 de junio de 2010

Una gran tormenta en un exoplaneta


Captada por el 'Telescopio Muy Grande' de la ESO


Recreación artística del planeta HD209458b, conocido como 'Júpiter  caliente'. | ESO / L. Calçada

Recreación artística del planeta HD209458b, conocido como 'Júpiter caliente'. | ESO / L. Calçada

  • El planeta HD209458b tiene una masa equivalente al 60% de Júpiter
  • Orbita en torno a una estrella parecida a nuestro Sol
  • En su zona más calurosa se llegan a alcanzar temperaturas de 1.000º Celsius
  • Durante la tormenta hubo vientos con una velocidad de 5.000 a 10.000 km./hora

Los astrónomos han captado por primera vez una gran tormenta en un exoplaneta (así se denominan los planetas que están fuera del Sistema Solar). La fuerza con la que soplaba el viento ha llevado a los investigadores a definir este fenómeno como una supertormenta: alcanzó una velocidad de 5.000 a 10.000 kilómetros por hora.

El planeta HD209458b es conocido como 'Júpiter caliente' (tiene una masa equivalente al 60% de Júpiter). Orbita en torno a una estrella similar al Sol que está situada a 150 años luz de la Tierra, en dirección a la constelación de Pegaso. Su estrella madre está muy próxima por lo que en su superficie se registran altísimas temperaturas, llegando a alcanzar los 1.000º Celsius.

Se trata de un planeta de fuertes contrastes ya que siempre tiene la misma zona expuesta a 'su sol'. De este modo, una parte es extremadamente calurosa y la otra es mucho más fría.

Los astrónomos han observado que cada tres días y medio el planeta se mueve delante de su estrella madre, bloqueando durante tres horas una pequeña parte de la luz emitida por la estrella. Durante este periodo, una pequeñísima fracción de luz se filtra en la atmósfera del planeta, dejando una huella. Estas marcas han sido estudiadas por los investigadores de la Universidad de Leiden, el Instituto holandés de investigación espacial (SRON) y el MIT estadounidense. El pasado 7 de agosto, observaron durante cinco horas el planeta mientras pasaba delante de su estrella.

Un planeta rico en carbono

El hallazgo, publicado esta semana en la revista 'Nature', ha sido posible gracias al Telescopio Muy Grande (VLT, en sus siglas en inglés) y a su espectrógrafo de alta resolución CRIRES, situado en el Cerro Paranal (Chile).

Este poderoso instrumento del Observatorio Austral Europeo (ESO) consta de un sistema de óptica adaptativa que le permite corregir la turbulencia atmosférica, lo que, combinado con su altísimo poder de resolución espectral, le permite distinguir fuentes muy difíciles de observar desde la Tierra.

Su gran precisión ha permitido por primera vez medir la velocidad del gas monóxido de carbono usando el llamado 'efecto Doppler', una herramienta que suministra información para investigar el movimiento y la composición química de las estrellas lejanas.

La investigación da cuenta también de otros logros astronómicos. Por primera vez han logrado medir la velocidad de un exoplaneta mientras orbita en torno a su estrella madre. Midiendo el movimiento del planeta han podido determinar la masa del planeta y de su estrella. Asimismo, los astrónomos han calculado la cantidad de monóxido de carbono presente en la atmósfera de este planeta. Al parecer, el HD209458b es tan rico en carbono como Júpiter o Saturno, lo que podría indicar que estos planetas se formaron de una manera parecida.

Los científicos confían en que en el futuro serán capaces de realizar este tipo de observaciones para estudiar atmósferas de planetas similares a la Tierra, y llegar a descubrir si existe vida en otros lugares del Universo.

Fuente:

El Mundo Ciencia

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