Por primera vez, las ondas de choque producidas al sonar un trombón fueron captadas en video por un grupo de investigadores, que dieron a conocer esas imágenes en un encuentro de la Sociedad Americana de Acústica.
Una onda de choque es una onda de presión abrupta que produce un objeto o energía que viaja más rápido que la velocidad del sonido en un medio determinado.
Produce diferencias de presión extremas y aumento de temperatura de forma expansiva y que se perciben en el medio como una explosión.
Son las ondas que generan las bombas, los aviones supersónicos o los meteoritos cuando entran en la atmósfera terrestre.
En 1995, el experto Mico Hirschberg, de la Universidad de Tecnología de Eindhoven, sugirió que los trombones pueden producir esas ondas de presión abrutas, que pueden exceder la velocidad del sonido.
Esa hipótesis interesó a Kazuyoshi Takayama y Kiyonobu Ohtani, del Instituto de Ciencia Fluida de la Universidad de Tohoku, que trabajaron en colaboración con el profesor Hirschberg para investigar en profundidad el proceso.
El resultado: el primer video que muestra las ondas de choque que salen de un trombón.
Mahler y Tchaikovsky: creadores de ondas de choque
Esas ondas expansivas se pueden formar cuando la energía se introduce de forma muy rápida en un canal determinado. Por ejemplo, cuando los trenes entran en los túneles forman débiles ondas de choque.
Esa es la base que llevó a sugerir que el aire cuando entra en un trombón puede dar lugar a ese fenómeno.
Para registrarlo utilizaron lo que se conoce como fotografía schlieren, un proceso óptico que capta la variación de la densidad.
Esa técnica puede grabar variaciones en lo que se conoce como el índice refractivo del aire. Las ondas expansivas r epresentan un cambio marcado y repentino en ese índice y por ello aparecen claramente en esas imágenes.
Las ondas de choque se forman cuando el trombón se sopla particularmente fuerte, lo que en música se conoce como "fortissimo" y "fortississimo".
"Mahler y Tchaikovsky amaban esas especificaciones dramáticas sin saber sobre las ondas de choque", dijo el Takayama a la BBC.
"Los músicos que se sientan frente a un trombón o una tormpeta han sufrido las consecuencias de esas ondas expansivas", apuntó el experto.
El equipo midió la presión en la boca del instrumento, en la mitad del mismo y en la salida, y observó cómo las ondas de compresión se convierten en otras más abrutas de expansión, que viajan a una velocidad de un 1% más rápido que la velocidad del sonido.
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