Stanislas Dehaene da clases en el Collège de France y ganó el Brain Prize, considerado como el “Nobel de neurociencia”. Es catalogado como uno de los máximos exponentes en la materia, pero cuando se le pregunta qué es la inteligencia prefiere citar a un colega. “Demis Hassabis, CEO de DeepMind, dice que la inteligencia es la capacidad de transformar informaciones brutas en conocimientos utilizables. Eso, al final y al cabo, es el aprendizaje -agrega él-. implementar herramientas mentales para aplicar a situaciones extremadamente diferentes unas de las otras".
-¿Cuánto hay de innato y cuánto de adquirido?
-La máquina que es nuestro cerebro se basa en muchas cuestiones
innatas. Es uno de los grandes descubrimientos de los últimos veinte
años. En mi laboratorio también vimos que el cerebro de los niños muy
pequeños ya está extremadamente organizado. Desde
el nacimiento observamos circuitos cerebrales muy próximos a los que
van a tener de adultos. Los bebés ya aplican funciones de muy alto nivel
como el sentido de las probabilidades, de los números, del espacio. Nuestro cerebro proyecta sobre el mundo exterior para poder aprender.
-¿Todos los bebés nacen con un punto de partida similar?
-Sí, efectivamente. Los competencias matemáticas o proto-matemáticas ya
existen desde los primeros días de nacidos y son idénticas tanto para
varones como para mujeres.
-¿Cómo puede ser posible que tengan competencias matemáticas sin ni siquiera haber visto un número?
-Sigue siendo un misterio. Pero el cerebro se autoorganiza, como si
fuera un mapeo. Está lo que se llama el GPS cerebral, que es un espacio
que está entre el hipocampo y la corteza temporal. En las
investigaciones con ratones se ve cómo ellos mapean el espacio. Este
circuito ya está presente en el primer día que el ratón empieza a
moverse.
-En su libro afirma que el cerebro del niño es superior a cualquier inteligencia artificial.
-Sí, por lo menos por ahora.
-¿Cree que en el algún momento la IA lo va a superar?
-Como hipótesis de base no puedo decir que eso no vaya a suceder. Por
el momento les faltan algunos de los pilares de aprendizaje que
aplicamos los humanos. Las máquinas hoy usan muchos menos datos para
aprender. El cerebro humano descubre
regularidades explícitas. Todo aquello que conocemos lo podemos
reformular y transmitir. Esto es la base de la educación: somos la única
especie que puede autoeducarse.