Se trata de un problema sexual femenino de carácter bastante peculiar y misterioso, descrito por primera vez en 2001 y considerado oficialmente una disfunción sexual
desde 2003. El Síndrome de Excitación Sexual Persistente (PGAD, por sus
siglas en inglés), no es sino un trastorno caracterizado por la
presencia de tensión en los genitales acompañada de excitación continua,
sin que exista previamente deseo sexual.
Las mujeres que sufren de PGAD sienten que aumenta su frecuencia
cardíaca, que se acelera su respiración, que su musculatura pélvica se
contrae y que el cuerpo se prepara para el orgasmo. Sin embargo, es una situación no deseada.
Lejos de ser agradable, es molesto, frustrante e incómodo, ya que puede
producirse en las situaciones más cotidianas: haciendo la compra,
viendo una película o en el trabajo.
La situación de vivir permanentemente en estado de excitación sexual sin quererlo, hace que éstas mujeres pierdan todo interés por las relaciones sexuales
ya que suelen quejarse de dolor durante la penetración, entre otras
muchas cosas. A pesar de que esta tensión en los genitales no siempre
conduce a un orgasmo, la sensación de excitabilidad no desaparece ni aún
llegando a él.
Fuente:
Muy Interesante