La Cuarta Cumbre de la Tierra empieza el miércoles y se realizará 20 años después del encuentro de 1992, que estableció la Agenda 21
Rio de Janeiro (DPA). Las relanzadas negociaciones en torno al documento final de la cumbre Rio+20,
que se realizará en Rio de Janeiro del miércoles al viernes próximo,
entraron hoy en su segundo día en base a un nuevo texto “consolidado”
preparado por el anfitrión Brasil
y que deja fuera puntos importantes, como la definición de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el mecanismo para su
financiamiento.
“Rio+20 El futuro que queremos” ha sido denominada la Cuarta Cumbre de la Tierra, en la que se debatirá el futuro ambiental del planeta. Esta se celebra 20 años después de la Cumbre de 1992, en la que se acuñó el término “sostenibilidad” y se estableció la Agenda 21,
una guía de prácticas sociales, ambientales y económicas destinada a su
adopción por parte de los 156 países que la suscribieron.
El borrador presentado por Brasil a los delegados de 193 países
reunidos en Rio de Janeiro también excluye la propuesta de convertir el
Programa de las Naciones Unidas para Medio Ambiente (PNUMA) en una
agencia independiente de la ONU, y es poco claro en lo que se refiere a
la propuesta defendida por los ambientalistas de eliminar gradualmente
los subsidios a los combustibles fósiles.
“Reconocemos la necesidad de más acciones para racionalizar y reducir los subsidios perjudiciales e ineficientes a los combustibles fósiles
que estimulan el consumo contaminante y debilitan el desarrollo
sostenible, teniendo completamente en cuenta las condiciones específicas
y los diferentes niveles de desarrollos de países, en forma a proteger
las comunidades pobres afectadas”, afirma el párrafo propuesto por los
anfitriones.
Críricas al texto
Pese a ello, países cuyas economías se basan en el uso de combustibles fósiles expresaron reservas
frente a esta formulación: “Cada país debe tener el derecho a definir
si reducirá o no el subsidio a combustibles fósiles. No nos pueden
imponer recortes”, expresó un delegado latinoamericano.
La misma fuente criticó duramente los párrafos relativos a los
medios de implementación de los ODS, que serán definidos en
negociaciones conducidas por la ONU con término previsto en 2015.
Según el delegado, el texto presentado por Brasil no adjudica claramente a los países ricos la responsabilidad de financiar las acciones
y afirma que la transferencia de tecnologías limpias se hará mediante
acuerdos, respetando el derecho a la propiedad intelectual.
Nada sobre el fondo
El texto en debate excluye la propuesta presentada por el G77 y China al inicio de las negociaciones, que contemplaba crear un fondo abastecido con 30.000 millones de dólares anuales para financiar acciones de desarrollo sostenible,
y se limita a proponer el lanzamiento de un diálogo intergubernamental
de alto nivel para definir hasta 2014 un mecanismo de financiamiento
para los ODS.
Países del G77 objetan igualmente la creación de un marco institucional global
con poder para monitorear y verificar el cumplimiento de los ODS: “El
establecimiento de métodos para evaluar las políticas de nuestros países
puede ser intrusivo”, argumentó.
Brasil incluyó en el texto párrafos que reafirman los principios
asumidos por los países desarrollados en la Cumbre de la Tierra de RIo
de Janeiro 1992, entre ellos el de “responsabilidad común pero
diferenciada”, que les transfiere a los países ricos la tarea de
financiar acciones de desarrollo sostenible en las naciones más pobres.
No obstante, el borrador preparado por el anfitrión agrega que la
concreción de los ODS requiere de “múltiples” fuentes de financiación,
lo que generó reservas en el G77.
Tratrado sobre pesca a la vista
Lo que sí sobrevive sobre la mesa de negociaciones es la posibilidad de que salga de Rio de Janeiro el anuncio de lanzamiento de negociaciones con miras a la firma de un tratado internacional para regular la pesca y otras actividades predatorias en aguas oceánicas internacionales.
La vocera de la ONU, Pragati Pascale, rechazó hoy que la exclusión
de puntos importantes haya diluido la importancia del documento final:
“Yo no diría que el texto está débil y además las negociaciones siguen.
Esperamos que salgan algunas cosas importantes, incluso algo
significativo en lo que se refiere a los océanos”.
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