Foto: ELMUNDO.es
- Hay que reciclar las lámparas eficientes para evitar que contaminen
- Se recomienda tomar ciertas precauciones a la hora de recoger los residuos
- Organizaciones ecologistas consideran que no existe suficiente información
A partir de ayer (sábado 1 de septiembre de 2012), se aplica una de las
últimas fases de la directiva Ecodesign 2009/125/CE de la Unión Europea,
por la que dejarán de fabricarse todas las bombibas incandescentes tradicionales.
Aunque con esta medida se pretende reducir ahorrar energía y reducir el
impacto ambiental, las bombillas de bajo consumo contienen una pequeña
cantidad de mercurio que hace que deban ser tratadas con cierta
precaución.
Pese a teorías que denuncian los riesgos para la salud de estas bombillas por integrar mercurio en su composición, el doctor Miguel Ángel Martínez, especialista en medicina paliativa, considera que no hay razones para la alarma: "El mercurio en sí mismo no es tóxico. El problema es el metil mercurio, el mercurio al combinarse. La posibilidad de que suponga un riesgo para la salud es remota, ya que estas bombillas contienen como máximo 6 mg. de mercurio", aclara a ELMUNDO.es
Aunque la legislación permite que las nuevas bombillas contengan hasta 6 mg. de mercurio, la Organización de consumidores y usuarios (OCU) pretende conseguir que el nivel permitido se reduzca aún más, puesto que los grandes fabricantes (Philips y Osram) han conseguido comercializarlas con sólo 3 mg. Así se evitaría las bombillas con mayores niveles producidas por fabricantes 'más baratos'.
La fabricación es una de las fases más delicadas. Los productores sí utilizan cantidades a niveles industriales, por lo que toman medidas de seguridad especiales, sobre todo, en la gestión de residuos. Si el mercurio se vierte al mar, entrará en la cadena alimenticia de los peces. "Además, el mercurio no se elimina del organismo, por lo que si nosotros consumimos esos peces acabaríamos ingiriendo ese metil mercurio. Esto sí puede suponer un riesgo, especialmente para las mujeres embarazadas y los niños pequeños", añade.
La gestión de residuos afecta además a otros componentes electrónicos recogidos en la Directiva Europea y concretamente a otras lámparas, como fluorescentes, bombillas de descarga o neones, que pueden liberar partículas tóxicas perjudiciales para el entorno.
Leticia Baselga, Coordinadora del Área de Residuos de esta organización, considera que los usuarios no están lo suficientemente informados. "Hace dos años, cuando el Ministerio de Industria repartió bombillas de bajo consumo como parte de una campaña para reducir el consumo de electricidad, no se informaba al usuario para gestionar el reciclaje una vez gastadas las bombillas. Desde Ecologistas en Acción, enviamos varias cartas al Ministerio para que se visibilizara esta necesidad, pero no nos hicieron caso", comenta Baselga.
Por su parte, Julio Barea, el responsable de la Campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace España, cree que hay que evitar la alarma: "La emisión de mercurio es mínima y compensa si tenemos en cuenta el descenso que supone para la emisión de toxinas mucho mayor que se daba con la lámpara incandescente". Este activista está de acuerdo en la falta de información respecto al reciclaje: "En la caja debería explicarse qué hacer para reciclar las bombillas de bajo consumo; el volumen de reciclaje se ha incrementado pero sigue sin ser el óptimo".
Barea también augura un futuro brillante para las bombillas de LED "Ahora son muy caras, pero también lo fueron en su origen las de bajo consumo. Además, no contienen mercurio, por lo que su implantación será un paso más en la reducción de emisiones nocivas para el medio ambiente".
Fuente:
El Mundo Ciencia
Pese a teorías que denuncian los riesgos para la salud de estas bombillas por integrar mercurio en su composición, el doctor Miguel Ángel Martínez, especialista en medicina paliativa, considera que no hay razones para la alarma: "El mercurio en sí mismo no es tóxico. El problema es el metil mercurio, el mercurio al combinarse. La posibilidad de que suponga un riesgo para la salud es remota, ya que estas bombillas contienen como máximo 6 mg. de mercurio", aclara a ELMUNDO.es
Aunque la legislación permite que las nuevas bombillas contengan hasta 6 mg. de mercurio, la Organización de consumidores y usuarios (OCU) pretende conseguir que el nivel permitido se reduzca aún más, puesto que los grandes fabricantes (Philips y Osram) han conseguido comercializarlas con sólo 3 mg. Así se evitaría las bombillas con mayores niveles producidas por fabricantes 'más baratos'.
La fabricación es una de las fases más delicadas. Los productores sí utilizan cantidades a niveles industriales, por lo que toman medidas de seguridad especiales, sobre todo, en la gestión de residuos. Si el mercurio se vierte al mar, entrará en la cadena alimenticia de los peces. "Además, el mercurio no se elimina del organismo, por lo que si nosotros consumimos esos peces acabaríamos ingiriendo ese metil mercurio. Esto sí puede suponer un riesgo, especialmente para las mujeres embarazadas y los niños pequeños", añade.
Reciclaje adecuado
Las emisiones de metil mercurio tampoco se eliminan de la atmósfera, según denuncia la ONG Ecologistas en Acción. Para evitar este daño, es preciso depositarlas en el contenedor adecuada a la hora de deshacernos de estas lámparas. Para aclarar dudas se puede recurrir a Ambilamp, sistema integrado de gestión de las lámparas gastadas en nuestro país. En su página web www.ambilamp.es podemos informarnos de los puntos cercanos donde encontrar contenedores para depositar las bombillas de bajo consumo o los fluorescentes una vez gastados.La gestión de residuos afecta además a otros componentes electrónicos recogidos en la Directiva Europea y concretamente a otras lámparas, como fluorescentes, bombillas de descarga o neones, que pueden liberar partículas tóxicas perjudiciales para el entorno.
Leticia Baselga, Coordinadora del Área de Residuos de esta organización, considera que los usuarios no están lo suficientemente informados. "Hace dos años, cuando el Ministerio de Industria repartió bombillas de bajo consumo como parte de una campaña para reducir el consumo de electricidad, no se informaba al usuario para gestionar el reciclaje una vez gastadas las bombillas. Desde Ecologistas en Acción, enviamos varias cartas al Ministerio para que se visibilizara esta necesidad, pero no nos hicieron caso", comenta Baselga.
Por su parte, Julio Barea, el responsable de la Campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace España, cree que hay que evitar la alarma: "La emisión de mercurio es mínima y compensa si tenemos en cuenta el descenso que supone para la emisión de toxinas mucho mayor que se daba con la lámpara incandescente". Este activista está de acuerdo en la falta de información respecto al reciclaje: "En la caja debería explicarse qué hacer para reciclar las bombillas de bajo consumo; el volumen de reciclaje se ha incrementado pero sigue sin ser el óptimo".
Barea también augura un futuro brillante para las bombillas de LED "Ahora son muy caras, pero también lo fueron en su origen las de bajo consumo. Además, no contienen mercurio, por lo que su implantación será un paso más en la reducción de emisiones nocivas para el medio ambiente".
Fuente:
El Mundo Ciencia