Hari Manoharan, profesor de física en Stanford y jefe de la investigación, explicaba lo conseguido:
El comportamiento de los electrones en los materiales se encuentra en el corazón de prácticamente la totalidad de las tecnologías de hoy. Ahora estamos en condiciones de ajustar las propiedades fundamentales de los electrones, de cómo se comportan en formas poco usuales en los materiales ordinarios.
Una de las cosas más salvajes que hicimos fue hacer que los electrones se encontraran en un campo magnético enorme cuando, en realidad, no había ningún campo real, se había aplicado.
Manoharan se refiere a las propiedades del grafeno, pilar del experimento y fuente de inspiración. El equipo calculó las posiciones en las que deberían estar los átomos de carbono y que los electrones creyeran estar siendo expuestos a campos magnéticos que iban de 0 a 60 Tesla.
Los científicos luego trasladaron las moléculas de monóxido de carbono sobre la superficie para dirigir los electrones en esas posiciones… y los electrones respondieron comportándose exactamente como habían creído, como si hubieran estado expuestos a un campo real.
A partir de aquí el experimento abre toda clase de nuevas posibilidades. Los investigadores dicen que el material es una prueba más del alcance de la física. Una nueva esperanza para poder crear otro tipo de estructuras de diseño o la identificación de nuevos materiales a nanoescala.
El propio Manoharan nos da las pistas de un futuro probable:
El grafeno molecular es sólo el primero de una serie de estructuras de diseño posibles. Esperamos que nuestra investigación pueda llevar a la identificación de nuevos materiales a nanoescala con interesantes propiedades electrónicas.
Fuente:
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