Mejorar la dieta, hacer ejercicio y tomar el sol son mejores pautas.
La población de los países como España no deja de envejecer y las
fracturas son un problema que consume cada vez más recursos, por no
hablar del daño que sufren ancianas y ancianos. Y es sabido que los
huesos necesitan calcio y vitamina D para fortalecerse,
por lo que parecería lógico que el consumo de suplementos con estos
elementos ayudarán a las personas mayores. Pero las evidencias
científicas no avalan este silogismo: el uso de suplementos de calcio y
vitamina D no se asocia con un menor riesgo de fracturas.
Un estudio desmonta esta idea analizando hasta 33 ensayos clínicos
distintos, que abarcaban a más de 50.000 adultos mayores de 50 años. "El
uso de suplementos que incluyen calcio, vitamina D o ambos en
comparación con placebo o ningún tratamiento no se asoció con un menor
riesgo de fracturas", concluyen los autores que publican su trabajo en la revista de la Asociación Médica Estadounidense (JAMA).
Concretamente, los suplementos no servirían para el grupo de personas
mayores que viven en sus casas, ya que el estudio no se fija en aquellas
que viven en instituciones médicas o geriátricas y que pueden tener
otras necesidades.
Este estudio es especialmente interesante dado que en muchos países
se incluye el suministro de estos suplementos entre las pautas y
recomendaciones generales para personas mayores o con riesgo de
fracturas de huesos. Algunos estudios establecen que hasta el 40% de las
mujeres en estas edades pueden sufrir una fractura grave. Sin embargo,
este metaanálisis —una revisión crítica de los estudios publicados sobre
el tema— descarta que sirvan para algo, al margen del sexo, la dosis
tomada, el historial de fracturas o el calcio y vitamina D incluido en
la dieta.
Este punto es importante: la forma convencional de adquirir estos
elementos es a través de la dieta y unos hábitos saludables, ya que
están presentes en cantidades más que suficientes en alimentos cotidianos
como las sardinas, los lácteos, el salmón, las yemas de huevo o el zumo
de naranja. "Las pautas deberían cambiarse", asegura el doctor Jia-Gou
Zhao, autor principal del estudio, en declaraciones recogidas por
Reuters. "Creemos que mejorar el estilo de vida, hacer suficiente
ejercicio, tomar suficiente sol y ajustar la dieta puede ser más
importante que tomar estos suplementos", defiende. Estudios previos en
importantes revistas médicas como BMJ y The Lancet ya apuntaban en el mismo sentido que el trabajo que publica JAMA. Otras revisiones han descartado igualmente que sean útiles en menores.
Además, al estar presentes en la dieta, se corre el riesgo de que
estas personas consuman una cantidad excesiva de calcio y vitamina D,
que conlleva posibles efectos secundarios como problemas de riñón.
Incluso hay estudios que relacionan el abuso de su consumo con mayores caídas y fracturas.
No obstante, las personas mayores que viven en residencias sí podrían
necesitar el suplemento y en cualquier caso, advierten los expertos,
nadie debería abandonar su consumo sin consultar previamente con el
sanitario que lo haya recomendado.
Tomado de:
El País Ciencia