Los cálculos biliares son estructuras cristalinas que se forman en la vesícula biliar, un pequeño órgano con forma de pera ubicado debajo del hígado.
Esta glándula vierte a la vesícula la bilis, un líquido pardo-verduzco
esencial para la digestión de las grasas que se compone de agua, sales,
lecitina, colesterol y otras sustancias.
Por causas aún poco conocidas,
un desequilibrio en la composición biliar provoca la aparición de
cálculos, granos microscópicos que crecen hasta formar una especie de
arenilla y, en el peor de los casos, se convierten en piedras que ocupan
toda la vesícula. Están hechos de colesterol o, más raramente, de sales cálcicas de pigmentos biliares. Los cálculos obstruyen los conductos biliares.
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