Diez datos sobre la dieta mediterránea
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En un altísimo porcentaje de los niños se observa un rechazo innato a probar alimentos nuevos, un fenómeno denominado neofobia alimentaria o también la "paradoja del omnívoro", ya que a pesar de que los humanos necesitamos una alimentación variada y somos capaces de adaptarnos a cualquier dieta se observa esta tendencia a considerar una amenaza muchos ingredientes de la dieta.
Para el profesor David Benton, de la Universidad de Wales Swansea, se
trata de un mecanismo de supervivencia heredado de nuestros antepasados
que, inconscientemente, disuade a los seres humanos a edades tempranas
de probar alimentos que podrían ser tóxicos.
Se ha demostrado que la
neofobia es mayor en varones que en mujeres, que viene de familia y que
es mínima en los bebés a los que se desteta con alimentos sólidos.
Los expertos aseguran que explicarle a los niños que una comida nueva
es "buena para ellos" no reduce la neofobia, mientras que sí se reduce
cuando se les dice que "sabe bien". Como publicaba Benton en la revista International Journal of Obesity, el mejor remedio ante esta fobia es no insistir demasiado porque "la neofobia también desaparece por sí sola con la edad".
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