No está muy claro si la literatura fue la primera en extenderlo o si
fueron las leyendas populares.
El escritor Hans Christian Andersen
(1805-1875) en su cuento Las cigüeñas
ya habla de cómo estos animales traen a una madre más hijos para
reponer la muerte de otro. Pero hay una leyenda anterior a la conquista
de América (aunque luego se extendió a ese continente) que habla de una
pareja de cigüeñas que vuelven al tejado de una casa justo el día que
nace un bebé.
Otro elemento que ayuda a esta creencia es que las
cigüeñas anidan cerca de chimeneas porque están calientes, y
antiguamente se encendían especialmente si había recién nacidos.