Las poblaciones precolombinas que vivieron en el centro y oeste de la cuenca del Amazonas formaban sus asentamientos cerca de ríos y lagos, pero su presencia apenas tuvo impacto sobre la zona, ya que ni deforestaron ni modificaron grandes áreas de terreno. Estos son los resultados de un estudio, publicado en Science, que ha analizado más de 200 muestras de suelo para buscar evidencias de presencia e impacto humano en la zona.
La cuenca del Amazonas es uno de los lugares en los que se concentra la mayor biodiversidad del planeta. Por eso, el esfuerzo por conocer el impacto que los humanos han tenido en ella durante el pasado es importante para predecir cómo evolucionará en el futuro y mejorar las políticas de gestión y conservación.
Los investigadores recogieron muestras de suelo de diferentes puntos en el centro y oeste del Amazonas y las compararon con otras procedentes de lugares en los que hay evidencias arqueológicas de presencia humana. Los resultados revelaron que, en las zonas muestreadas, el hombre se estableció en poblaciones pequeñas e impactó poco sobre el medio. "Mientras que se sabe que en el Este del Amazonas hubo grandes asentamientos humanos, nuestros datos indican que las adaptaciones culturales fueron distintas en el centro y oeste, donde quedaron grandes áreas sin alterar", ha explicado Mark Bush, del instituto Tecnológico de Florida (EEUU).
Los resultados sugieren que en estas zonas hay grandes superficies de bosques vírgenes, mucho más vulnerables a la actividad humana que aquellas áreas que han soportado históricamente la deforestación y el impacto del hombre. "La impresionante biodiversidad del Amazonas no es consecuencia de la presencia humana en el pasado", ha indicado Bush, "por eso no podemos asumir que estos bosques van a ser resistentes a las perturbaciones, ya que nunca han sido alterados".
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