Qué es una multitud. De acuerdo con el Centro Nacional
de Condiciones de Trabajo en España, el fenómeno llamado "conducta
colectiva", "conducta de masas" o "dinámica colectiva" se puede definir
como toda conducta relativamente espontánea ejecutada por un grupo de
personas ante un estímulo común en una situación indefinida o ambigua.
Estos grupos de personas, generalmente transitorios y carentes de
organización formal, reaccionan ante un conjunto inmediato de
circunstancias de formas no convencionales. Se trata de multitudes que
podríamos definir como "un amplio número de personas que comparten un
centro de interés común durante un tiempo limitado". Dichas personas son
conscientes normalmente de su influencia mutua.
Una minoría decide. Según se desprende de un estudio de la Universidad de Leeds publicado hace unos años la revista Animal Behaviour Journal,
en las multitudes humanas una minoría de sólo el 5% decide el camino, y
el 95% restante sencillamente le sigue. “Los sujetos del experimento
siempre acababan llegando a un consenso en sus movimientos, a pesar de
que no les estaba permitido hablar ni gesticular”, explicaba el biólogo
Jens Krause, coautor de la investigación.
Así hacemos "la ola". Analizando
el desarrollo de catorce "olas humanas" en estadios de fútbol con
capacidad para más de 50.000 personas, el físico Tamàs Vicsek ha llegado
a la conclusión de que generalmente se desplazan en el sentido de las
agujas del reloj a una velocidad de 12 metros (20 asientos) por segundo.
Y que para que se desencadenen hace falta que al menos 25 espectadores
levanten sus brazos. Además, el modelo matemático que reproduce el
movimiento de la ola es sorprendentemente parecido al que simula el
comportamiento de las células cardíacas o al de la propagación de los
incendios forestales.
Las reglas de los peatones. Científicos
franceses del Centro de Investigación del Conocimiento Animal de
Toulouse demostraron que cuando un peatón camina aplica dos reglas para
tratar de minimizar la congestión en su campo visual: camina
hacia los espacios vacíos que ve y ajusta su velocidad para mantener una
distancia mínima de seguridad frente al obstáculo más próximo.
Simulando digitalmente un modelo de comportamiento en multitudes con
solo estos dos parámetros, los investigadores comprobaron que el
resultado coincidía con lo que sucede en la realidad, y que explicaba
muchos fenómenos espontáneos, como la formación de líneas o "carriles"
de peatones en direcciones opuestas, tal y como publicaban los autores
en PNAS.
Las hormigas como modelo. Después de observar durante años a las hormigas argentinas (Linepithema humile),
el investigador Martin Burd parece haber descubierto cómo se las apañan
estos insectos para controlar el tráfico en situaciones de emergencia.
“Cuando sienten pánico no se comportan como los humanos: permanecen
tranquilas, caminan en filas ordenadas y son corteses las unas con las
otras, porque no buscan el bien individual sino el del grupo”, explica
este científico australiano.
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Muy interesante