Un estudio publicado en la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research demuestra que la música alta en los bares incita a beber más alcohol en menos tiempo. |
Para llevar a cabo el experimento, Nicolas Guéguen y su equipo de la Université de Bretagne-Sud pidieron permiso a los dueños de una serie de locales para manipular el volumen de la música al tiempo que registraban el consumo de alcohol de 40 varones de edades comprendidas entre 18 y 25 años, que ignoraban que estaban siendo observados. Los resultados no dejaron lugar a dudas: cuanto más alto es el volumen de la música más rápido se consume la bebida. Y, por lo tanto, la ingesta final también aumenta.
Los investigadores han llegado a la conclusión de que este comportamiento se explica por dos motivos. En primer lugar, la música alta hace que la gente esté “más espabilada". Y además, a partir de cierto volumen se dificulta la interacción social, lo que hace que "los clientes hablen menos y beban más", matiza Guéguen.
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