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27 de noviembre de 2017

Isaac Newton perdió millones en la bolsa apostando por ganar una fortuna en América Latina

"Puedo calcular el movimiento de las estrellas, pero no la locura de los hombres", dijo Sir Isaac Newton tras perder su fortuna en la burbuja de la Compañía de los Mares del Sur, una manía de especulación que arruinó a muchos inversores británicos en 1720.


Fue esa especulación financiera la que originó el término "burbuja" y, a pesar de los siglos que han pasado, sigue muy presente y ha adquirido dimensiones mitológicas.

La Compañía de los Mares del Sur (South Sea Company o SSC) había sido fundada en 1711 bajo la suposición de que la Guerra de Sucesión española, que estaba por finalizar, terminaría con un tratado que permitiría intercambios comerciales con las colonias españolas en el Nuevo Mundo. 

A la reina británica Ana se le asignó el 22,5% de las acciones de SSC. 

Las acciones de la firma, con un interés garantizado del 6%, se vendieron muy bien, gracias a la promesa de las inmensas riquezas que albergaba Sudamérica

Todo el mundo había oído hablar de las minas de oro y plata de Perú y México, consideradas inagotables. 

Circuló, incluso, un informe que aseguraba que España estaba dispuesta a conceder cuatro puertos en las costas de Chile y Perú, que incrementó la confianza en el negocio. 

No obstante, Felipe V de España nunca tuvo la intención de admitir a los ingleses en sus puertos americanos y el Tratado de Utrecht de 1713 fue menos favorable de lo esperado.

Lea el artículo completo en: la web de la BBC

26 de julio de 2013

El esclavo que consiguió la libertad enviándose a sí mismo por correo

En 1830, cuando tenía 15 años, el esclavo Henry Brown fue enviado a Richmond (Virginia) para trabajar en una plantación de tabaco. Su vida transcurría sin pena ni gloria hasta que conoció a Nancy, una esclava de una plantación adyacente. Después de un breve noviazgo, y con el permiso de sus respectivos amos, obtuvieron el permiso para casarse. Dentro de sus limitadas posibilidades fueron años de felicidad junto a sus tres hijos. En 1848, cuando Nancy estaba embarazada de su cuarto hijo, Henry recibió la noticia de que su mujer y sus tres hijos habían sido vendidos a un comerciante de esclavos; salió corriendo para suplicarle al amo que no lo hiciese… Impotente, sólo pudo contemplar cómo 350 esclavos encadenados -entre los que estaban Nancy y sus hijos- partían hacia Carolina del Norte. 

Henry Brown

Henry Brown

Después de varios meses lamentando la pérdida de su familia, decidió que conseguiría la libertad costase lo que costase… ya nada tenía que perder. Ideó un plan brillante: se enviaría a sí mismo en una caja por correo postal a Filadelfia. Necesitaba la ayuda de dos cómplices más, uno en Richmond para enviar el paquete y otro en Filadelfia para recibirlo. Así que, a través de James Caesar Anthony, un antiguo esclavo que había conseguido la libertad, contactó con Samuel Alexander Smith, un simpatizante de la causa abolicionista en Richmond. Henry pagó a Samuel 86 dólares para que se encargarse de todos los preparativos y le encargó contactar con Philadelphia Anti-Slavery Society (Sociedad Antiesclavista de Filadelfia) para que alguno de sus miembros aceptase el envío. 

El 23 de marzo de 1849, metían a Henry Brown en una caja de madera forrada con un paño grueso de un metro de largo, casi uno de alto y medio de ancho, con unas pocas galletas y una cantimplora de agua. Samuel Alexander Smith enviaba la caja a través de Adams Express Company a James Miller McKim, líder de la Sociedad en Filadelfia, como “productos textiles“. Fueron 27 horas penosas en carreta, ferrocarril y barco de vapor en las que además tuvo que sufrir la dejadez de los transportistas al no respetar “este lado hacia arriba“. Antes del amanecer del 25 de marzo, James Miller McKim, William Still, el profesor Cleveland y Lewis Thompson abrían la caja en Filadelfia…
¿Cómo están ustedes, señores? – dijo Brown. En aquel momento lo bautizaron como Henry “Box” Brown.
Henry "Box" (caja) Brown

