Experimento AMS instalado en la Estación Espacial. | ESA
El Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) ha logrado un hito en la investigacion de la materia oscura gracias a uno de sus experimentos -el Espectrómetro Magnético Alfa (AMS)-, que ha medido en el espacio un exceso de positrones (anti-electrones) en el flujo de rayos cósmicos.
Los primeros resultados del AMS en poco más de un año de recolección de información se han presentado en un seminario del CERN y los responsables del experimento destacaron que se trata de la medición de positrones de rayos cósmicos más precisa que se ha realizado hasta ahora.
"En los próximos meses, seremos capaces de decir de manera concluyente si estos positrones son la señal de la material oscura o si tienen algún otro origen", afirmó el portavoz del AMS, Samuel Ting.
Los resultados sugieren que el AMS ha detectado un nuevo fenómeno, pero no está claro si los positrones provienen de una colisión de partículas de energía oscura, o de estrellas en nuestra galaxia que producen antimateria.
La materia oscura es uno de los mayores misterios de la física y representa un cuarto de la masa de energía del universo, pero hasta ahora ha sido imposible detectarla. La única manera de observarla ha sido de forma indirecta, a través de su interacción con la materia visible.
El AMS es el espectrómetro más poderoso y sensible jamás enviado al espacio exterior y desde que empezó a funcionar ha medido un total de 30.000 millones de rayos cósmicos a energías que llegan a billones de electronvoltios.
El sofisticado instrumento está dotado de detectores de partículas que recogen e identifican las cargas cósmicas que pasan a través de él desde los lugares más recónditos del espacio, gracias al imán gigante y a la matriz de precisión con que cuenta.
Los rayos cósmicos están cargados con partículas de muy altas energías que penetran el espacio y el AMS está diseñado para poder estudiarlas antes de que interactúen con la atmósfera de la Tierra, lo que las altera.
La búsqueda de la materia oscura tiene lugar en varios experimentos paralelos, que se localizan en el espacio, así como en instrumentos localizados en laboratorios subterráneos, como el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), que también ha sido desarrollado y es gestionado por el CERN.
Los primeros resultados del AMS en poco más de un año de recolección de información se han presentado en un seminario del CERN y los responsables del experimento destacaron que se trata de la medición de positrones de rayos cósmicos más precisa que se ha realizado hasta ahora.
"En los próximos meses, seremos capaces de decir de manera concluyente si estos positrones son la señal de la material oscura o si tienen algún otro origen", afirmó el portavoz del AMS, Samuel Ting.
Los resultados sugieren que el AMS ha detectado un nuevo fenómeno, pero no está claro si los positrones provienen de una colisión de partículas de energía oscura, o de estrellas en nuestra galaxia que producen antimateria.
La materia oscura es uno de los mayores misterios de la física y representa un cuarto de la masa de energía del universo, pero hasta ahora ha sido imposible detectarla. La única manera de observarla ha sido de forma indirecta, a través de su interacción con la materia visible.
Detectores de partículas
El AMS está localizado en la Estación Espacial Internacional desde hace trece meses, periodo en el cual ha analizado 25.000 millones de rayos cósmicos primarios. Lo más importante es que de esa cantidad, unos 6.800 millones han sido identificados sin equívoco como electrones y su equivalente en la antimateria, los positrones.El AMS es el espectrómetro más poderoso y sensible jamás enviado al espacio exterior y desde que empezó a funcionar ha medido un total de 30.000 millones de rayos cósmicos a energías que llegan a billones de electronvoltios.
El sofisticado instrumento está dotado de detectores de partículas que recogen e identifican las cargas cósmicas que pasan a través de él desde los lugares más recónditos del espacio, gracias al imán gigante y a la matriz de precisión con que cuenta.
Los rayos cósmicos están cargados con partículas de muy altas energías que penetran el espacio y el AMS está diseñado para poder estudiarlas antes de que interactúen con la atmósfera de la Tierra, lo que las altera.
La búsqueda de la materia oscura tiene lugar en varios experimentos paralelos, que se localizan en el espacio, así como en instrumentos localizados en laboratorios subterráneos, como el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), que también ha sido desarrollado y es gestionado por el CERN.
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