Según demostró un estudio francés publicado en la revista Nature, los japoneses tienen en su sistema digestivo grandes cantidades de unas enzimas, las porfirasas, que digieren un tipo especial de hidratos de carbono llamados porfiranos, presentes en ciertas algas rojas. Estas algas, del género Porphyra,
son lo que los japoneses llaman nori, y las utilizan desde hace varias
generaciones tanto para cocinar sopas y ensaladas como para envolver el pescado y el arroz en la especialidad del sushi llamado maki.
Concretamente, los porfiranos están presentes en bacterias de la microbiota del estómago y el intestino de los nipones, de la especie Bacteroides plebeius. Posiblemente las bacterias incorporaron los genes necesarios para fabricar dichas enzimas a través del contacto con bacterias marinas, muy presentes en la dieta de los japoneses pero ausentes en la dieta de europeos y norteamericanos, tal y como concluía la investigación.
Concretamente, los porfiranos están presentes en bacterias de la microbiota del estómago y el intestino de los nipones, de la especie Bacteroides plebeius. Posiblemente las bacterias incorporaron los genes necesarios para fabricar dichas enzimas a través del contacto con bacterias marinas, muy presentes en la dieta de los japoneses pero ausentes en la dieta de europeos y norteamericanos, tal y como concluía la investigación.
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