El proyecto contempla la instalación de 4.080 módulos fotovoltaicos. (Imagen: fotomontaje)
La energía fotovoltaica -la forma más común de energía solar- fue descubierta hace un siglo, pero a pesar de ello es una de las fuentes renovables de energía que más ha tardado en desarrollarse en el mundo.
Si bien el propio Albert Einstein obtuvo en 1921 un Premio Nobel de Física por sus hallazgos sobre el efecto fotoeléctrico, recién entrado el siglo XXI se conocerían las primeras plantas de energía solar a escala industrial.
Ahora, esta forma "verde" de generación eléctrica llegará por primera vez a América del Sur con la construcción de la primera planta fotovoltaica del subcontinente, en Chile.
El gobierno de Sebastián Piñera encomendó a la empresa Solarpack de España –país pionero en la energía solar- la construcción y el manejo de una planta, que operará en el desierto de Atacama.
El director de Solarpack, Jon Segovia, le dijo a BBC Mundo que la elección del lugar no es casual.
"El desierto de Atacama es, junto a los desiertos de Mojave, en Estados Unidos, y del Sahara, en África, el lugar con mayor radicación solar del planeta", afirmó.
Un megavatio
El proyecto contempla la instalación, en un terreno de unas seis hectáreas, de 4.080 módulos fotovoltaicos, unos paneles de silicio que miden 2 metros cuadrados.
Los módulos son semiconductores y al recibir el impacto de los fotones del sol generan energía, que se produce por el desplazamiento de electrones.
Se prevé que la planta genere un megavatio, una cantidad de energía que podría abastecer a unos 5.000 hogares.
El destino de la electricidad, sin embargo, no será residencial: esa energía alimentará una parte de la producción de cobre de Chile en la región de Atacama, en el norte del país.
Nuevas tecnologías
Según Segovia, se tardó muchos años en desarrollar una tecnología que permitiera aprovechar al máximo el potencial de la energía solar, que es la más costosa de las formas renovables de energía.
No sólo los módulos son caros de hacer, también su instalación requiere de sofisticados soportes que permiten maximizar la exposición de los paneles a los rayos del sol.
A pesar de que la tecnología hoy en día es más eficiente, aún hay ciertos factores que limitan sus beneficios, ya que depende enteramente de la exposición solar directa y, por tanto, deja de tener efecto durante la noche o los días de cielo tapado.
Por ello, Segovia admite que no es posible depender enteramente de la energía solar, que deberá complementarse con la energía convencional.
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