Henry “Box” (caja) Brown

Debido al éxito de aquel brillante plan, Samuel Alexander Smith intentó liberar más esclavos de Richmond con un nuevo envío a Filadelfia el 8 de mayo de 1849, pero fue descubierto, detenido y condenado a 6 años de prisión. Henry “Box” Brown se convirtió en un icono del abolicionismo participando incluso en convenciones y mítines pero en 1850, tras la aprobación de la Fugitive Slave Act (Ley de Esclavos Fugitivos) y el temor a ser devuelto a su antiguo amo en Virginia, huyó a Londres donde siguió con la lucha abolicionista. Tras algunas problemas financieros y las críticas por no hacer nada por recuperar a su familia, abandonó su lucha. Formó una nueva familia y se dedicó a otros menesteres menos altruistas. 

Fuentes e imágenes: Henry “Box” Brown, Spartacus Educational 

Tomado de:

Historias de la Historia

9 de junio de 2013

Cómo se construyeron las pirámides de Egipto


Como-se-construyeron-las-piramides-de-Egipto-1.jpg

A pesar de que las pirámides no son típicas egipcias -los mayas y los aztecas también tenían las propias-, sí son quienes sentaron los precedentes sobre este tipo de construcción. Muchos se preguntan cómo se construyeron las pirámides de Egipto: grandes monumentos que parece increíble que se puedan hacer en la época en que se construyeron.

Construcción de las pirámides de Egipto

Mucho se ha teorizado sobre cómo se construyeron las pirámides de Giza, con teorías que van desde los esclavos hasta los extraterrestres. Muchos coincidieron en que los egipcios tenían un tipo de tecnología que luego se perdió. Sin embargo, a pesar de que la construcción era complicada, no era tan colosal como nos imaginamos.

Entre 20 mil y 30 mil trabajadores y 23 años se tardó en construir la más grande, teniendo en cuenta que Notre Dame se hizo en 200 años, tampoco parece tanto tiempo. Apenas un hombre se convertía en faraón, creaba un comité para hacer su pirámide, en el que había un capataz, un ingeniero y un arquitecto.

Sin embargo, la idea de los esclavos maltratados y que trabajaban hasta morir, sin ningún derecho, puede estar un tanto errada. Todos los campesinos que eran “contratados” para trabajar en las pirámides estaban libres de impuestos y se los llevaron a ciudades pirámide en las que tenían alojamiento, alimentos y ropa. Solían trabajar en “turnos” de tres meses, se les pagaba y comían carne con regularidad. La primer ciudad construida, se nota que fue creciendo gradualmente a medida que aumentaban las necesidades. La segunda, por su parte, se construyó de forma racional para albergar a todos los trabajadores.

Lea el artículo completo en:

Ojo Científico

27 de enero de 2013

Historia: Carta de Karl Marx a Abraham Lincoln



Muy señor mío:

Saludamos al pueblo americano con motivo de la reelección de Ud. por una gran mayoría.

Si bien la consigna moderada de su primera elección era la resistencia frente al poderío de los esclavistas, el triunfante grito de guerra de su reelección es: ¡muera el esclavismo!

Desde el comienzo de la titánica batalla en América, los obreros de Europa han sentido instintivamente que los destinos de su clase estaban ligados a la bandera estrellada. ¿Acaso la lucha por los territorios que dio comienzo a esta dura epopeya no debía decidir si el suelo virgen de los infinitos espacios sería ofrecido al trabajo del colono o deshonrado por el paso del capataz de esclavos?

