En general, la rotación estelar es el resultado de una rotación de la nube de gas que se condensa para formar una estrella.
Sin embargo, a diferencia de los planetas, las estrellas no son cuerpos sólidos, por lo que su rotación no es siempre simple.
Primero, tal como muchos planetas, las estrellas tienen bultos ecuatoriales.
Regulus, por ejemplo, rota a unos 320 km/s y su radio ecuatorial es unas tres veces más grande que su radio polar.
Muchas estrellas muestran además rotaciones
diferenciadas, con su punto más alto en el Ecuador, la cual va
descendiendo a medida que la latitud aumenta.
Por ejemplo, el ecuador del sol rota una vez cada 25 días, pero en sus polos cada rotación toma más de 34 días.
Este efecto es el que genera los campos magnéticos de las estrellas.
Las pulsars (o estrellas de neutrones) que son
remanentes magnéticos de estrellas que ya explotaron, tienen una
rotación extremadamente veloz: la más rápida que ha sido encontrada gira
716 veces por segundo.
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