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16 de agosto de 2015

California se está quedando sin agua

Hace justo 40 años, aquí se hizo una de las fotos icónicas del rock de los setenta. Fue en el verano de 1975. Storm Thorgerson, Aubrey Powell y Peter Christopherson viajaron desde Londres hasta este lago. Un lago de agua tres veces más salada que la del mar, y nueve veces más alcalina, y con una de las mayores concentraciones de arsénico que se encuentran en la Tierra. 

Es un agua tan inhóspita que los habitantes de este lago -más grande que la superficie de los Picos de Europa y a una altitud similar a la de las cimas más altas de ese macizo- son dos extrañas criaturas: unos 6 billones de gambas diminutas, de dos o tres milímetros de largo, y cientos de millones de moscas que están siempre posadas formando una especie de alfombra en el agua de la orilla, en la que nadan y bucean para alimentarse de algas y para reproducirse. 

«Puedes ver un cinturón de moscas de una pulgada [2,5 centímetros] de espesor y seis pies [1,8 metros] de ancho, que se extiende alrededor de todo el lago», escribió en 1872 el padre de la literatura estadounidense, Mark Twain, para quien este lago es «el único inquilino del lugar más solitario del mundo (...), un desierto sin vida, sin árboles, horrible, a ocho mil pies [2.400 metros] metros sobre el nivel del mar, guardado por montañas dos mil pies [600 metros] metros más altas». 



Vista general del Lago Mono, en California.

Ese inquilino de la soledad se llama Mono Lake, o Lago Mono, desde 1852, cuando el teniente del Ejército de Estados Unidos Tredwell Moore llegó aquí persiguiendo a Miwok, el jefe de la tribu Yosemite, que había asesinado a tres buscadores de oro. 

Tanto oyó Moore a sus guías de la tribu Paiute repetir la palabra mono -que en su idioma significa «mosca», y cuyas larvas constituían una de las principales fuentes de proteínas de la comunidad de 200 personas que vivía junto al lago, hasta el punto de que éstas eran conocidas como los comedores de moscas- que acabó bautizando al lago Mono. 


El Lago Mono ha perdido un tercio de su volumen en los últimos 96 años
Más de 100 años después, aquí estaban Thorgerson, Powell y Christopherson con una idea disparatada: hacer que un experto en yoga se pusiera boca abajo en las aguas salobres y aceitosas, apoyándose con las manos en el suelo arcilloso del lago, en el que uno se hunde como en arenas movedizas, y que aguantara la respiración -y el resquemor de los ojos provocado por los minerales disueltos- hasta que las ondas de la superficie del lago desaparecieran y pareciera que su cuerpo se había sumergido sin dejar rastro. Las piernas y la cintura debían destacar contra el cielo azul del desierto y las espectaculares formaciones rocosas del lago, unas columnas calcáreas de entre 3 y 7 metros de alto llamadas tufas, una palabra que procede del latín tofus, que significa piedra porosa.



El nadador sin torso y sin cara que desaparece sin dejar señales de su presencia se convirtió en una de las imágenes del disco de Pink Floyd Wish You Were Here, que se puso a la venta el 15 de septiembre de 1975 y que iba a ser número uno en España en la semana en la que murió Franco, el 20 de noviembre. 

Hoy es el Lago Mono el que está desapareciendo de forma silenciosa. El «cinturón de moscas» de que habló Mark Twain se ha quedado reducido a unos pocos bloques aislados que ya no rodean el lago. Los dos o tres millones de patos que en un día normal estaban aquí repostando en su migración de 3.000 kilómetros desde el norte de EEUU hasta Centroamérica, no pasan de 20.000.



Cartel de protesta contra la falta de agua que reza: No agua=No trabajo.

Porque el Lago Mono se está secando. El desvío de agua de su cuenca para satisfacer la sed de cuatro millones de personas en la ciudad de Los Angeles, a 575 kilómetros de distancia, la tala de árboles en la vecina Sierra Nevada para abastecer a las minas de oro del siglo XIX, el cambio climático, y, por último, la sequía que azota a California desde hace cuatro años están acabando con lo que no lograron 675.000 años de glaciaciones, terremotos y hasta la erupción del volcán más joven de América del Norte, en el siglo XV.
En 2015 sería imposible hacer la foto de Wish You Were Here. Más de la mitad de las tufas se encuentran en tierra firme, como ruinas de una civilización desaparecida de la que solo quedaran las columnas rodeadas de matorrales. La estructura de tufas que fue empleada como telón de fondo para el célebre disco de Pink Floyd se alzaba en un área en la que el agua no llegaba al medio metro de profundidad hace dos semanas. 

El artículo completo en:

El Mundo Ciencia
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