Nuestro compañero Rubén vio por internet la siguiente noticia y
decidió plantear una pregunta que iba mucho más allá de la pregunta más
obvia de “Esto es un timo, ¿No?”. De modo que hoy me dispongo a
desentrañar que hay detrás de la atracción sexual desde el punto de
vista químico y biológico.
- Continuación de ¿Cómo funciona la atracción sexual? (I) -
Cabría por tanto preguntarse si lo que
atrae al sexo opuesto de nosotros son nuestras feromonas (que en
principio deben de ser muy parecidas en todos nosotros) o bien los
productos de desecho de nuestra microbiota de la piel. Vamos que son las
“cacotas” de tus bacterias las que le molan a la hembra y no tus
propias feromonas y por tanto depende de la microbiota que tengas, y por
tanto encerrar ese aroma en un perfume no parece ser muy viable.
Pero vayamos al otro aspecto: ¿Qué es lo que realmente nos atrae del sexo opuesto?
La atracción sexual tiene componentes
tanto psicológicos como genéticos y culturales y no parece estar
totalmente determinado de la misma forma en todas las personas. Las
zonas del cerebro implicadas en la atracción sexual según algunos
estudios recientes son el sistema límbico, incluyendo el hipocampo y la
amígdala. Para quien sepa un poco de fisiología cerebral, se trata de
algunas de las zonas más conservadas en los cerebros a lo largo de la
evolución, es decir, una zona que apenas ha cambiado con el paso del
tiempo y que funciona de una forma muy parecida en todos los animales.
En la
mayoría de animales hay una parte del cuerpo que se ha desarrollado como
muestra de potencia sexual y de ímpetu o vigor. Es el caso de plumas
llamativas, crestas, papadas, cantos, movimientos, bailes, muestras de
fuerza, colmillos muy desarrollados, etc. Tanto mostrar una parte del
cuerpo con un brío especial, como un comportamiento vigoroso son una
muestra de salud y de potencia del individuo, algo muy deseable a la
hora de criar un hijo e inconscientemente, deseable para que lo herede
nuestro hijo.
En muchos otros casos (sobre todo en
insectos) el factor más importante son las feromonas y otras señales
químicas que de alguna forma también dan una idea del vigor del
individuo (si tienes fuerzas para generar hormonas es porque estás
sano).
En nuestra especie no tenemos crestas
(aunque algunos individuos se las peinen), cuernos (aunque a algunos les
salga de forma figurada), plumas… pero sabemos perfectamente
diferenciar a los individuos más activos sexualmente.
Desde un punto de vista visual, un cuerpo
sano, musculado, alto, bien nutrido, con rubor en la cara y una actitud
positiva es signo de salud en el caso de los hombres. Un cuerpo con
curvas, labios rojos, rubor en la cara, pechos turgentes y pelo sano,
así como una actitud positiva son signos de salud en la mujer. Todo ello
acompañado de algo que parece ser crucial, la simetría (tanto en cara
como en el resto de cuerpo).
Tendemos a pensar que son feos/as
aquellas personas asimétricas. Un cuerpo que no está musculado suele ser
más asimétrico que uno con una musculación marcada.
Desde un punto de vista acústico, no
todas las voces nos resultan agradables. Aquellas voces que relacionamos
con algo sexy nos suelen llevar a la atracción sexual (a nadie se le
escapa el mito de la telefonista sexy, aunque físicamente no sepamos
cómo es).
El olor es el sentido que más rápidamente
evoca recuerdos y sentimientos porque la información va directamente a
la corteza cerebral. Un olor negativo provocará un rechazo inmediato.
Si pasamos de estos tres niveles, tanto
el tacto como el gusto son la barrera definitiva. El tacto es muy
extenso en nuestro cuerpo y el gusto es tremendamente sensible.
Aunque al final, somos una especie
inteligente. Una especie que sobrevive gracias a las herramientas y a su
capacidad para fabricarlas. Una especie capaz de entender un problema y
solucionarlo. Por tanto, y esto según mi impresión personal, la
inteligencia de nuestro interlocutor es una de las cosas que más nos
atrae a nivel sexual. Tendemos a fijarnos en la capacidad de resolución
de problemas, la capacidad de hacernos sentir bien, de reír (muestra
inequívoca de inteligencia siempre que no nos riamos de nuestro
interlocutor claro).
Es por tanto la mezcla de simetría, salud
e inteligencia lo que nos atrae de sexo opuesto a un nivel fisiológico o
biológico si queréis.
Nota: Sobre atracción sexual hay mucho
que decir y, sobretodo, muchas excepciones particulares a las normas
generales que he expuesto, por eso invito a los lectores a que se abra
un debate sobre lo que realmente nos atrae del sexo opuesto (o del
propio).
Fuente:
En este enlace puede acceder a la primera parte