- Recuperación y captura del metano liberado por minas de carbono
- Recuperación y utilización de emisiones durante la producción de crudo y gas natural
- Reducción de fugas en los gasoductos
- Separación y tratamiento de los residuos biodegradables municipales a través del reciclaje y la elaboración de abono, así como captura y utilización del gas emitido en los vertederos
- Modernización de plantas de tratamiento de aguas residuales con recuperación de gases emitidos
- Control de las emisiones de metano del ganado, a través de la digestión anaeróbica del estiércol de vacas y cerdos
- Aereación intermitente de los campos de arroz continuamente bajo agua
- Filtros para los tubos de escape de vehículos a diesel
- Introducción de cocinas con quema eficiente de biomasa para cocinar y proveer calefacción en países en desarrollo
- Reemplazo de hornos tradicionales para elaborar ladrillos por hornos más eficientes como los, hornos Hoffman
- Sustitución de hornos tradicionales en base a quema de carbón en países en desarrollo por hornos más modernos
- Eliminación de circulación de vehículos altamente contaminantes
- Prohibición de la quema a cielo abierto de residuos agrícolas
- Sustitución de hornos tradicionales de quema de biogas en países en desarrollo por hornos a base de combustibles modernos, como el biogás
A pesar de la falta de un acuerdo global sobre reducción de emisiones de CO2, pueden tomarse otras medidas concretas para reducir el impacto del cambio climático, según un nuevo estudio.
Un equipo internacional de investigadores liderados por Drew Shindell, del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, elaboró una lista de 14 acciones específicas que, de llevarse a cabo, podrían reducir el calentamiento global promedio en medio grado centígrado para 2050.
Las acciones también tendrían otros efectos positivos, como la reducción en el número de muertes por enfermedades respiratorias y un aumento de hasta 135 millones de toneladas métricas por temporada en la producción agrícola, según los científicos.
Shindell y sus colegas consideraron 400 medidas de control diferentes basadas en tecnologías evaluadas por el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados en Laxenburg, Austria.
De la amplia gama de acciones posibles, los científicos escogieron las 14 medidas "con el mayor impacto potencial". Todas están dirigidas a reducir las emisiones de metano y de carbono negro, ambos potentes contribuyentes al cambio climático.
Carbono negro y metano
El carbono negro resulta de la combustión incompleta del diesel, así como de la quema de biocombustibles y biomasa como madera o estiércol utilizados en algunos países en desarrollo para cocinar.
Esta sustancia, que da color negro al hollín, puede causar enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Las pequeñas partículas de carbono negro absorben además la radiación solar causando un aumento en la temperatura. Y al hacer más oscuros al hielo y la nieve, reduciendo su capacidad de reflejar la radiación solar, aceleran el calentamiento global.
Por otra parte, el metano, una sustancia incolora e inflamable, es uno de los más potentes gases de invernadero. Atrapa cerca de 20 veces más calor que el dióxido de carbono.
Los científicos creen que si bien el CO2 es el principal causante del calentamiento global a largo plazo, limitar las emisiones de carbono negro y de metano son acciones complementarias con un impacto más inmediato. Mientras el CO2 tiene una vida atmosférica de décadas, el carbono negro se mantiene en la atmósfera apenas semanas.
En algunas regiones como el Himalaya, el impacto del carbono negro sobre las capas de nieve es particularmente serio por ser responsable del descongelamiento acelerado de los glaciares, que alimentan a su vez ríos vitales para China e India, entre otros países.
Otros científicos han llamado la atención sobre el papel del carbono negro y la necesidad de controlar sus emisiones en forma urgente. En un encuentro de la Asociación Estadounidense de Química en Denver el año pasado, el investigador Mark Jacobson, de la Universidad de Stanford, presentó nuevas estimaciones sobre el impacto de esta sustancia.
"Las emisiones de carbono negro son responsables del 17% del calentamiento global, un porcentaje superior al del metano. El impacto del carbono negro podría ser reducido en un 90% en un período de entre cinco y diez años si se adoptan políticas efectivas", aseguró Jacobson.
Mientras que Estados Unidos emite aproximadamente el 21% del CO2 del mundo, emite el 6,1% del hollín global, agregó el experto.
"Convertir autos y camiones a diesel en vehículos eléctricos o a hidrógeno podría tener un efecto inmediato en el calentamiento global".
clic Vea "Reducir carbono negro, la estrategia más rápida contra el calentamiento"
Medidas
Reducir las emisiones de carbono negro y de metano puede reducir cambios en la infraestructura, según Shindell. En el caso del metano, las principales estrategias propuestas son capturar el gas que escapa de las minas de carbono y plantas de gas natural, así como reducir las fugas en cañerías de gas, prevenir las emisiones de los vertederos de basura en las ciudades y limitar las emisiones del estiércol en las granjas.
Para reducir las emisiones de carbono negro, los científicos proponen instalar filtros en los vehículos a diesel, evitar la circulación de vehículos altamente contaminantes, proveer cocinas más modernas e instalar hornos más eficientes para la producción de ladrillos, entre otras medidas.
Los científicos utilizaron modelos computarizados para estimar el impacto de las medidas. La reducción de emisiones de metano tendría efectos a nivel atmosférico global. En el caso del carbono negro, los beneficios son mayores en regiones con grandes cantidades de nieve y hielo.
La prevención de muertes por enfermedades respiratorias se vería especialmente en India, Bangladesh y Sudán. Los científicos estiman que globalmente podrían prevenirse cada año entre 700.000 y 4,7 millones de muertes prematuras.
Para Achim Steiner, director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, "la evidencia científica en los últimos diez años apunta cada vez más a acciones rápidas para combatir las sustancias de vida corta en la atmósfera que tienen impacto sobre el cambio climático".
"Este estudio aporta un análisis convincente sobre los beneficios potenciales de tomar medidas a nivel nacional y regional", agregó Steiner.
El estudio de Shindell y sus colegas fue publicado en la revista Science.
BBC Ciencia
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