El director del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), José María Bermúdez de Castro, ha subrayado que el cerebro del hombre conserva cualidades propias del comportamiento de los chimpancés como la trivialidad, jerarquía y territorialidad.

En este sentido, la especie humana ha potenciado su capacidad de planificación, aunque aún conserva áreas cerebrales relacionadas con variantes como los instintos, la sexualidad y la sociabilidad, que priman en situaciones extremas donde la racionalidad puede desaparecer -guerras o catástrofes, por ejemplo-.
Por ello, a pesar de que somos más inteligentes que los chimpancés, considerados "nuestros primos hermanos", y que otras especies de nuestros antepasados, existe en nuestro interior una lucha "compleja", que provoca que no siempre mantengamos "frío" el cerebro.
En los últimos dos millones de años el tamaño del cerebro humano se ha incrementado hasta cuatro veces respecto a los primeros representantes de la especie, con lo cual ha pasado de medir unos 400 centímetros cúbicos hasta alcanzar casi 1.400, y ahora presenta un desarrollo más acentuado en zonas del neocorte.
Preguntado por la vulnerabilidad de los jóvenes respecto al consumo de drogas, Bermúdez de Castro ha respondido que la adolescencia no sólo conlleva un cambio hormonal, sino que también supone modificaciones en la organización del cerebro, lo que crea facilita una mayor pretensión a este tipo de adicciones.
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