Un equipo de científicos muestra vídeos de personas invidentes identificando expresiones faciales y fachadas de casas gracias a complejas señales de audio.
El aparato se llama vOICe y no es casual que las tres letras intermedias se escriban en mayúsculas. En inglés, voice es voz, pero OIC se lee como “OH! I see!”
(¡oh! ¡veo!). Y el dispositivo se llama así porque transforma las
imágenes en complejas señales de audio, permitiendo así que las personas
ciegas vean por los oídos, igual que ven por los dedos cuando leen braille.
El sistema, que consiste en una minicámara situada en la frente y
acoplada a un ordenador que emite los sonidos por unos auriculares,
lleva en pruebas desde 1992, cuando el investigador holandés Peter
Meijer lo presentó en sociedad.
Ahora, científicos de Francia e Israel presentan pruebas de que el
aparato puede servir para que ciegos de nacimiento aprendan a leer con sonidos. Sus resultados se publican hoy en la revista Neuron, referencia para los neurocientíficos de todo el mundo.
El estudio asegura que algunas áreas del cerebro de personas ciegas
de nacimiento pueden aprender a procesar información visual a través de
los sonidos. Sus conclusiones navegan a contracorriente en el mundo de
la intuición, que sugiere que la corteza visual del cerebro se atrofia
sin dos ojos que le aporten información. “El cerebro adulto es más
flexible de lo que pensábamos”, afirma en un comunicado uno de los
autores principales, Amir Amedi, de la Escuela de Medicina de la Universidad Hebrea de Jerusalén (Israel).
Amedi y sus colegas han enseñado a ocho ciegos de nacimiento a
emplear uno de estos aparatos para aprender a leer con sonidos que
representan la imagen visual de las letras. Según los autores, esta
habilidad implica a una región del suelo del cerebro llamada Área de la
Formación Visual de las Palabras, que supuestamente se activa al leer en
las personas con el sentido de la vista intacto. Tras unas 70 horas de
entrenamiento, afirman, esta región del cerebro también se activó en
personas ciegas al leer con sonidos.
Una máquina de ejecutar tareas
Para Amedi y los suyos, estos resultados sugieren que el Área de la
Formación Visual de las Palabras es sensible al tipo de información que
le llega, y no al camino por el que llega la información (ojos u oídos).
El cerebro sería entonces una máquina de ejecutar tareas y no tanto una
máquina sensorial.
Los invidentes también fueron capaces de distinguir expresiones
faciales, fachadas de casas y partes del cuerpo gracias a los sonidos
transmitidos por el dispositivo. Los creadores del aparato llaman
“paisajes sonoros” a estos sonidos, aunque son más bien molestos
chirridos.
De confirmarse esta inverosímil plasticidad cerebral, las
implicaciones son importantes, según Amedi. “Los dispositivos de
sustitución sensorial [como el vOICe] pueden ayudar a los ciegos o a las
personas con discapacidad visual a aprender a procesar imágenes
complejas, como se ha hecho en este estudio, o pueden usarse como
intérpretes sensoriales que proporcionen información en alta resolución
de apoyo a una señal visual simultánea procedente de un dispositivo
externo”, vaticina el profesor.
Ya en 2003, la BBC informaba del caso de Michelle Thomas,
una mujer ciega de nacimiento que reconocía las paredes y las puertas
de su casa e incluso distinguía “un CD de un disquete” gracias al
dispositivo vOICe. “Está viendo con sonido”, afirmaba la BBC. Sin
embargo, una década después, estos aparatos siguen básicamente
arrinconados en los laboratorios.
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