La concentración de isótopos de radio en el océano se ha doblado en una década.
En menos de una década, la concentración de radio-228 en las aguas del océano Ártico casi se ha doblado. El acelerado deshielo provocado por el cambio climático
estaría facilitando la aportación extra de este elemento químico
radiactivo desde las costas que rodean el Polo Norte. Los científicos
aún no tienen claras las consecuencias a largo plazo de este fenómeno.
El 228RA
es un isótopo del radio de origen natural que surge del decaimiento de
otro elemento radiactivo, el torio, presente en los sedimentos. "Pero a
diferencia de este, se disuelve en el agua, donde los científicos pueden
rastrear su origen, concentración, ratio y dirección de su flujo", dice
en una nota la investigadora del Instituto Oceanográfico Wood Hole
de EE UU y principal autora del estudio, Lauren Kipp. Más importante
aún, para los científicos marinos toda esa información ha convertido
al radio-228 en un sensor del estado de salud de los océanos y la
composición de las aguas oceánicas.
Junto a un grupo de colegas, Kipp tomó muestras a distintas
alturas de la columna de agua desde 69 estaciones de recogida
distribuidas por el Ártico, desde el este del estrecho de Bering, entre
Alaska y Rusia, hasta el mismo Polo Norte. Las mediciones, realizadas en
el verano de 2015 a bordo de un rompehielos de los guardacostas
estadounidenses, fueron comparadas después con las obtenidas en una expedición similar realizada en 2007 por científicos alemanes.
El artículo completo en:
El País Ciencia