Enormes incendios devoran miles
de hectáreas de boques, los agricultores deben abandonar sus cultivos
soportando pérdidas millonarias y las autoridades se ven obligadas a
restringir el consumo de agua entre la población ante el constante
descenso de las reservas hídricas.
No estamos describiendo un escenario
apocalíptico que, según los científicos, en un futuro no tan lejano
podría darse en muchas partes de nuestro planeta a consecuencia del
cambio climático, sino de la situación que se está viviendo en estos
momentos en el suroeste de Estados Unidos.
La ausencia de precipitaciones está
afectando severamente desde hace tres años a estados como California,
Arizona y Nuevo México, en la que es la peor sequía de la que se tiene
registro en la zona desde hace más de un siglo, cuando empezaron las
mediciones.
Las autoridades y los meteorólogos confían en que tras el fin del
verano boreal lleguen las tan ansiadas lluvias que suelen darse en la
región en los meses de otoño y, particularmente, de invierno, aunque
nadie puede asegurar que ello vaya a suceder.
¿Es posible que la sequía se prolongue durante el resto de la década? ¿Y si la ausencia de precipitaciones va más allá?
Si nos atenemos a una de las últimas
investigaciones científicas sobre este asunto el futuro no parece muy
prometedor y la región podría vivir una situación similar a la
experimentada 9 siglos atrás, sólo que ahora con una poblaciòn de 50
millones de habitantes que mantener.
Ante la bajada en los embalses, se han implementado restricciones de agua en algunas zonas.
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BBC Ciencia