El proceso de fabricación de los Peta Zetas es un tanto más complicado que el de los caramelos normales. Los azúcares, colorantes y saborizantes se disuelven a 149ºC hasta formar un jarabe de azúcares. Este líquido espeso pasa a un reactor que gasifica el jarabe con CO2 a una presión de 60 atmósferas, formándose pequeñísimas burbujas dentro del líquido. Posteriormente se deja enfriar hasta que se solidifica, obteniéndose una gran masa de caramelo con minúsculas burbujas. Cuando esta masa de caramelo se saca del reactor, la presión de dentro del caramelo es más grande que la presión exterior de modo que la masa de caramelo se rompe en mil pedazos dando lugar a pequeñas piezas irregulares, los Peta Zetas.
Así pues, en realidad, si analizásemos microscópicamente los pequeños trozos de caramelo, observaríamos minúsculas burbujas a muy alta presión atrapadas entre caramelo. De este modo, cuando la chuchería llega a la boca, la saliva disuelve el caramelo que envuelve las burbujas y estas se liberan generando los típicos ruidos y explosiones que hacen diferente a este producto.
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