Cuando era un crío y me enseñaron el Teorema de Pitágoras (tal vez en 5º o en 6º de EGB, no recuerdo) lo primero que mi mente de chorras impenitente pensó es que resultaban graciosísimos aquellos nombres tan raros: cateto e hipotenusa. Lo del cuadrado y la suma era algo en lo que no pensé demasiado, cosas de una fórmula más que había que memorizar para aprobar la asignatura.
En aquel curso, para mi un cuadrado era un número multiplicado por si mismo y punto; no se me ocurrió ligarlo a la figura geométrica homónima con la que me habían bombardeado desde los tiempos de Barrio Sésamo. Ahora, tras ver este vídeo, pienso que si el profesor de turno nos lo hubiera mostrado (o nos hubiera hecho este sencillo experimento mesa por mesa) insistiendo en que el cuadrado de un cateto o de una hipotenusa (lado x lado, osea el resultado de calcular su área) era realmente un “cuadrado”, la cosa habría quedado mucho más clara.
En cambio, simplemente memoricé la fórmula y su relación de igualdad sin visualizar polígonos auxiliadores por ningún lado. Una pena, porque el concepto resulta tan evidente cuando se aprende de forma empírica con este antiguo juguete chino, que estoy convencido de que habría disfrutado muchísimo comprendiendo su belleza. Y es que aprender y comprender son dos cosas distintas.
Aunque nunca es tarde ¿verdad?
Demostracion del teorema de Pitagoras from angel on Vimeo.
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