La extinción de especies suele verse como algo negativo que va en detrimento de la riqueza y biodiversidad de nuestro planeta.
"Todos piensan en los dinosaurios y en los dodos al hablar de extinción. Tendemos a ignorar que se trata de una parte natural de la vida en la Tierra", le explica a BBC Mundo Alex Fairhead, comisario de la exposición.
"Muchas veces, cuando un ser muere, puede generar vida. El ejemplo más claro es la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años. Si no hubiese ocurrido, probablemente no contaríamos con la biodiversidad que existe en la actualidad".
Los científicos calculan que en nuestro planeta viven entre dos y diez millones de especies, pero sólo conocemos con certeza a alrededor de 1,9 millones.
Por cada millón de especies en la Tierra se estima que hay una que desaparece cada año debido a lo que se conoce como extinción de fondo, que ocurre cuando las especies no se logran adaptar a los cambios que se dan en su hábitat.
Según la exposición, más del 90% de las especies extintas desaparecieron por estas causas. El resto, tuvieron un final más alífero: murieron en los períodos de extinción masiva.
"Lo interesante es saber que, por encima de todos estos cambios, existen especies que han logrado sobrevivir a la extinción, muchas de ellas sin presentar grandes cambios evolucionarios", cuenta Alex Fairhead.
Los supervivientes
¿Qué podemos aprender de los "afortunados"? ¿De qué manera sobreviven?
Y, teniendo en cuenta a los ganadores y perdedores en el pasado, ¿se puede deducir cuales serán los del futuro?. Son preguntas que el Museo de Historia Natural de Londres pretende generar en sus asistentes.
El cangrejo herradura, un quelicerado de la clase Merostomata, es uno de los supervivientes.
La exposición compara a un ejemplar actual con fósiles ancianos de la especie, que datan de hace aproximadamente 450 millones de años. Su semejanza es sorprendente.
"Creemos que su sangre a base de cobre, capaz de sanar con rapidez sus heridas, ha sido fundamental para su supervivencia. Es interesante observar cómo no ha necesitado evolucionar para seguir viviendo", dice Alex Fairhead.
Otro ejemplo es la tortuga laúd. Perteneciente a la familia Dermochelyidae, lleva en la Tierra más de 110 millones de años, sin haber sufrido mayores cambios.
La fortaleza de su caparazón y su capacidad para pasar hasta 12 meses sin comer, son algunas de las explicaciones que, según sugiere la exposición, sirvieron para su supervivencia.
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BBC Ciencia
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