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14 de febrero de 2013

¿Cómo funciona la atracción sexual? (II)

Nuestro compañero Rubén vio por internet la siguiente noticia  y decidió plantear una pregunta que iba mucho más allá de la pregunta más obvia de “Esto es un timo, ¿No?”. De modo que hoy me dispongo a desentrañar que hay detrás de la atracción sexual desde el punto de vista químico y biológico.

   -  Continuación de ¿Cómo funciona la atracción sexual? (I)  -

Cabría por tanto preguntarse si lo que atrae al sexo opuesto de nosotros son nuestras feromonas (que en principio deben de ser muy parecidas en todos nosotros) o bien los productos de desecho de nuestra microbiota de la piel. Vamos que son las “cacotas” de tus bacterias las que le molan a la hembra y no tus propias feromonas y por tanto depende de la microbiota que tengas, y por tanto encerrar ese aroma en un perfume no parece ser muy viable.

Pero vayamos al otro aspecto: ¿Qué es lo que realmente nos atrae del sexo opuesto? 


La atracción sexual tiene componentes tanto psicológicos como genéticos y culturales y no parece estar totalmente determinado de la misma forma en todas las personas. Las zonas del cerebro implicadas en la atracción sexual según algunos estudios recientes son el sistema límbico, incluyendo el hipocampo y la amígdala. Para quien sepa un poco de fisiología cerebral, se trata de algunas de las zonas más conservadas en los cerebros a lo largo de la evolución, es decir, una zona que apenas ha cambiado con el paso del tiempo y que funciona de una forma muy parecida en todos los animales.

En la mayoría de animales hay una parte del cuerpo que se ha desarrollado como muestra de potencia sexual y de ímpetu o vigor. Es el caso de plumas llamativas, crestas, papadas, cantos, movimientos, bailes, muestras de fuerza, colmillos muy desarrollados, etc. Tanto mostrar una parte del cuerpo con un brío especial, como un comportamiento vigoroso son una muestra de salud y de potencia del individuo, algo muy deseable a la hora de criar un hijo e inconscientemente, deseable para que lo herede nuestro hijo.


En muchos otros casos (sobre todo en insectos) el factor más importante son las feromonas y otras señales químicas que de alguna forma también dan una idea del vigor del individuo (si tienes fuerzas para generar hormonas es porque estás sano).

En nuestra especie no tenemos crestas (aunque algunos individuos se las peinen), cuernos (aunque a algunos les salga de forma figurada), plumas… pero sabemos perfectamente diferenciar a los individuos más activos sexualmente.

Desde un punto de vista visual, un cuerpo sano, musculado, alto, bien nutrido, con rubor en la cara y una actitud positiva es signo de salud en el caso de los hombres. Un cuerpo con curvas, labios rojos, rubor en la cara, pechos turgentes y pelo sano, así como una actitud positiva son signos de salud en la mujer. Todo ello acompañado de algo que parece ser crucial, la simetría (tanto en cara como en el resto de cuerpo).
Tendemos a pensar que son feos/as aquellas personas asimétricas. Un cuerpo que no está musculado suele ser más asimétrico que uno con una musculación marcada.


Desde un punto de vista acústico, no todas las voces nos resultan agradables. Aquellas voces que relacionamos con algo sexy nos suelen llevar a la atracción sexual (a nadie se le escapa el mito de la telefonista sexy, aunque físicamente no sepamos cómo es).

El olor es el sentido que más rápidamente evoca recuerdos y sentimientos porque la información va directamente a la corteza cerebral. Un olor negativo provocará un rechazo inmediato.

Si pasamos de estos tres niveles, tanto el tacto como el gusto son la barrera definitiva. El tacto es muy extenso en nuestro cuerpo y el gusto es tremendamente sensible.

Aunque al final, somos una especie inteligente. Una especie que sobrevive gracias a las herramientas y a su capacidad para fabricarlas. Una especie capaz de entender un problema y solucionarlo. Por tanto, y esto según mi impresión personal, la inteligencia de nuestro interlocutor es una de las cosas que más nos atrae a nivel sexual. Tendemos a fijarnos en la capacidad de resolución de problemas, la capacidad de hacernos sentir bien, de reír (muestra inequívoca de inteligencia siempre que no nos riamos de nuestro interlocutor claro).

Es por tanto la mezcla de simetría, salud e inteligencia lo que nos atrae de sexo opuesto a un nivel fisiológico o biológico si queréis.

Nota: Sobre atracción sexual hay mucho que decir y, sobretodo, muchas excepciones particulares a las normas generales que he expuesto, por eso invito a los lectores a que se abra un debate sobre lo que realmente nos atrae del sexo opuesto (o del propio).

Fuente:


En este enlace puede acceder a la primera parte
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