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14 de diciembre de 2011

La historia del calendario Gregoriano


La decisión de cambiar el calendario "Gregoriano" por parte del Imperio Romano es sin dudas uno de los grandes hechos que cambiaron la existencia del mundo tal como lo conocemos.
El mundo occidental en gran parte es hijo de lo que en algún momento fue este imperio y muchas de sus costumbres y decisiones perduran aún en nuestra vida.
El calendario Juliano
Julio César fue el precursor de un calendario (el Juliano, claro está), ya que tomó control sobre el caótico calendario romano. El tradicional calendario romano estaba siendo manipulado por varias personas (como políticos y comerciantes con mucho poder) que añadían días o meses al azar. Este era un calendario muy desincronizado con las estaciones de la Tierra (las que, como sabemos, son el resultado del movimiento de nuestro planeta alrededor del sol).
El César desarrolló un nuevo calendario de 364 días y un cuarto, el que se aproximaba mucho más que el anterior sistema a la duración del año tropical (en otras palabras, al tiempo que le toma a la Tierra dar la vuelta alrededor del sol desde el comienzo de la primavera hasta el próximo comienzo de primavera).
Este calendario tenía normalmente 365 días pero incluía un día adicional cada cuatro años (o sea, la suma de ese cuarto de día cada cuatro años). Este día era añadido antes del 25 de Febrero cada año.
Aunque el calendario desarrollado por Julio César había sido el más preciso hasta el momento, no era lo suficientemente preciso porque el año tropical no dura 365 días y 6 horas, sino que dura aproximadamente 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos. Por lo tanto, el calendario de Julio César difería por 11 minutos y 14 segundos. Lo que parece ser una diferencia mínima no lo era, ya que cada 128 años estos minutos se convertían en un día completo.
El Papa Gregorio XIII
En el año 1572, Ugo Boncompagni se convirtió en el Papa Gregorio XIII. Este nuevo Papa mostró su desconformidad con el calendario de aquella época, ya que una de las fechas más importantes para la Iglesia Católica no estaba correspondiendo con las estaciones del año.
La pascua, fecha basada en el día del equinoccio vernal (o sea, el primer día de la primavera del hemisferio norte) se estaba celebrando en los primeros días del mes de Marzo.
La razón de este desorden se debía que por los últimos 1.600 años, la civilización se había regido por el calendario juliano, este último se basaba en el movimiento del sol para medir el tiempo.
Reforma
Una vez que el Papa Gregorio XIII decidió arreglar el calendario para que sea más preciso, buscó ayuda de astrónomos para poder desarrollar un nuevo calendario mejorado. La solución que encontraron fue casi perfecta.
El nuevo calendario Gregoriano seguiría teniendo 365 días con un día adicional cada cuatro años (que fue movido luego del 28 de Febrero para que sea más fácil agregarlo) pero no habría años bisiesto en los años terminando en “00”, a menos que estos años fueran divisibles por 400.
Por lo tanto, los años 1700, 1800, 1900 y 2100 no serían años bisiestos, pero el año 1600 y 2000 sí serían años bisiestos.
Este cambio fue tan preciso que los científicos al día de hoy simplemente tienen que agregar algunos segundos al reloj para que el calendario siga coincidiendo con el año tropical.
Repercusiones
El Papa Gregorio XIII hizo público un documento el 24 de Febrero de 1582 que establecía el calendario Gregoriano como el nuevo calendario oficial del mundo Católico. Ya que el calendario Juliano tenía 10 días de diferencia, el Papa decidió que el 4 de Octubre de 1582 sería seguido por el 15 de Octubre de 1582.
La noticia de este cambio se diseminó a través de Europa: no solo se utilizaría el nuevo calendario, sino que esos diez días se perderían para siempre, el año nuevo comenzaría el primer día de Enero en vez del 25 de Marzo, y habría un nuevo método de determinar la fecha de pascuas.
Solo algunos países estaban listos para cambiar al nuevo calendario en 1582. En este año fue adoptado por Italia, Luxemburgo, Portugal, España y Francia. El Papa tuvo que enviar un recordatorio a todas las naciones el 7 de Noviembre para que cambien los calendarios, pero por supuesto, muchos hicieron caso omiso a este recordatorio.
Otros países se fueron uniendo de a poco en los siglos siguientes: la Alemania Católica Romana, Belgia y los Países Bajos cambiaron a este nuevo calendario en 1584; Hungría en 1587; Dinamarca y la Alemania Protestante en 1704; el Reino Unido y sus colonias en 1752; Suecia en 1753; Japón en 1873; Egipto en 1875; Albania, Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania y Turquía cambiaron entre 1912 y 1917; la URSS en 1919; Grecia en 1928 y finalmente China cambió luego de la revolución de 1949.
Los problemas del cambio de calendario
Por ejemplo, tanto en Frankfurt como en Londres, la gente causó muchísimo desorden en las calles por la pérdida de días en sus vidas. Con cada cambio de calendario alrededor del mundo, las leyes establecían que el estado no podía cobrar impuestos por aquellos días perdidos, sin embargo, los trabajadores tampoco podrían cobrar sus sueldos correspondientes a esos días.
Un problema también era que los estados elegían que cualquier vencimiento seguía teniendo lugar en los días previstos antes de cambiar el calendario.
En definitiva, ahí lo tienen, la interesantísima historia de los cambios en el calendario en nuestra corta historia como civilización.
Si te interesa saber un poco más de cómo funciona este calendario, entonces quizás te interese saber qué es el equinoccio, y la diferencia que tiene este con el solsticio.
Fuente:
Ojo Científico
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