Cuando la oligarquía de 300.000 esclavistas se abrevió por vez primera en los anales del mundo a escribir la palabara «esclavitud» en la bandera de una rebelión armada, cuando en los mismos lugares en que había nacido por primera vez, hace cerca de cien años, la idea de una gran República Democrática, en que había sido proclamada la primera Declaración de los Derechos del Hombre [2] y se había dado el primer impulso a la revolución europea del siglo XVIII, cuando, en esos mismos lugares, la contrarrevolución se vanagloriaba con invariable perseverancia de haber acabado con las «ideas reinantes en los tiempos de la creación [19] de la constitución precedente», declarando que «la esclavitud era una institución caritativa, la única solución, en realidad, del gran problema de las relaciones entre el capital y el trabajo», y proclamaba cínicamente el derecho de propiedad sobre el hombre «piedra angular del nuevo edificio», la clase trabajadora de Europa comprendió de golpe, ya antes de que la intercesión fanática de las clases superiores en favor de los aristócratas confederados le sirviese de siniestra advertencia, que la rebelión de los esclavistas sonaría como rebato para la cruzada general de la propiedad contra el trabajo y que los destinos de los trabajadores, sus esperanzas en el porvenir e incluso sus conquistas pasadas se ponían en tela de juicio en esa grandiosa guerra del otro lado del Atlántico. Por eso la clase obrera soportó por doquier pacientemente las privaciones a que le había condenado la crisis del algodón [3], se opuso con entusiasmo a la intervención en favor del esclavismo que reclamaban enérgicamente los potentados, y en la mayoría de los píses de Europa derramó su parte de sangre por la causa justa.

Mientras los trabajadores, la auténtica fuerza palítica del Norte, permitían a la esclavitud denigrar su propia república, mientras ante el negro, al que compraban y vendían, sin preguntar su asenso, se pavoneaban del alto privilegio que tenía el obrero blanco de poder venderse a sí mismo y de elegirse el amo, no estaban en condiciones de lograr la verdadera libertad del trabajo ni de prestar apoyo a sus hermanos europeos en la lucha por la emancipación; pero ese obstáculo en el camino del progreso ha sido barrido por la marea sangrienta de la guerra civil [4].

Los obreros de Europa tienen la firme convicción de que, del mismo modo que la guerra de la Independencia [5] en América ha dado comienzo a una nueva era de la dominación de la burguesía, la guerra americana contra el esclavismo inaugurará la era de la dominación de la clase obrera. Ellos ven el presagio de esa época venidera en que a Abraham Lincoln, hijo honrado de la clase obrera, le ha tocado la misión de llevar a su país a través de los combates sin precedente por la liberación de una raza esclavizada y la transformación del régimen social.



NOTAS

[1] El "Mensaje" de la Asociación Internacional de Trabajadores a A. Lincoln, Presidente de los EE.UU., con motivo de su segunda elección al cargo de Presidente, fue escrito por Marx de acuerdo con la decisión del Consejo General. En el momento más álgido de la guerra civil de los EE.UU., este "Mensaje" tuvo mucha significación.-
[2] Trátase de la "Declaración de la independencia" adoptada el 4 de julio de 1776, en el Congreso de Filadelfia, por los delegados de 13 colonias inglesas en América del Norte. Se proclama en ella que las colonias norteamericanas se separan de Inglaterra para constituir una república independiente: los Estados Unidos de América. En dicho documento se formulan principios democrático-burgueses, como la libertad del individuo, la igualdad de los ciudadanos ante la ley, la soberanía del pueblo, etc. Sin embargo, la burguesía y los grandes propietarios de tierras norteamericanos vulneraban desde el comienzo los derechos democráticos proclamados en la Declaración, apartaban a las masas populares de la participación en la vida política y conservaron la esclavitud. Los negros, que formaban una parte considerable de la población de la república, quedaron privados de los derechos humanos elementales.
[3] La crisis del algodón fue provocada por el cese de los envíos de algodón desde América por causa del bloqueo de los Estados esclavistas meridionales por la flota del Norte durante la guerra civil. Una gran parte de la industria de tejidos de algodón de Europa estuvo paralizada, lo cual repercutió gravemente en la situación de los obreros. Pese a todas las privaciones, el proletariado europeo apoyaba resueltamente a los Estados del Norte.
[4] La guerra civil de Norteamérica (1861-1865) se libró entre los Estados industriales del Norte y los sublevados Estados esclavistas del Sur. La clase obrera se Inglaterra se opuso a la política de la burguesía nacional, que apoyaba a los plantadores esclavistas, e impidió con su acción la intervención de Inglaterra en esa contienda.
[5] La guerra de la Independencia de las colonias norteamericanas de Inglaterra (1775-1783) contra la dominación inglesa debió su origen a la aspiración de la joven nación burguesa norteamericana a la independencia y a la supresión de los obstáculos que impedían el desarrollo del capitalismo. Como resultado de la victoria de los norteamericanos se formó un Estado burgués independiente: los Estados Unidos de América.


Tomado de:

Marxists.org
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